miércoles, diciembre 26, 2007

Podría ser Navidad

Y sueño despierto ante las maravillas del mundo. Nadie parece verlas y mi sonrisa es observada con cautela, temor, dudas, rencor, tal vez, por no comprender el origen. Y mis ojos logran encontrar a otros que miran y descubren que hay belleza, que detrás de todo, sigue la belleza que parecen querer ocultarse en sí mismos para no ser vulnerables a la dulzura del otro, que también se oculta para huir del propio miedo, cuando lo que hacen es adentrarse en él hasta lo más profundo y perder su esencia.

Sin embargo, el perfume del amor lo embarga todo hasta llenar los pulmones, si bien parece que son unos cuantos los que deciden darse por enterados. Afortunadamente, allí están para zarandear al resto del mundo con un salto al infinito que logrará arrancar las sonrisas del más aguerrido actor del desengaño, porque nadie puede resistirse a la mano tendida sinceramente, a la mirada que abraza sin decir palabra, a la frase sincera que solo quiere querer.


Entonces el sol brilla más alto, la luna engaña a las sombras y las estrellas dejan continuos mensajes cifrados que ahora son entendidos por todos, porque por fin todos miran al cielo para descubrir que son pequeños, pero grandes porque en cada uno de ellos está la posiblidad de cambiar lo que no es del agrado de quienes saben que no están en un valle de lágrimas, sino en un camino serpenteante en el que recoger los gajos de felicidad, mientras la reparten a manos llenas, porque lo que no se comparte no se recibe, porque no hay egoísmo que dé alegría.


Podría ser Navidad, pero no lo es, porque dos semanas no bastan para que el mundo dé una vuelta completa, pero con dos segundos es suficiente para arrancar la pereza del espíritu y llevar el alma hasta donde quieras.

domingo, diciembre 23, 2007

Queridos Reyes Magos


Todos los años escribo mi carta a los Reyes Magos. Lo dejé un tiempo, pero luego lo retomé hace seis años, como un juego de pareja, como una forma de retomar la ilusión de la infancia. Normalmente está cargada de deseos propios, pero este año, como ya no está cerca la persona para quien la escribía, y me he dado cuenta, además, de que está comenzando a haber demasiadas etiquetas 'yo' en este blog, he decidido cambiar mi forma de escribir esa misiva.

Esta vez no será manuscrita, será mecanografiada, y no será para pedir las cosas que quiero para mí, sino que voy a intentar agradeceros todas vuestras visitas con mi regalo para vosotros: un deseo para el próximo año. Mi primera intención era personalizar en cada uno, pero me temo que sois ya muchos (soy afortunada de poder leer a tantas personas que escriben tan bien).

Así que lo que les voy a pedir a los Reyes Magos es que cada uno de vosotros encuentre aquello que está buscando, conserve lo que le dé ahora la felicidad, descubra la riqueza que tiene al lado, se sienta amado y pueda vivir cada momento intensamente, porque es así como se debe vivir la vida.
Un enorme beso para cada uno y ¡FELIZ NAVIDAD!

jueves, diciembre 20, 2007

Berlín


Ya puse por aquí que estoy haciendo un montón de esas cosas que nunca hice. Patinar fue una de ellas, pero otra, creo que bastante más interesante, es que esta Nochevieja me voy a Berlín. ¿Qué hay de novedoso en esto? Que nunca pasé esa fecha fuera de España ni lejos de familia o amigos, que me voy con un grupo de gente bastante numeroso del que sólo conozco a una persona (gracias Anthony por la propuesta), y que es la primera vez que voy a Berlín.



Y ahí es donde quería llegar. Me había propuesto buscar visitas, lugares dónde comer, beber y divertirme antes de hacer el viaje, pero se acerca la fecha de mi partida (el 29 de diciembre) y como soy un desastre lo más que sé es que hablan alemán allí y que hay que ver la puerta de Branderburgo... Total, que me he dicho, aquí todos mis comentaristas habituales y alguno nuevo son unas gentes viajadas y conocedoras del mundo, así que, seguro, pueden darme alguna indicación de valor para que mi viaje sea aún más especial de lo que está siendo (y eso que aún sigo aquí).

De manera que os pido que si alguno fue a Berlín y me puede decir algo que me ayude a disfrutar aún más de mi estancia, pues eso, que me deje un comentario que yo agradeceré mucho.

¡Dios! ¡Aún no me creo que vaya!

lunes, diciembre 17, 2007

Me gustaría saber muchos por qué, escucharlos, leerlos, percibirlos, entenderlos, manosearlos hasta gastarlos por haberlos asumido completamente, hasta que no me importaran.
Me gustaría que ya no tuvieran ninguna importancia, que no hubieran aparecido en mi mente desvelando mis noches en preguntas sin respuesta, círculos viciosos, divagaciones sobre qué te movió, cuando seguramente ni siquiera tú sabes qué te movió, porque realmente te quedaste quieto.
Y los otros, el resto de porqués se rebelan y saltan a la palestra cuando aparecen los nuevos que te rodean. Y ya no puedo dormir, porque se apretujan lágrimas, risas, recuerdos incompletos porque preferí olvidar, personas que vinieron y fueron, las que quedaron sin estar, las que están sin quedarse cerca; situaciones repetidas una y mil veces para intentar borrar la verdadera, razones que no aparecerán nunca porque, seguramente, no hay motivos que entender, solo hechos pasados que valdría más olvidar, como debería olvidar tu presencia, o ¿debería decir ausencia?

sábado, diciembre 15, 2007

Mis ojos no te miran porque yo no miro al suelo

Frase lapidaria donde las haya y que me ha cambiado la vida. Bueno, exagero, pero creo que es una gran expresión. Así que, con mi agradecimiento a Pasaelmocho, que me la brindó gracias a su impagable Plumas y hits, aquí os dejo de donde sale tan memorable sentencia. Y hay que decirla con garbo.


Para los que queráis corearla:

No,

No mires a tu alrededor

Ni busques en tu corazón

Excusas baratas, tú

No tienes perdón

No trates de recuperar

Historias que me hagan llorar

Mis lágrimas son de hielo

Ya no miro atrás

Ahora

Mi cabeza bien alta va

Mis pies sólo quieren caminar

Mi cuerpo me pide guerra

La pienso encontrar

Ahora no me quiero rendir

Tus ojos no me hacen sentir

La puerta la tengo abierta

Y voy a salir

Miénteme o engáñame

Porque mi vida sólo cambia

Si me cambias los recuerdos

ahora lárgate, despídete

Porque mis sueños te han borrado

tú lo sientes, lo presiento

Y piérdete, olvídame

Es que mis ojos no te miran

Porque yo no miro al suelo

Esfúmate: tu nombre se borró

Escápate: no tienes solución

Sí, ahora tengo yo el control

Se te acabó la diversión

Perdiste tu tiempo, ya

Me siento mejor

Recoge tu desilusión,

Tus trapos y tu falsa moral

La suerte cambió de dueño

Llegó tu final

Miénteme o engáñame

Porque mi vida sólo cambia

Si me cambias los recuerdos

ahora lárgate, despídete

Porque mis sueños te han borrado

Y tú lo sientes, lo presiento

Y piérdete, olvídame

Es que mis ojos no te miran

Porque yo no miro al suelo

Esfúmate: tu nombre se borró

Escápate: no tienes solución

La verdad es que nunca he sido mucho de Marta Sánchez (sí de Alaska), pero es que esta canción no sólo tiene esa frase, tiene otras muchas, no sé si por el momento que vivo o porque todas nos encontramos situaciones así a lo largo de nuestra vida. En cualquier caso, espero que la disfrutéis tanto como yo.


La esperanza es lo último que se pierde. La esperanza es verde. No, es naranja, roja, amarilla, lila, rotunda, multicolor porque puede inundarlo todo, iluminarlo todo, secar las lágrimas, levantar los ánimos, provocar sonrisas, recobrar miradas, alzar mundos, acabar palabras inacabadas.
Da igual lo profundo que sea el agujero, la poca luz que se vea al final del túnel, en el corazón siempre queda el minúsculo resquicio que se llama esperanza, raíz imposible de arrancar que da fuerzas en la flaqueza y recuerda que la vida está para vivirla y hay que continuar porque siempre podrá venir algo peor, pero también algo mejor que devuelva a nuestros días el brillo de cualquier tiempo pasado que ahora nos parece mejor, pero que, en su momento, pudo ser tan gris como cualquier foto envejecida por el paso del tiempo al estar olvidada en algún rincón oscuro en el que castigamos los malos sabores que pretendemos erradicar de nuestros recuerdos.
No hay pena sin esperanza porque hay que sobrevivir, pero también porque está en nosotros la capacidad absoluta de reponernos y saber vivir los malos tragos y llegar a convertirlos en buenos o, al menos, transformarlos con el color de la esperanza para alcanzar unas metas mucho más halagüeñas, como es la felicidad que todos buscamos.
Y porque la felicidad está en las pequeñas cosas, la esperanza no necesita más que ese minúsculo espacio para germinar y crecer, poco a poco, desde el corazón hasta extenderse por todo el cuerpo y atacar el alma que se siente decaer. Cuando llega al espíritu es ya imposible desprenderse de ella. Deja de ser esperanza para ser realidad, porque vivimos lo que nos hizo mirar más allá de lo que provocó la despesperanza o la tristeza, miramos a la luz que creíamos perdida.

Suntzu me pidió que escribiera de la esperanza, pero más que escribirla puedo sentirla, porque siempre la he tenido, porque siempre me he apoyado en ella.

Cosas por hacer

Éste se está convirtiendo en el año de hacer muchas cosas por primera vez, o de convertir en realidad todos los proyectos que siempre fui retrasando en mi vida. No es que tenga una lista, ni siquiera un propósito claro de acabar con las tareas pendientes, pero el caso es que pasan los días y veo con felicidad como supero retos o cumplo sueños tantas veces relegados.




