Siempre veo espejismos, nunca entiendo la realidad que me rodea, o la entiendo de otra manera. Camino con pasos seguros por terrenos pantanosos ignorando las tierras movedizas porque no sé de su existencia, ya que mis ojos parecen cegados por las luces que sólo yo consigo ver en un mundo más gris que rojo, más oscuro que naranja, más cerrado que espacio infinito.
Malinterpreto sola o acompañada, aunque la soledad es una buena opción para vivir en un lugar que es sólo mío y en el que pocos entran, porque serían incapaces de encontrar el camino hacia la lucidez extraña que marca mis pautas y señala las rutas retorcidas que son rectas en semejante entorno de maravillas que no son más que imágenes difuminadas de una existencia real por estar en el mundo, irreal por imposible si no fuera porque la estoy viviendo a cada segundo, a cada latido de mi corazón, últimamente demasiado disparado como para pretender aplacar sus ansias de saltar dentro de mi pecho para dejar de marcarme los momentos que debía, al convertirse en una continua alarma.
Sueños hechos realidad que son, en realidad, oníricos momentos vividos con los ojos cerrados, porque abrirlos habría supuesto romper la magia que me llevó a creer en lo que no es cierto, porque sé que no creo, sólo intuyo espacios en blanco que relleno con lo poco que me queda después de haber emborronado cientos de páginas que cuentan muy poco de lo que en realidad soy, y podría llegar a ser la estrella que ilumine mis noches, salvo por el pequeño detalle de que es la luna la que rige los vaivenes del estadio onírico en el que parezco encontrarme cuando froto mis ojos y no encuentro la explicación que estoy buscando, porque las palabras de otros murieron en sus bocas antes siquiera de que llegasen a pensar que debían pronunciarlas.
Explicaciones innecesarias que todos buscamos una y otra vez, quedándonos con las ganas de agarrar la mano tendida hacia otro lugar para apartarla del camino y llevarla al reservado en el que queremos revisar cada centímetro de alma para ver si logramos comprender lo que se nos ha sido negado, ocultado o callado por los motivos que no entenderemos, aunque rebusquemos en los lugares equivocados.
4 comentarios:
Puf! Intenso.
Normalmente los espejismos, los sueños son lo que somos porque son lo que deseamos y son lo que necesitamos ver y creer.
Yo decribo mis espejismos como mi "realidad virtual o paralela".
Analizar esa realidad virtual explica lo que deseamos o lo que no queremos (por contraposición).
Un lío vamos!jajaja.
PD. Te dejé dos regalinos en el bló.
Un besazo
Muy, pero que muy bueno. Niña, eres una artista de la palabra, expresas muy bien ese sentimiento que a veces nos invade.
Ten en cuenta que los espejismos al igual que los sueños (segun Freud) son momentos e ilusiones de nuestra vida no completados.
Sólo jugué con una idea, no es la expresión de un sentimiento o de algo que me pase, al menos de esta forma tan radical. Juegos literarios, los llamo, y me alegra que os gusten.
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