Esta semana le ha tocado el turno a los patines. Desde pequeña quise patinar. Soñaba con esos patines blancos de bota y cuatro ruedas que tenían muchas de mis compis de colegio y que jamás logré. De hecho, la única vez que salí a patinar de niña llevaba unos cacharros antiguos de metal que hacían más ruido que deslizarse y con los cuales me caí (a pesar de su poca rodadura) como diez veces de culo, suficientes para decir 'nunca mais'.

Pero gracias a mi hermana pequeña (que ha cedido sus patines gustosamente) y un amigo que ha insistido hasta lograr sacarme a la pista (después de decirle yo '¿patinas?, me tienes que enseñar' hace semanas, pero luego, como siempre, no decir ni mú), el pasado jueves decubrí que hay otro deporte más que me gusta (debo reconocer que ésto ha asustado a más de uno que conozco).

¡Como me mola patinar! ¡Cómo disfruto dando vueltas tontas! ¡Que me encanta la sensación de comprobar que voy controlando los patines, que me puedo emocionar y acelerar un poco más y mirar al frente! ¡Cómo me he reído!

En tres horitas pasé de ir 'madre que me la pego, yo mejor no me deslizo, apoyo los patines' a '¿y si pruebo a dar la vuelta hacia el otro lado?; ¡uy, voy a mirar para el frente que estos vienen muy acelerados y mis pies no me avisan de que se acerquen!'. Es ¡tan divertido!

Sólo me caí dos veces, una porque descontrolé un poco y posé mi culo en el suelo con cierto estruendo (mis huesos, que suenan mucho y no tengo tanta amortiguación desde que adelgacé) y la segunda porque mi amigo insistió en que me tirara para quitarme el miedo (que es verdad, que no duele, que no pasa nada si te caes).

Así que tengo tarea nueva: encontrar un día entre semana para dedicarle al patinaje y no dejarlo, porque, como dice mi amigo (un sol, dijo asombrarse de mi rápida adaptación a patinar), en un mes quiero unos patines de los buenos y empiezo a probar ¡¡con las volteretas!!!!

A este paso, voy a tener que buscarme nuevos sueños y retos, porque no pienso volver a aplazarlos.
P.D.: Gracias a mis compis de desayuno que aguantan mis subidones y mis paranoias cada vez que descubro otra cosa que me hace disfrutar. Son muy pacientes y lo mismo hasta se animan a venir conmigo.

lunes, diciembre 10, 2007

Cadáver exquisito

Primero pongo el último párrafo que me ha dejado Suntzu:

"De todas formas" pensó, "tampoco es para tanto".Mira tú por dónde, en una vuelta de tuerca inesperada el asqueroso brebaje había hecho el trabajo sucio por él. Pero antes de lo previsto.No había tenido tiempo de rematar su plan.Una sonrisa burlona asomó a sus labios. "La pesada de S. y sus planes de boda. Hay cada loca suelta por ahí...". Ahora estaba libre de nuevo. Libre...y a la caza de una nueva presa.

Ahora añado mi aportación, sólo incluyo el último párrafo de lo que he escrito, el resto lo colgaré cuando continúe quién sea:

Pero Sir Robert no quiso seguir pensando en kefir ni en bodas, sino que salió rápidamente de la habitación en la que reposaba el cadáver y dirigió sus pasos hacia la casa del Principal, donde la hija de este mandamás sin escrúpulos le esperaba ilusionada como una colegiala y pensando que se encontraba enamorada de un gran astronauta que le llevaría a su luna particular.

viernes, diciembre 07, 2007

Maravillosa criatura

No sé por qué esta canción me llega al corazón, me revuelve por dentro y me da esperanzas, o no. No sé, el caso es que me encanta y quería compartirla. Espero que la disfrutéis tanto como yo.



Y aquí va la letra:
Molti mari e fiumi
attraverserò,
dentro la tua terra
mi ritroverai.
Turbini e tempeste
io cavalcherò ,
volerò tra i fulmini
per averti.
Meravigliosa creatura,
sei sola al mondo,
meravigliosa paura
di averti accanto,
occhi di sole
bruciano in mezzo al cuore
amo la vita meravigliosa.
Luce dei miei occhi,
brilla su di me,
voglio mille lune
per accarezzarti.
Pendo dai tuoi sogni,
veglio su di te.
Non svegliarti, non svegliarti ancora.

Meravigliosa creatura,
sei sola al mondo,
meravigliosa paura
di averti accanto.
Occhi di sole,
mi tremano le parole,
amo la vita meravigliosa.

Meravigliosa creatura,
un bacio lento,
meravigliosa paura
di averti accanto.
All’improvviso
tu scendi nel paradiso.
muoio d'amore meraviglioso

jueves, diciembre 06, 2007

Espejismos


Siempre veo espejismos, nunca entiendo la realidad que me rodea, o la entiendo de otra manera. Camino con pasos seguros por terrenos pantanosos ignorando las tierras movedizas porque no sé de su existencia, ya que mis ojos parecen cegados por las luces que sólo yo consigo ver en un mundo más gris que rojo, más oscuro que naranja, más cerrado que espacio infinito.

Malinterpreto sola o acompañada, aunque la soledad es una buena opción para vivir en un lugar que es sólo mío y en el que pocos entran, porque serían incapaces de encontrar el camino hacia la lucidez extraña que marca mis pautas y señala las rutas retorcidas que son rectas en semejante entorno de maravillas que no son más que imágenes difuminadas de una existencia real por estar en el mundo, irreal por imposible si no fuera porque la estoy viviendo a cada segundo, a cada latido de mi corazón, últimamente demasiado disparado como para pretender aplacar sus ansias de saltar dentro de mi pecho para dejar de marcarme los momentos que debía, al convertirse en una continua alarma.

Sueños hechos realidad que son, en realidad, oníricos momentos vividos con los ojos cerrados, porque abrirlos habría supuesto romper la magia que me llevó a creer en lo que no es cierto, porque sé que no creo, sólo intuyo espacios en blanco que relleno con lo poco que me queda después de haber emborronado cientos de páginas que cuentan muy poco de lo que en realidad soy, y podría llegar a ser la estrella que ilumine mis noches, salvo por el pequeño detalle de que es la luna la que rige los vaivenes del estadio onírico en el que parezco encontrarme cuando froto mis ojos y no encuentro la explicación que estoy buscando, porque las palabras de otros murieron en sus bocas antes siquiera de que llegasen a pensar que debían pronunciarlas.

Explicaciones innecesarias que todos buscamos una y otra vez, quedándonos con las ganas de agarrar la mano tendida hacia otro lugar para apartarla del camino y llevarla al reservado en el que queremos revisar cada centímetro de alma para ver si logramos comprender lo que se nos ha sido negado, ocultado o callado por los motivos que no entenderemos, aunque rebusquemos en los lugares equivocados.

martes, diciembre 04, 2007

Supongo que algún día dejaré de llorar. Bueno, lo sé. Sin embargo, no hago más que encontrar retazos de ti que llevan las lágrimas a mis ojos de manera incontrolable y en los sitios más insospechados. Me gustaría que fueran las hormonas, pero sé que ninguna regla dura tanto, sé que es lo que toca porque, como me dicen por ahí, me ha llegado el luto y hay que pasarlo.

No sé qué ha sido más difícil, pero está claro que mi situación no lo está siendo, porque nunca me ha gustado ser la mala (que me da igual lo que digan muchos, que lo soy, lo sé, lo asumo), porque no soy mala y todo lo que hago es por intentar que ninguno sufra, que las cosas sean fáciles.

Y olvido fechas por no recordarlas, y evito mensajes por no hacernos más daño, y dejo a un lado el teléfono para que las voces no se quiebren.

Sigo, continuo, levanto la cabeza, me visto de sonrisas y aparco los pensamientos que me golpean porque sigues ahí y tendré que hacer más pequeño mi espacio hasta que sea capaz de no temblar sólo por ver tu nombre.

Y dudo de todo, sabiendo que no dudo, que estoy firme en mis convicciones (Alaska me ha enseñado mucho), pero que duele, duele, duele, duele y el corazón se encoge dentro del pecho, y las noches se vuelven a hacer largas, y los días pasan eternos, y la desesperanza acampa a sus anchas, aunque cada vez le dejo menor espacio porque amar es demasiado grande como para que se acabe en una persona.

Si el amor tiene fecha de caducidad, deberían ponérsela también al desamor, al menos así tendría el consuelo de un día concreto en el que me despertaré y sabré que pasará el día y no pasará nada, que leeré tus palabras y ya no serán afiladas, que pensaré en lo que sea y no vendrán las lágrimas.

Foto de Joana Miranda, extraída de http://www.olhares/.com

lunes, diciembre 03, 2007

Gracias Sagutxo

Desde esta tarde estreno nuevo diseño, más limpio, más claro, más naranja en algunos aspectos y con títulos más grandes, como alguno pedía por ahí. Todo ello por obra y gracia de las manos, la mente y la gran generosidad de Sagutxo, a la que he robado parte de su tiempo de descanso para que convierta mi espacio en algo más límpido.
Así que, muchas gracias Sagutxo, por haber embellecido mi pequeño hogar internauta y por aguantar, encima, mis exigencias. Ahora sólo queda seguir llenando de palabras la claridad que ahora tiene este blog.
Y a los demás, ¡que lo disfrutéis tanto como yo!

domingo, diciembre 02, 2007

Añoranzas


Te echo de menos. Aunque haya sido yo la que ha decidido salir de tu vida, aunque sepa que es lo que tenía que hacer. Te extraño. Extraño tus miradas de enamorado, que se habían perdido en los primeros días de estos años y que añoraba antes de dejarte atrás, de dejarme marchar.

Echo de menos tus caricias. Esas en las que cogías mis manos, jugabas con mi pelo, me hablabas sin palabras... Me pregunto por tus sonrisas, las que contestaban a las mías o las que me arrancaban de mi abatimiento, las que dejaste de prodigarme porque nuestra vida se convirtió en recriminaciones, porque tampoco yo sonreía.

Añoro tus palabras, las que me hacían reír, las que me hacían pensar, las que me acompañaban en mis dudas, las que daban consejos sin darlos. Extraño nuestros silencios, los que decían tantas cosas, los que nos hacían sonreír porque estábamos al lado.

Echo de menos todo tú, porque marcaste mi camino, porque tiré de tus pasos, porque caminamos juntos y construimos algo.

Pero no extraño las diferencias, ni las discusiones, ni las desilusiones por esperar algo que nunca tendría, que no llegaría jamás porque nunca te has dado cuenta, porque no supe explicarlo, porque lo expliqué y no supiste verlo.

Te añoro y sé que dejaré de hacerlo, porque engrandeciste mi corazón, pero también lo dañaste como solo quien ama puede ser dañado.

Pero ahora te extraño, y el nudo que ata mi garganta sube como lágrimas hasta mis ojos y me gustaría que este tiempo acabara, porque dura demasiado para permitir que mi alma pueda reconciliarse con todo lo que de ti amo y seguir el camino en el que algún día podamos encontrarnos sin recriminarme lo que ahora hago.

Rien de rien

Non!

Rien de rien...

Non !

Je ne regrette rien

Ni le bien

Qu’on m’a fait,

Ni le mal,

Tout ça m’est bien égal!

Non!

Rien de rien...

Non !

C’est payé,

Balayé,

Oublié,

Je me fous du passé !

Avec me souvenirs

J’ai allumé le feu,

Mes chagrins, mes plaisirs,

Je n’ai plus besoin d’eux !

Balayé les amours,

Avec leurs trémolos,

Balayés pour toujours

Je repars à zéro...

Non!

Rien de rien...

Non !

Je ne regrette rien

Ni le bien

Qu’on m’a fait,

Ni le mal,

Tout ça m’est bien égal !

Non!

Rien de rien...

Non !

Je ne regrette rien

Car ma vie,

Car mes joies,

Aujourd’hui,

Ça commence avec toi !

Simplemente me apetecía...

sábado, diciembre 01, 2007

Costumbres

Es curioso cómo nos acostumbramos a las cosas y no nos gustan que cambien. Nos fastidia que cierren nuestra cafetería habitual, que trasladen nuestro kiosco, que reorganicen las tiendas y supermercados a los que acudimos normalmente... Y si se trata de personas, peor todavía.
Últimamente se están yendo de mi vida, o alejando algo, bastantes personas. Algunas muy cercanas, a las que me está costando mucho decir adios.
Otras, son conocidos, pero con los que he conectado, que se han hecho parte de algunas de mis rutinas. A estos los echaré mucho de menos, aunque ellos no se den cuenta o no lo entiendan, porque nuestros contactos hayan sido esporádicos. Pero son personas que han hecho por mí algo muy importante, y no se han dado cuenta. Sólo por estar ahí y ser como son han contribuido bastante a mi reconciliación con mi ciudad, con mi pasado, para hacer posible y más fácil mi presente.
La gran mayoría de ellos se han ido porque han encontrado algo mejor, para su vida personal, profesional o ambas, y me alegro muchísimo por ellos, pero eso no resta que sienta algo de pesar en mi corazón, porque sé que, aunque se queden cerca, no será lo mismo.
Además, a ellos se unirán pronto otros, no por su partida, si no por mi traslado. Y sé que algunos quedarán y seguiré viéndolos, pero el resto se perderá entre aquellos que un tiempo vi a diario...
No me gustan las despedidas y no me acostumbro nunca a que personas que aprecio desaparezcan de mi vida. Sé que cada uno debe tomar su camino, pero me resisto a convertir a personas en meras paradas de descanso, ojeadas al interior de la casa cerrada.
Sé que no puedo hacer nada, pero lo intento todo, a veces funciona, a veces consigues seguir la pista y que te la sigan a ti. Porque no me gusta poner fecha de caducidad a las amistades, porque amigos de verdad hay muy pocos, pero hay muchos que podrían llegar a serlo si nos diéramos mutuamente la oportunidad. Pero es duro arriesgar cuando sabes que te marchas.
Supongo que es la vida. Pero no por eso va a dejar de fastidiar. Supongo que no me acostumbraré nunca. Y, que no lo haga, será una buena noticia.

La nueva Dorothy


Llevaba años queriendo unas botas de estas que parecen de boxeador, pero nunca las compré. Sobre todo me frenaba porque intento que mi estilo vuelva a ser un poco menos informal. Pero, como dice Suntzu (gracias por animarme), estas son mis botas de Dorothy, que combinan mi lado 'macarrita' con mi lado glamouroso.


Y me gustó esa idea. De hecho, nada más me las ponga pienso chocar mis talones, porque, con suerte, caigo en el camino de baldosas amarillas y puedo pedirle al mago de Oz mis deseos. O me puede llevar a mi hogar, que como ahora mismo no tengo muy claro donde está, sería una gran ayuda.


A mi león cobarde, mi espantapájaros asustado y mi hombre de hojalata ya los tengo, afortunadamente desde hace tiempo. Así que me queda matar a la bruja mala (¿del oeste?) y seguir el camino de baldosas amarillas, con sus subidas y bajadas, sus puentes y sus recovecos peligrosos.

Soportaré huracanes y cantaré todo el tiempo, sin importar que miren los cuervos, ni los ratones, porque sola o acompañada tendré mis zapatos mágicos que me evitarán caer en los pozos negros que el mago quiera ponerme en el camino para no descubrir su secreto.

Y, al final, sólo tendré que volver a chocar los tacones de mis zapatos para salir volando y despertar de un sueño que no es más bonito que mi realidad, pero sí más coloreado...

viernes, noviembre 30, 2007

Nuevo meme copiado

Ya sabéis que soy un poco de memes, así que, cuando unaexcusa me ha hablado de que iba a hacer uno, no he podido resistirme y lo he copiado. Queda aquí para los anales de la historia y para quien quiera contestarlo, copiarlo o lo que bien le salga.
1. ¿Cómo llegó usted a En busca?

2. ¿Recuerda cuál fue el primer post que leyó?

3. ¿Qué pensó de su autor cuando lo leyó?

4. ¿Con qué personaje de ficción identificaría a Arwen? (No vale la respuesta obvia).

5. Si tuviese que invitar a Arwen a cenar ¿qué le prepararía?

6. ¿Qué cambiaría del diseño de este blog? y lo que es mejor ¿cómo se hace para cambiarlo? (si lo sabe, claro)

7. ¿Sobre qué le gustaría que escribiera?

8. ¿Sobre qué está harto de que escriba?

9. Si Arwen fuera una atracción de feria ¿montaría en ella? ¿pagaría por montar en ella? (Esta pregunta es de lo más equívoca, teniendo en cuenta los diversos significados de "montar" en este idioma nuestro tan bonito. Pero en fin: la dejo. Ahora, eso sí: estamos hablando de una atracción) El paréntesis es de unaexcusa, lo dejo porque estoy de acuerdo con la aclaración, que hay cada cual por ahí...

10. Si decidiese mandar a Arwen a algún sitio ¿a dónde sería?

11. Mantengo la pregunta original ¿Un consejo para En busca? La mantengo a diferencia de unaexcusa porque a mí me da igual que me den consejos, total sólo sigo los que me parecen... (que nadie se ofenda).

¿Dificultades?

Es difícil asumir, es difícil aceptar, es difícil continuar caminos tortuosos que son rectos aunque no podamos verlo en determinados momentos. Es fácil sonreír, es fácil ponerse a cantar para que el espíritu se eleve, los pies se hagan ligeros y nos demos cuenta de que somos nosotros quienes llevamos las riendas de nuestra vida.
El destino, el hado, pueden ser dulces engaños para olvidarnos de que las elecciones las hacemos nosotros, pero prefiero el libre albedrío para saber que las equivocaciones son mías, pero también los aciertos, las alegrías, la felicidad. Prefiero saber que soy yo, más que nunca, la que domina las circunstancias, o se deja dominar por ellas, si es lo que mi corazón decide en cada momento, seguido de la estela de sueños que acunan mis noches para hacerme despertar en un mundo igual y diferente, complejo y simple, sutil y directo, porque soy todas esas cosas y alguna más que no reconocería a la cara de nadie para no asustarme.
Y la marea de la melancolía suele arrastrarme con facilidad, a mí de naturaleza cambiante y maleable porque es la luna la que domina mis pasiones, aunque, en el fondo, todos sabemos que las pasiones dominan y nos llenan. Sin embargo, esta vez la melancolía viene con pequeñas lágrimas que me permiten asumir, comprender, asimilar que, poco a poco, vuelvo a un ser que sabía no estaba perdido, pero que, seguramente por voluntad propia, había decidido sepultar bajo un alud de sentimientos diferidos.

martes, noviembre 27, 2007

Inglés

Este año he decidido, de una vez por todas, retomar el inglés y no dejarle vencerme, como me ocurre casi siempre. Mira que se me dan más o menos bien los idiomas, y que me gusta estudiarlos (no sé ninguno bien, pero chapurreo el francés, entiendo algo de portugués y me peleo con el inglés, como os cuento), pero es que la lengua de Shakespeare tiene algo contra mí. Tanto orden desordenado, si lo entendemos a la manera del español, tanto phrasal verbs de las narices (que sólo demuestra que tienen poca inventiva los ingleses para crear palabras), tanta perfect pronuntiation...
El caso es que, para no volver a atascarme (y os aseguro que me da verdadero pavor acabar estancada en el nivel que actualmente tengo de inglés) decidí buscarme a alguien con quien charlar en inglés y en español, para ayudarnos mutuamente. Y localicé a H. Ella es una chica inglesa, de Manchester, que da clases de inglés y cuyo nivel de español, supuestamente, está tres cursos por debajo del mío de su idioma. Digo supuestamente porque lo flipé. Mientras yo tartamudeaba y vacilaba y no encontraba las palabras (el inglés en 1.000 palabras es demasiado para mí, me quedo en las 300 como muchas, diría yo), H. se lanzaba a la piscina, me contaba su vida en Vietnam y en México (pero, ¿qué les dan de comer a estos ingleses que no se conforman con ir a trabajar a la capital, sino que se piran al otro lado del mundo?), y cómo se divertía en Sevilla.
Total, que mientras intentaba explicarle mi vida, sólo se me ocurría, el escucharla a ella en inglés, cómo puedo conocer tantas palabras y no ser capaz de usarlas en una conversación normal (porque sabía lo que me decía); cómo puedo entender prefectamente la diferencia entre pasado, presente y futuro y que, en inglés, mi tiempo se reduzca al presente (bueno, eso puede no estar tan mal, ya sabéis carpe diem je je); y cómo narices voy a lograr dejar de decir palabras en francés mientras hablo en inglés...
... Lo bueno de todo esto es que H. es amiga de mi profe de inglés, claro, y cuando comentamos el encuentro, insistió en que sí que tengo un buen nivel, porque estuvimos hablando un buen rato... Aunque sigo pensando que él es muy bueno y que no seré capaz de desenvolverme hasta que no me obliguen a estar sola en un país anglosajón sin nadie alrededor que hable mi idioma, por aquello de que algo tendré que comer...

domingo, noviembre 25, 2007

Resignación

No puedo entender a los que se resignan. No hablo de los que se resignan frente a enfermedades horribles (a esos todavía se les puede entender en determinado momento). A quienes no entiendo son a los que se resignan en su vida, los que por 'no molestar' se callan, se agazapan, se esperan. Y más rabia me dan los que se resignan, pero luego pretenden luchar, a destiempo, cuando te pillan ya de espaldas y lo único que hacen es tirar de la punta de tu ropa para no dejarte ir, pero tampoco te puedes quedar porque ya está todo dicho.

¿Ahora me vienes con esas? ¿Ahora que está todo expresado una y mil veces, explicado, reexplicado, quizás no entendido, pero sí asumido? No lo voy a permitir, esta vez no. Se acabaron las oportunidades y las manos tendidas, se acabó pensar en ti, porque me toca pensar en mí más que nunca, se acabó la resignación porque nunca me he resignado. Y si lo hiciste cuando no debías, ponte las pilas y asume ahora que es lo que toca, o no te resignes, pero déjame respirar y abrir los ojos, y dejar de llorar, y partir, y sonreír, y gritar, y volar, y correr, y caerme si es lo que toca, porque me da igual destrozarme las rodillas si es exclusivamente por mi culpa. Y te pareceré dura, y seré dura. Pero es que yo no me resigné.

No comprendo la resignación, porque es tirar la toalla, porque es no pelear, morder, batallar, patear por lo que quieres, por lo que anhelas por lo que es parte fundamental en tu vida. Si alguien se resigna me hace pensar que lo perdido no le parecía tan importante. Y si soy yo, el dolor puede llegar a ser insoportable, aunque se pasa, claro, como todo, porque lo valgo.

No me resigno porque no me sale. Me convierto en pesada, cargante, molesta... Pero no me resigno y ahí sigo, siempre, hasta el final, incluso más allá, cuando mis manos se quedaron sin uñas de tanto arañar el suelo para encontrar las gotas de agua que hagan crecer los brotes.

Pero te resignaste, y ahora los esfuerzos no valen. Se pasó la oportunidad, es posible que nunca la hubiera habido porque hay ciertas cosas que no tienen marcha atrás, volver e intentar retomarlo llevaría a un fracaso mayor.

Sólo queda la esperanza, puede que algún día empezemos algo nuevo.
Foto extraída de http://www.igooh.com.ar

Superdotada

Mi madre y yo tenemos una relación un tanto particular. Somos demasiado distintas en casi todo y algo iguales en otras cosas (sobre todo en la cabezonería), así que procuramos estar a una distancia prudente, incluso cuando me toca volver a casa a pasar una temporada por los avatares de mi vida laboral (vale, no es que me toque, es que me viene bien el ahorro). El caso es que esta relación especial supone que, al menos una vez al año, mi madre me diga algo que, sinceramente, me descoloque, por decirlo finamente. El año pasado vio su oportunidad en las navidades (vivía en Asturias, sólo estuve aquí unos días), cuando me soltó que no era hija suya, que sólo elegí su vientre para nacer y mi familia para desarrollarme. Esto se lo había dicho alguna de sus fantásticas amigas, y claro, le dije que llego a poder elegir y, no sé, prefiero ser hija del mayor magnate del mundo o algo así, ¿no? En fin, corrí un tupido velo sobre el comentario y pensé que ya se le habrían pasado sus paranoias.
Pero no, el fin de semana pasado mi madre volvió a atacar. Llegaba a casa para comer y cuando voy a sentarme a la mesa con mis padres suelta mi querida madre 'eres superdotada. Lo creía, pero ahora lo tengo confirmado'. Mi padre y yo que nos miramos y se nos escapan sendas sonrisas, medio carcajadas. 'Y, ¿qué te ha hecho llegar a esa conclusión a estas alturas de mi vida, un poco tardías, la verdad?', le pregunto ya sin poder evitar la risa.
'Lo pone en el periodico'. Os prometo que ahí casi me atraganto con la sopa, porque influenciada por demasiados capítulos de Los Simpsons veía un dibujo de mi cara publicado en el periódico y debajo una leyenda donde se leyera 'Es superdotada'. Pero me repuse antes de dejar volar demasiado mi imaginación (me veía firmando autógrafos, con empresas rifándoseme por mi gran capacidad para ¿?, ...) y le pregunté qué ponía en el periódico.
Al parecer, para detectar si un niño es superdotado tiene que cumplir determinados requisitos como decir palabras de determinada dificultad antes de los diez meses; comprender conceptos abstractos a los dos años; plantearse no sé qué cuestiones antes de los seis... Y, según mi madre, soy el ejemplo perfecto de todas esas circunstancias...
Así que ahí que la tengo disculpándose por no haber cuidado mi educación ni haber fomentado mi intelecto (que ya puestos podría haberse disculpado por pasar bastante de mí en general, pero con seis hijos, pues tampoco le voy a pedir peras al olmo), momento que aproveché para solicitarle el piano que siempre he querido y que, en este momento, no me puedo pagar.
'Pero, ¿terminarías la carrera?' y yo, mamá por dios, que la terminé hace diez años, que fuiste a la fiesta final y todo. Y ella que insiste, '¿que si terminarías la carrera?' y así tres o cuatro veces hasta que aclara que era la de piano.
Sí, hombre, para lo que me ha servido la de periodista voy a perder otros seis años en algo inútil, lo que yo quiero es aprender a tocar el piano por gusto.... Así que, una vez más, me quedé sin mi instrumento soñado...
En cualquier caso, ahora que sé que soy superdotada, empiezo a notar cómo mi cerebro realmente se expande y ya estoy buscando nuevas ocupaciones para desarrollar todo mi potencial, porque mi madre me ha abierto nuevas posibilidades... Quién sabe, a lo mejor hasta logro el Nobel... ¿se os ocurre algún proyecto para alcanzarlo?

viernes, noviembre 23, 2007

Liberación


Un día te despiertas y el peso se ha aligerado. No es que las mantas hayan caído al lado de la cama, es que el alma empieza a recuperarse por su imperativa necesidad de sentir más cosas que el pesar, la soledad, la tristeza, la pesadumbre de una vida que cambia hacia otra. Tampoco se trata de abandonarlo todo, pero sí de abandonarte en la marea que ha ido creciendo dentro de ti.

Soy feliz incluso cuando soy infeliz, porque vivo, y aprendo y crezco y siento y me quieren y quiero, aunque el amor sea eterno mientras dure. Ahora seré feliz de otra manera, y me duele mirar atrás, pero es un dolor suavizado por los dulces recuerdos que envuelve el pasado. Porque ha sido una partida que ha hecho daño, pero que ha sido cuidadosa para no romper más platos de los que ya cayeron, una y otra vez, mientras era un común y no un separados.

Crees que has aprendido la lección, pero también sabes que hay ciertas cosas contra las que tendrás que luchar para no repetir historias y batallas que te han llevado de nuevo a elegir la bifurcación del sendero, si bien esta vez has sido lo bastante ágil como para evitar que te vuelva a partir en dos.

Hay que ser cuidadoso, porque aprendemos demasiado bien quienes somos, pero estamos ciegos ante nuestro propio ser, de manera que nos creemos distintos simplemente por cambiar de interlocutor. Resta, pues, tomarme el tiempo necesario, corto o largo, para saborear una nueva existencia.

sábado, noviembre 17, 2007

De esta agua no beberé

Nunca digas nunca jamás. Nunca aseveres 'de esta agua no beberé'. Nunca afirmes que es imposible que hagas algo. Estas son algunas de las frases que suelo decir cuando soy algo categórica en mis afirmaciones. Soy categórica y pretendo suavizar ese convencimiento absoluto con esas frases hechas. Pero las frases hechas siempre tienen más razón de la que puedan tener unas palabras contemporáneas, aunque sean meditadas.
Todo esto viene a que, últimamente, estoy haciendo una cierta serie de cosas que afirmé, juré y perjuré que jamás haría. Sin remordimientos, sin sentimiento de culpa, sin pensarlo, porque me lo pedía el cuerpo. Y me he sentido extraña.
Me he sentido extraña por hacer esas cosas que dije que jamás haría (por diferentes motivos), sin embargo, sobre todo me he sentido rara por mi comportamiento posterior, mi tranquilidad más o menos absoluta de que lo hecho, hecho está.
Y, sinceramente, me doy un poco de miedo. No por nada, o por todo, porque si me pongo a reflexionar sobre la cantidad de cosas de las que he dicho 'jamás jamás jamás', me quedan unas cuentas, bastantes, en las que caer, y claro, una cosa es, llamémosle, desmelenarse un poco para relajarse después de una época de tensión y atreverse con ciertas cosas, y otra muy distinta acabar cayendo en una vorágine desenfrenada de posibilidades desechadas que, en el fondo, sé que no debo hacer (más que nada porque una cuida su educación, cultiva su mente y se convierte en lo que es por sus principios y conocimiento propio).
Lo peor es que es divertido. No las cosas que hago en sí (algunas sí), sino el hecho de descubrir que vuelvo a ser una y muchas, que sí, que efectivamente para desplegar todas mis alas necesitaba soltar amarras.

viernes, noviembre 16, 2007

Ocho cosas que me hacen sonreír

1.- Un abrazo de mis sobrinas.

2.- La mirada de un niño pequeño.

3.- Una llamada inesperada de un amigo.

4.- Encontrar, de pronto, la luna llena en el cielo.

5.- Escuchar una canción que me gusta o me trae recuerdos.

6.- Hacer bien (o medio bien) un nuevo movimiento de capoeira.

7.- Descubrir que gusto.

8.-Un beso para despertarme.

Este es un meme que he heredado de James Joyce y que yo paso a: Ana y X, que se acaban de reincorporar el mundo meme y sé que les gustará; a Unaexcusa y Suntzu, que para eso son amigas y tienen que aguantarme; a Cruzcampero, porque sé que lo hará con mucha gracia; a Nils, porque aún no le mandé nada; a Anthony Towers, para chincharlo un poquito; y a Sagutxo porque tengo curiosidad sobre qué lo hace.
Las reglas son las siguientes (leedlas con atención):
1. Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas. Da igual las que sean, pero que sean 8.
2. Tienen que escribir esas 8 cosas en su blog junto con las reglas del juego.
3. Tienen que seleccionar a 8 personas más, invitarlas a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
4. No olviden dejar un comentario en los blogs respectivos desde los que han sido invitados a jugar.

jueves, noviembre 15, 2007

Saudade


El problema de que las raíces sean personas radica en que, cuando te alejas de la que es la principal, el desarraigo es profundo. No se trata de un pequeño trasplante a tierras más cálidas, ni buscar un nuevo injerto que te mantenga en tu sitio. Se trata de ubicarse en una nueva situación, un nuevo lugar, una nueva vida que, además y a pesar de lo que tardaste en decidirte, nunca creíste que pudiera llegar.

Nunca me he sentido especialmente de ningún sitio, me he sentido de personas, de abrazos, de conversaciones, de sonrisas, de compañías que se me han brindado. Y ahora, al perder a la que marcó mis decisiones, mis pautas, mis lugares, no es que sienta el suelo desaparecer bajo mis pies, es que ha desaparecido literalmente. Hacia donde dirigir mis pasos se convierte en un juego de miles de posibilidades que me hacen estirarme, aguzar la vista, sonreírme a mí misma.

Pero, entonces, cuando menos lo esperas, llega la saudade. Una carta enviada a destiempo, más bien, unas palabras inesperadas, unidas en un sin sentido, una sinrazón para mí, porque aún no puedo creerlo, porque me parece imposible que haya vuelto a caer en la desilusión de esperar lo esperado y encontrarme con lo inesperado.

La saudade de la distancia, de la pérdida, de la añoranza, esta vez más que de una persona de la vida compartida que soy consciente de que no volverá, porque mi capacidad para tirar de mis raíces se agotó cuando comprendí que ellas nunca se alargarían para buscar el agua que me diera la vida.

Porque puedo vivir muchas vidas pero al final sólo me queda la mía y, entonces, prefiero vivir ésta, aunque me entristezca comprobar que no supe, no supimos conjugar ambas para que ninguno de los dos perdiera.

Y sé que la saudade me durará. Y sé que pasará, como pasa la vida, aunque el amor permanezca. Porque esta vez no quiero olvidar, sólo seguir adelante y reconocer, recordar, que fue hermoso, que fui querida, que amé, que aún amo y que ojalá no sea una pérdida, ojalá pudiera ser una transformación, aunque sepa que no lo será, aunque sepa que dejaré de oír tu voz, de descubrir tu mirada, de sentir tus caricias... Porque aunque todo esto cueste, sé que tengo que vivir mi vida.
Foto extraída de http://www.allposters.es/

domingo, noviembre 11, 2007

Ha-Buah gana merecidamente



Mira que no suelo estar de acuerdo con los premios del público y que no me identifico especialmente con lo que opinan los demás de ciertas cosas, pero, creo que lo hemos logrado (lo digo por mis compis de festival de cine y la que escribe). Ha-Buah, 'La burbuja', de Eytan Fox, película israelí sobre la situación palestino-isrealí y la homosexualidad en semejante contexto, se ha alzado con el gran premio del público en el Sevilla Festival de Cine que me ha traído loca en los últimos ocho días.


Sinceramente a mí la película me encantó y por eso le dí la puntuación más alta que he dado a todas las que he visto y optaban a este premio. Me ha gustado porque trata un tema político sin caer en el politicismo ni en la demagogia (en mi humilde opinión), me ha gustado porque las historias enganchan, me ha gustado porque cuenta un 'gran historia', pero también las pequeñas, las de los personajes... En fin, que me alegro del premio, qué narices. De hecho me he quedado con las ganas del cartel para incluirlo en la remodelación de mi habitación...


Aparte de esta, otras muchas pelis me han gustado, pero he visto 19 y, como comprenderéis, aunque os prometí comentarios de todas por si tenéis oportunidad de verlas, va a tener que ser en pequeñas dosis, o me da un algo.


Coeurs, de Alain Resnais, también me ha gustado bastante. Tenía un toque surrealista, a la vez dulce, a la vez, no sé, me ha gustado. Quizás porque alguna historia me recordó a la mía, por mucha tristeza que me diera. Y la estética naif me atrajo también. No sé, en realidad no tienen nada que ver, pero me pareció una 'Love actually' francesa.


Born ('Children'), del islandés Ragnar Bragason, es violenta, directa, efectiva, asombrosa. Me quedé como 'uff', pero está bien, tiene un ritmo que se lleva muy bien y también tiene la curiosidad de escuchar islandés, idioma que no había oído en mi vida, que yo recuerde.

Y A outra margem (El otro lado), de Luis Filipe Rocha, con actor invitado in person incluido, también ha sido de las que más me ha llamado la atención. La pena, no haberle dicho al actor a la cara que está mucho más guapo en persona que tan delgado como en la peli. Bueno, y haberle comentado que hace un gran papel, je je. Más allá de las bromas, es otra de las pelis que os recomiendo.


Cartel de Ha-Buah norteamericano, no encontré el que quería del festival.
Fotograma de la película A outra Margem.

viernes, noviembre 09, 2007

Sucesos paranormales

Realmente esta anécdota es una chorrada, pero es que me ha flipado un poco y es una muestra más de que tengo cara de 'venid a mí'.
Como sabéis voy y vengo del trabajo en bici, y esta tarde, al volver iba pedaleando por la acera, porque hay un tramo que no tiene carril bici, cuando empiezo a oír 'oiga, oiga' y, claro, no hago caso porque voy en bici, por esa zona no conozco a nadie y porque hay gente andando. Total que paso de todo y sigo pedaleando cuando siento una presencia a mi lado. Miro y es un chaval de unos 14 años que viene corriendo a mi altura.
Claro, como no me fío ya ni de mi madre le miré y, para mi sorpresa, veo que es él quien está gritando y que me habla a mí. Le presto más atención, porque agitaba, desesperado y casi sin aliento en su carrera, unos papeles delante mía, y va y me suelta '¿quiere entradas para el rugby?'.
Esta situación me ha hecho plantearme varias cosas: Primera, ¿qué cara tengo cuando voy en bici? Quiero decir, hoy iba bien vestida (pantalón de pinzas, rebeca media manga, vamos que no iba en vaqueros), por tanto, mi aspecto no daba imagen de gustarme el rugby, así que debe ser que pongo cara de bestia.
Segunda; si tienes unas diez personas a pie a tu alrededor ¿por qué vas corriendo detrás de la única que va en bici, y por tanto, va más deprisa, para intentar venderle algo?
Tercera, ¿están pirados los adolescentes?
Ah, y por cierto, como comprenderéis le dije que no quería entradas... Este finde toca Festival de Cine todavía...

miércoles, noviembre 07, 2007

Decisiones

Y ocurre muchas veces que, en el momento que tomas una decisión, todas las razones por las que la tomaste no parecen tan importantes. No es tan malo que sea así, ni son tan terribles las desilusiones. Lo malo se difumina y lo bueno hace acopio de mayor lugar en tu mente para que las dudas que has conseguido erradicar tras, quizás, meses de lucha vuelvan a ocupar un sitio que te hace temblar sobre tus propios pies.


Es en esos momentos cuando las fuerzas parecen querer abandonarte y es en esos momentos cuando la soledad del alma es más necesaria para atarse al suelo y no dejar volar una mente que prefiere retornar a tierra segura, al hogar conocido que da la tranquilidad de saber dónde se está, pero quita la sal a la vida y, sobre todo, acabaría por enterrarnos en una situación que no es la que queremos, ni merecemos ni hemos soñado.


Sin embargo, sigue existiendo un coste que se hace demasiado pesado muchas veces, y es difícil mantener, no ya elevar, el ánimo para seguir sintiéndose feliz y seguir, al menos seguir adelante, que es justo lo que hace falta, lo que pretendimos con nuestra primera decisión.


Es importante, entonces, mantener el teléfono alejado, para no caer en las mil y una tentaciones que nos asaltan a cada instante y que ni siquiera la más continua actividad consiguen erradicar de estos días que parecen eternos, estas semanas que no tienen fin, esperemos que no meses de corazones encogidos y ojos llorosos aunque estén secos.


Porque llorar alivia, hasta que deja de hacerlo para convertirse en un habitual de nuestras horas. Pero no hay que permitirlo, porque la decisión la tomamos conscientemente, seriamente valoradas todas las opciones y para no hacer daño y no hacerse daño, no ser herida una vez más, aunque no hayamos salido indemnes.

lunes, noviembre 05, 2007

La congoja se apodera del alma del caballero que batalla acompañado de sus inseparables colegas. Ese pensamiento le inunda y le confunde porque se siente solo, se encuentra solo y la soledad es la que empuja su arma frente a enemigos invisibles que son los que más daño hacen a su maltrecho corazón, dolido de tantas guerras propias y ajenas.

Los sueños de juventud parecen haberse desvanecido en el fragor de mil escaramuzas que han marcado su cuerpo como si de un mapa de historia se tratara: aquí el rasguño de la guerra tal; allá la cicatriz de una herida que casi le lleva a la muerte; acullá las marcas de la tortura. Pero esas heridas no son nada comparadas con las que el desamor, el desencanto están provocando en su espíritu y que están mermando firmemente su decisión para lanzarse hacia la muerte sin temor ninguno, único pensamiento que le ha hecho salir vivo de tamaños peligros.


La sensación de pérdida del arraigo hacia quien fuera su amada ciega sus ojos, no ya con lágrimas, agotadas después de noches y mañanas de trémulos insomnios, sino con la desesperación de saberse perdido en un mundo que dejó de ser el suyo en el momento en que erró en su camino por alejarse del símbolo de su valía. Porque el odio sólo engendra odio, la sangre sólo llama a sangre.


Y es ahora la sangre de todas sus víctimas inocentes la que clama justicia, porque la venganza murió en sus corazones en el mismo instante en que sus familias desesperadas comprendieron que nada podría devolverles lo que habían perdido. Y la justicia es resbaladiza cuando se trata de guerreros curtidos, pero en este caso, con su alma partida en infinitos pedazos imposibles de reunir, el caballero ha flaqueado y ha dejado una puerta abierta hacia la salida.


Entonces, el fragor de la lucha se torna en un silencio que puede cortar el corazón de quien, raudo, se enfrenta a su desdicha.

Foto de Susana Camoes, en www.olhares.com

sábado, noviembre 03, 2007

El Festival de Cine Europeo de Sevilla


No sé si ya había comentado por aquí que ayer comenzó en Sevilla el Festival de Cine Europeo y que, verbigracia de haber vuelto a estudiar inglés y el bono estudiante, tengo entradas para 27 películas. No voy a poder verlas todas porque, desgraciadamente, tengo más obligaciones que ver cine, pero, aunque no es mi intención comentar cada una, no puedo dejar escapar la oportunidad de dejar aquí mi impresión de mi primera maratón de cine europeo: cuatro películas en una tarde.

¿Quién me iba a decir a mí, bastante comercial para el cine, que la película que más me iba a impactar de las primeras que he visto iba a ser una sueco-alemana? När mörkret faller ('Cuando cae la oscuridad') me llegó al alma, me puso los pelos de punta, me sacó algunas lágrimas y me cabreó, me cabreó, me cabreó porque es real, porque pasa ahora, en pleno siglo XXI y no sólo en el 'tercer mundo', también en el 'primero'.

'Cuando cae la oscuridad' habla de las mujeres, de cómo da igual la religión, el país, la edad que tengan, porque aún hay hombres y mujeres que se creen con derecho a quitarnos la vida, a decirnos cómo tenemos que vivir, a denigrarnos.... Y todo contado con una crudeza que encoge el corazón.

Esa película fue la que más me impactó, pero Anna M. me recordó por qué me sigue gustando encontrar alguna peli francesa de vez en cuando. Si hasta A. pegó un grito de la tensión psicológica, de esos planos, de esa cara de su protagonista, Isabelle Carré, y ese idioma. ¡Qué me gusta el francés aunque no lo entienda!

Las otras, que pasaron sin pena ni gloria, fueron 'Le domaine perdu' (co-producción francesa), que, la verdad, realmente mal, no sé si porque no la entendimos o porque no tenemos el humor francés (a mi lado se sentaron dos galos que se partían de risa, y aún no sé por qué) y
'... A bude hur' (checa), sobre los rockeros en la Checoslovaquia comunista, en blanco y negro y, al menos, con buen ritmo, porque no se me hizo larga.

En fin, que espero que de este baño de cine europeo salga algo bueno, aunque sólo sean ratos entretenidos y alguna que otra visión de buen cine.

jueves, noviembre 01, 2007

Aeropuertos y aviones

Con tanto lío de colgar las fotos de Melilla y retomar mis actividades deportivas casi se me olvida contaros mis experiencias en el aeropuerto y en los aviones al ir a ver a mis amigos. Debo confesar que, en el primer caso, al principio me puse a temblar acordándome de Ilse, porque ella tiene mucho aplomo y está muy curtida en estos lares (o eso parece), pero yo no. Bueno, vamos al lío, para que veáis que sí que tengo cara de 'hábleme usted que para eso estamos'.


El caso es que estaba yo el día doce de octubre en el aeropuerto de Málaga con tres horas por delante para que saliera mi vuelo a Melilla (es difícil coordinar trenes y vuelos, sobre todo si los de Renfe te dicen que no te fíes del tren siguiente, que como se estropee no llegas...). Normalmente, cuando tengo tanto tiempo en los aeropuertos miro las tiendas, llamo a amigos y familiares y leo algo, pero ese día tenía una hora y media de sueño encima, así que las tiendas las miré de aquella manera, sólo hablé con dos amigos (¿dónde estaba el resto?) y mi madre e intenté leer. Un consejo, si sólo habéis dormido una hora no cojáis como único libro uno en inglés. Efectivamente, a la tercera palabra estaba dando cabezadas en el sillón del aeropuerto y, como no me gusta dormirme en sitios públicos, que no me fío ni de mi padre y los ladrones también van en avión, me puse en pie, me lavé la cara y cambié de asiento. Subí la música del mp3 a toda caña para despertarme e intenté concentrarme en mis zapatos para no dormirme, pero no pude evitar un bostezo de esos que hacen historia.


A eso que levanto la cabeza y me veo un señor de unos 50 años que me ha pillado con toda mi boca abierta: vergüenza, gesto con la cabeza de disculpas y rápida mirada hacia otro lado. A los segundos me vuelvo para ver si se ha ido y lo pillo comprando dos helados. 'No se le ocurrirá', me digo, 'su esposa estará por aquí', y, por si acaso, vuelvo a girar la cara... Pero, no, claro, el otro helado era para mí, of course, pobre niña dormida y desamparada... Vamos, que el tío llega y me planta en la mano unos de estos helados con galleta y, aunque intento rechazarlo, el buen hombre insiste 'it's a gift', y claro, como se iba a deshacer tuve que aceptarlo.


(Aclaración previa: mi inglés es pésimo-sí, Anthony, aunque esté en quinto lo reconozco-, sólo he estudiado dos cursos, pero tengo buen oído, imaginación y que ya no me para nadie).


Obviamente le dí las gracias en inglés y, claro, el señor se tomó el brazo por la mano y se sentó a mi lado para saber quién era. Me preguntó de dónde era, y al contestarle que española alabó mi inglés (!!!), porque nadie lo habla (que es lo que tenía que haber hecho yo). Como vio que le contestaba, siguió preguntando, siempre en inglés, claro, que a dónde iba, que si vivía en Málaga, que si patatín, que si patatán... Y ese era el momento en que yo temía que me hiciera la pregunta clave, la que le hicieron a Ilse y que me comprometía a algo más que tomar un helado...


Pero no, no le di oportunidad. Si el tomó mi brazo yo decidí coger su pierna y me puse a preguntarle también que quién era y que a qué se dedicaba... Para qué, porque el buen hombre no quería ligar conmigo, lo que quería era venderme su empresa: la producción de energía eléctrica a través del hidrógeno, energías renovables y del coche para dar luz a las casas, las oficinas, las tiendas... Imagináos todo eso explicado por un alemán a una española en inglés, que me dio el señor hasta dibujos explicativos, que podéis ver aquí.


La verdad es que no daba crédito, pero reconozco que me salió la vena periodística y venga a preguntarle si ya tenía toda la tecnología necesaria para llevar a cabo sus proyectos, que qué opinaban las eléctricas ('they want kill me', me decía el colega), y que estaba muy bien para el futuro del planeta... Total, tres cuartos de horas hablando con el hombre que se fue corriendo para no perder el avión, me dio su mail del trabajo y el personal y se disculpó y todo, ¡él, que me había regalado un helado por verme bostezar!.


Y lo mismo a vosotros esta historia os parece de lo más normal, pero es que, cuando ya estaba recuperándome del surrealismo de este encuentro, a la vuelta del puente, me siento en el avión y el de al lado (otro hombre de unos cuarenta y algo años, ¡qué les daré!), se pone a decirme que si lloverá en Málaga, que si se moverá el avión y, no sé cómo, acaba pidiéndome el mail para enviarme no sé qué, que me permitirá tener en mi ordenador una ventanita que me dice el tiempo cada vez que esté conectada a internet (que, por cierto, no me ha enviado). Me contó su vida sin que preguntara, me explicó pormenores de su trabajo y de que lo mismo lo despedían o se iba él de la empresa...Y también se ofreció a llevarme en taxi a la estación de trenes, pero de eso pasé, ¿eh? , que ya eran demasiadas confianzas...

miércoles, octubre 31, 2007

Retazos

Mi vida está llena de pedacitos de ti. Y ni siquiera pretendo borrarlos. Quiero continuar sintiéndolos, viéndolos, recordando. Quiero mirar a mi alrededor y saber que estuviste aquí, ahora, cuando continuas, y más tarde, cuando posiblemente ya no estés y no pueda verte, oírte, tocarte.

Es difícil alejarse cuando aún te sientes cerca y sabes que lo estarás por mucho tiempo, cuando alguien te agarra. Sin embargo, aunque tú no cortas mis alas, no las despliego al completo cuando estoy a tu lado y ahora necesito volar tan alto que la única compañía que puedo permitirme soy yo misma. Espero no ser como Ícaro, o, tal vez, en este intento pierda algo más que mis alas, la oportunidad de despertarme junto a ti cada mañana.

Sin embargo, este tiempo de espera quizás lo único que hace es prolongar una partida que hace tiempo me ronda y me llama y me despierta en las noches para intranquilizar mis días. No podré decir cuándo se produjo el cambio ni qué provocó la llamada, tal vez porque esta parte también esté construida de pedacitos de ti y de mí, de retales de una historia que nos amarra quizás equivocándonos en una defensa a ultranza.

Quiero y no quiero, estoy segura e indecisa y todo esto parece servir únicamente para que mis trozos se claven en tu alma y te hagan aún más daño del que jamás pretendiera. Porque quizás pude evitarlo y no supe cómo, porque quizás fue inevitable y no supe cuándo, porque vernos es un dulce placer y un profundo dolor, porque necesito calma.

Y ahora reúno pedacitos y ya no me salen las lágrimas.
Imagen de Alexandre Costa, extraída de www.olhares.com

domingo, octubre 28, 2007

Sobreviviré

Y, ¿qué más da que la vida corra y tú creas que estás parado cuando hay quien te demuestra que es mentira?Una mente en blanco puede hacerte dudar, pero, afortunadamente, muy afortunadamente, hay muchas personas alrededor que son un gran apoyo y un gran impulso.

Por eso hago mía una canción, una palabra, un himno y una consigna: Sobreviviré.

Creo que si Gloria Gaymour levantara la cabeza estaría orgullosa de mí, como yo lo estoy de vosotras, y me permitiría este descarado robo de una canción que siempre consiguió levantarme la moral y que dos personas maravillosas (para qué ocultarlo: paqui y jesús) hasta me consiguieron en portugués para que la gritara en todos los idiomas posibles.

Sobreviviré habla del desamor y el amor, pero, para mí, habla de que siempre me levantaré, las más de las veces, porque hay alguien (vosotras) que está ahí y me dice que solo hay que elevar el cuello, la cabeza y tirar para arriba.

Sobreviviré...

Porque hay amistad, y días azules tras la lluvia, y tormentas con rayos, truenos y centellas.

Sobreviviré...

Porque lo he hecho siempre y no he dejado que nada me pare ni me trabe en la lucha por alcanzar mi meta.

Sobreviviré...

Porque "al principio me asusté, estaba petrificada", pero ahora "tengo toda mi vida por vivir"...

... Firs time was afraid, I was petrified

Keep thinking I coudn't never lived without you by my side...

La llegada del otoño siempre me pone un poco melancólica. Los días son más cortos, empieza a refrescar y apetece meterse debajo de una manta. Este otoño, especialmente, me apetece retrotraerme, aislarme del mundo, quizás porque ya me siento un poco sola.

La verdad es que, desde el final de la carrera, me he pasado estos años dando saltos, cambiando de ciudad, y, sin embargo, es ahora cuando me estoy dando cuenta de lo que pierdo, cuando estoy sintiendo saudade, como dirían los portugueses. Hay quien traduce esa palabra por melancolía, pero, para los portugueses, es mucho más, es esa melancolía que enraiza en el alma y que tiene mareas como el mar que baña gran parte de Portugal y que les dio su época de esplendor con las colonias...Pues sí, siento saudade de vosotras, que estais ahí, a pesar de los mil kilómetros, y espero que mi casa (cuando de verdad sea mi casa y mire al mar, porque lo hará) se convierta en vuestro puerto de refugio en verano, invierno, primavera y otoño, para que tengais donde amarraros y yo os pueda sujetar, como vosotras me habéis sujetado tantas veces y seguís haciéndolo...

Entonces, no creo que sea tan independiente como parece (que lo mismo ni lo parece) porque prefiero depender de personas con las que puedo hablar un buen rato y echar unas risas y soltar unas lágrimas, a mirar a mi ombligo y olvidar que el resto existe.

Vosotras existías, y por mucho que mi felicidad (una parte) esté lejos de Sevilla, ya sabeis que mi corazón os tiene reservado un gran hueco que no se va a cerrar nunca. No disfrutaré de los sábados con vosotras, de las cenas en el vips, de las pelis en el Nervión... Pero sí las disfrutaré, aunque sea a través de un ordenador.

En el fondo, creo que me gusta el otoño...


Este texto lo he rescatado del blog que compartimos suntzu, amniotic y yo. Es del año 2006, si no recuerdo mal. Ahora estoy cerca, pero sigo pensando que sobreviviré una y otra vez.

La capoeira y yo





Este año he encontrado mi deporte. Más que un deporte es un hecho cultural diferencial, una forma de vida y, para mí, significa una lucha por ser libre, por no sentirse preso de la propia vida, incluso en la esclavitud. Hablo de la capoeira.



La capoeira es un arte marcial afrobrasileño que surgió en el siglo XVI como respuesta de los esclavos negros a la prohibición de sus amos portugueses de practicar cualquier deporte y, por supuesto, cualquier forma de lucha o defensa personal. Para poder mantener sus costumbres, defenderse y descargar tensiones estos esclavos comenzaron a mezclar sus artes marciales con música y bailes que camuflaban el fin último de los ejercicios: poder pelear.



La primera vez que oí hablar de la capoeira fue hace cuatro años en boca de una amiga que me la recomendó para aliviar el estrés que me producía estar en paro otra vez. En aquella época, por cuestiones económicas y de paseos para arriba y para abajo por España (para buscar trabajo, para ver a mi novio) no me apunté y, posteriormente, tanto el trabajo como el estudio de las oposiciones me impidieron comenzar a practicar este arte marcial.



Por eso, cuando hace unos seis meses descubrí que en el gimnasio donde voy a nadar se impartían clases de capoeira no lo dudé y me inscribí. No voy a mentir, aprender capoeira es duro, máxime cuando parece que los elementos se han alineado contra mí y por culpa de la operación de miopía y la lesión en la rodilla he acudido a las clases de forma intermitente. Sin embargo, desde el primer día supe que ya nunca iba a dejar de jogar capoeira, que había encontrado algo que me permitía acercarme más a mí misma y compartir algo con un grupo de personas que merecen la pena.






Realmente no sé explicar qué siento cuando escucho los primeros acordes de la música que acompaña la práctica de la capoeira, ni cómo salta mi corazón cuando presencio una roda protagonizada por quienes llevan años aprendiendo, creciendo, enseñando capoeira. Pero lo cierto es que me ha llegado al alma e, indefectiblemente, la capoeira y yo estaremos unidas de por vida... El que llegue a ser una buena capoerista es ya otro cantar...




Las fotos, hechas por mí, pertenecen a una de las clases impartidas por Soldado.


Crecer entre las hojas caídas del otoño para demostrarle al invierno que no podrá con nosotros.

Soñar de nuevo

De nuevo con los ojos empañados de las ansias de vivir contempla una vez más el mundo bajo una luna que se entretiene en depositar su tenue luz sobre la tierra adormecida y mecida por los suaves cantos de la voz que surge de la boca bajo esos ojos que brillan y aún se sorprenden ante sí mismos.
Le gustaría mirar al lado y encontrar a quien debería estar allí, pero hace tiempo que dejó de saber quién es esa persona que acompañaría sus pasos trémulos, firmes, deseosos, rápidos o lánguidos según el momento. Aunque parece que ya no le preocupa porque prefiere mirarse dentro y descubrir otros sentimientos escondidos bajo el manto de la preocupación externa hacia todos los que quiere y quiso.

Aprender a leerse de nuevo, a entenderse en la soledad de sus pensamientos y vuelos siderales por mundos que no se habían perdido definitivamente, si bien se habían marchado hacia recónditos lugares desde los que palpitaban cada vez con más fuerza, hasta explotar en mil colores y sonidos que no consiguen acallar las miradas empañadas de pasión, si no reprimida, sí adormilada.

Pero las segundas oportunidades existen y no siempre tienen que fallar, aunque el suelo bajo los pies no parece dar la seguridad que se esperaba de él en momentos como este. Toquetea, da vueltas, resume y reitera palabras, pasos, caricias, sueños, miedos, sensaciones, dudas, pensamientos y caminos que no sabe si son uno solo o son todos los que podría haber tomado, los que puede tomar y que permenecen a la espera mientras la indecisión se hace fuerte en la superficie y en la profundidad del alma bate un mar cada vez más poderoso que quizás salga por donde menos se espera, para desbordar los cauces que todos debemos habernos marcado para sobrevivir a nosotros mismos.
Imagen del Pedro Casquilho extraída de www.olhares.com

viernes, octubre 26, 2007

Para Kupe, y final

Me quedaba cumplir con la segunda parte de la petición de Kupe, una foto de mi lugar favorito. Eran dos, el primero, por si no la vistéis, era más que un sitio unas personas: mis compañeros de desayuno.
El segundo sí es un lugar.


Esta es la piscina a la que voy a nadar. Elegí esa esquina porque en las dos últimas calles que se ven es donde se imparte el cursillo de natación al que comencé a ir cuando llegué a Sevilla. En él, además de mejorar mi estilo nadando (no os hagáis ilusiones, sigo haciéndolo bastante mal) he encontrado a gente estupenda, con la que he compartido muy buenos momentos, algunas risas y, ahora, amistad.

Puede que sea un poco raro que mi lugar favorito tenga que ver con el agua, que me da miedo y en la que me angustio. Pero es que nadar me permite relajarme, olvidarme de todo, sólo pienso en mí, en mis movimientos, en mi respiración, en que puedo ir mejorando poco a poco. Realmente nadar es para mí un desafío personal, y, aunque somos varios los que hemos dejado el cursillo (por nuestro ex profe, que tenía confianza en nosotros y en nuestra capacidad para mejorar solos y por los horarios) y, por tanto, no nos vemos tanto, la piscina sigue siendo para mí un lugar especial, de desconexión, de encontrarme conmigo misma.

viernes, octubre 19, 2007

Melilla, seis años después. Mis lugares

Mi casa. En ella pasé dos años de los tres que viví en Melilla, en el segundo piso, sin ascensor y con techos tan altos que cuando vas por las escaleras te crees que vas a un sexto por lo menos. El segundo día de mudarme bajé todo un tramo de escalones con el culo y la espalda... Pero me encantaba y me encanta.



La playa por la que he paseado en innumerables ocasiones sola o acompañada. Apenas tomé el sol en ella, iba más que nada a mirar al mar, a despejarme y sentir la brisa. El agua no está muy limpia porque Marruecos cerró tanto su puerto que más que el mar es casi un lago.


El Palacio de la Asamblea, que no el ayuntamiento porque Melilla es Ciudad Autónoma. Si las sumara, aquí dentro fue donde más horas pasé, fijo. Después estarían los periódicos en los que trabajé y, por último, mi casa. En mi tercer o cuarto Pleno, por balancearme en una silla antigua acabé en el suelo con tal estruendo que se giraron todos los diputados...Como siempre, marcando hitos.




Este edificio está al principio de la avenida principal, por la que se pasea para arriba y para abajo porque poco más se puede hacer en esta ciudad. Bueno, también se pueden dar vueltas y vueltas sin sentido con el coche por toda la ciudad. Tardas unos quince minutos en recorrerla entera.




Al puerto fui muchas noches en las semanas antes a mi partida, para ver salir los barcos y soñar que iba en ellos. En estos sueños me acompañaba alguien con quien me fui de Melilla y con el que he vivido grandes experiencias. Ya sabéis, Melilla me quitó y me dio el amor (si no lo sabéis leed la entrada anterior a esta, que tampoco cuesta tanto).


Son muchas más las imágenes por poner, ya las iré dejando por aquí, para que veáis que merecen la pena las personas y los lugares de Melilla.

Melilla, seis años después. Las personas.


He aprovechado el puente del Pilar (que alargué un día) para volver a la ciudad que me hizo adulta; que me empujó a la madurez (y no sabéis como); que me hizo reír a carcajadas y llorar hasta quedarme sin lágrimas; que me permitió perder el amor y encontrarlo de nuevo; que me mostró que hay gente que vale aún más de lo que yo creía que alguien podía valer; y me descubrió los cielos más claros y la luz más bonita que he encontrado nunca. El pasado fin de semana me fui a Melilla.

Melilla es una ciudad modernista, norteafricana, agitada de tantas culturas que acoge en sus trece kilómetros cuadrados. Es un lugar inhóspito y terriblemente hospitalario; cerrado y abierto al extraño; lleno de contrastes, lleno de vida. Cuando llegué allí estaba asustada y emocionada, sin saber que encontraría a algunos de mis mejores amigos (que estarán siempre, siempre) y que aprendería tanto que, seis años después y con tan sólo tres de haber vivido allí, es la ciudad que más menciono, que más huella me ha dejado. He tardado seis años en cumplir una promesa de volver que pesaba sobre mí, y he vuelto porque una de mis amigas está embarazada, porque ella y otro amigo van a ser padres y no podía perdérmelo... Otra cosa más que agradecerles, porque haber vuelto ha sido lo que necesitaba en este preciso momento.

No sabría por dónde ni por quién empezar para explicaros cómo tanto tiempo después me he sentido en mi casa, en mi hogar, como si el día antes hubiéramos compartido cualquiera de las innumerables esperas que sufrimos a las puertas del Salón Verde, nos hubiéramos tomado nuestra 'patata preñá' en el Casino Militar o hubiéramos salido a bailar a 'La vaca' (pena de la pelea de las dueñas y su posterior cierre). No he podido ver a todos a los que deseaba abrazar y escuchar, pero todos los que he visto eran prácticamente imprescindibles y me han devuelto como nunca la sonrisa, la alegría, el saberme perteneciente a un grupo que es el mío, que creamos juntos, que construimos hombro con hombro.

Volver a Melilla me ha demostrado, una vez más, que mis puertos no son ciudades, sino personas. Que me siento arraigada a amigos que son mucho y no a raíces terrestres ni culturales, porque ha dado igual que los hubiera visto hace un año, hace tres o hace seis, hemos conversado y nos hemos reído (volví a Sevilla con dolor de cara) con la misma confianza que si nos hubiéramos visto ayer.

De los padres de la criatura qué puedo decir. Me han acogido en su casa (preciosa, preciosa, qué buen gusto que tenéis), me han escuchado mis paranoias, me han contado sus anhelos, me han preparado una dorada al horno que, por lo menos, pesaba tres kilos (¡ni sabía que este pez podía ser tan grande!), me han llevado a comer a un restaurante chic... Me han seguido queriendo, aunque hacía tres años que no los veía.
J., como siempre, ahí, con la mano tendida, el hombro presto, la palabra adecuada, la sonrisa preparada, si es que es mi mejor amigo. Somos un matrimonio de viejo por lo bien que nos conocemos, porque pasa el tiempo y creo que seguimos entendiéndonos (a pesar del malentendido que me pesa porque le fallé, sí, lo hice, pero creo que lo he podido arreglar). Eso sí, es malo, muy malo, que sólo me presentó a los chicos nuevos y las chicas se deben haber quedado pensando que soy una femme fatale... Aunque, quizás me hizo un favor...
Ellos tres han sido mi columna vertebral en mi vuelta a Melilla, los que me han vuelto a abrir la ciudad que dejé atrás, a la vez que me han incluido en la nueva Melilla, la de gentes que no conocía, pero que, igual que ellos, me han hecho sentir como en casa.

A ellos los quiero y apenas se lo digo, quizás nunca pronuncié esas palabras frente a ellos, pero siempre intento demostrárselo, porque son parte de mi nucleo, de lo que soy, y, muchas veces, ejemplos a seguir.
Sin olvidar que ha sido más que un viaje al pasado un viaje a la cima de la autoestima. Porque me quieren mucho ellos tres y N., que no paró de piropearme, de decirme lo que mejoré con la edad siendo la misma, sin haber cambiado de cara...
Siento no haber podido dar más que unos minutos a A., M. y R., porque no he podido ver a sus familias, que son como la mía porque ellos me adoptaron, protegieron y empujaron a ciertos abismos cuando hizo falta para que me enfrentara a mis miedos, convencidos como estaban de que superaría la prueba (y Dios sabe que superé muchas).

Y L., increíble, seis años después, apenas cuatro conversaciones en ese tiempo, encuentros imposibles y fue como siempre. Nunca comprendí muy bien cómo pudimos conectar tanto, siendo tan diferentes, y como seguimos en contacto, porque cuando nos presentaron él era el mejor amigo de mi novio, pero es cierto, podemos hablar como hermanos, como amigos de siempre, porque no dudo que siempre seremos amigos.

Fueron cuatro días intensos, cuatro días de reencuentros y nuevas presentaciones, de descubrir que el pasado ha dejado de ser un fantasma, porque ahora mi Melilla es la actual, la de quienes me reciben con los brazos abiertos y me buscan excusas para volver una y mil veces.

jueves, octubre 18, 2007

La mejoría de mi pierna

M. Jesús me pidió una foto de mi tendón 'pato de ganso' para que os quedara bien clarito que la caída en bici sí que fue pelín chunga (y no sólo graciosa). Pero soy muy despistada, y he tenido unos días de mucho ajetreo. Conclusión: mi tendinitis ha desaparecido. Pero como no me gusta no corresponder una petición y, total, mi rodilla sí que sigue mala (me duele algo, pero la estoy reforzando con deporte, vamos, como si yo necesitara algún empujón para practicarlo), he decidido colgar la foto de todas formas.

No tengo photoshop ni nada de eso, así que no la he podido tratar ni poner flechita ni nada, pero el moratón y la tendinitis los tenía justo debajo de la rodilla hacia el lado derecho (parece un poco amarilla la zona aún). Ah, y lo sé, tengo unas piernas horrorosas y unas rodillas feas, feas. Me da igual, refutan mi teoría de que, por mucho que se lleven las delgadas, la delgadez no es bonita (que conste que yo me siento estupenda).

miércoles, octubre 17, 2007

Un año juntos


Nunca pensé que llegara hasta aquí tan pronto. Un año. Doce meses. 365 días de escribir, de volcar mi pensamiento sobre este espacio que creé en otras tierras, en otras circunstancias... La verdad es que este blog ha cambiado tanto como mi vida. Empezó siendo un espacio reducido para que mis amigas, las que estaban lejos, supieran de mí, compartieran conmigo nevadas, experiencias, viajes, a pesar de la distancia.

Sin embargo, poco a poco, se fue convirtiendo en algo más, en mi sitio para dejar que mi mente fluyera, dar constancia de mis sentimientos, mi lugar para dejar volar la imaginación, para buscar refugio, para compartir vivencias... Y conforme iba creciendo el blog, poco a poco os habéis ido sumando más, lectores silenciosos o comentaristas habituales, compañeros de fatigas, curiosos, personas que conozco o desconozco, pero que os habéis convertido en parte de mi vida.

Siempre fui bastante desconfiada de internet, no pensé que se pudiera conocer gente que valiera la pena por aquí ni que fuera el sitio indicado para intentar publicar, escribir pequeñas historias que tengo en la cabeza. Sin embargo, en este año de blog he descubierto que hay muchos (vosotros, claro ejemplo) que merecen la pena, que escriben bien, que se atreven a decirte las cosas y que son respetuosos con lo que diga, estén de acuerdo o no. Y descubrí que internet también es un medio para que la gente conozca que escribo, que lo intento, que me gusta...

Y hasta tal punto ha llegado mi enamoramiento con el mundo blog que ya me pasan cosas que pienso 'esto para el blog', si estoy varios días sin publicar me entra cargo de conciencia y si alguno de los habituales no da señales de vida en un tiempo, me preocupo.

Así que, gracias por estar ahí, gracias los que me animáis para que siga aquí y bienvenidos todos los que queráis echar un primer vistazo y os lleguéis a sentir tan a gusto como para quedaros.

Espero que este sea el primero de muchos, muchos años... Así que os toca aguantar el tirón...