miércoles, abril 23, 2008

Escenas surrealistas de mi vida cotidiana II

Ya sabía yo que este título iba a tener sus continuaciones, porque conociéndome a mí misma (un poquito) sé que el surrealismo me persigue allá donde voy...
Estaba ayer en la consulta de mi traumatólogo a la espera de que me atendiera para no solucionarme nada (es que no sé ni para qué me molesté en ir), cuando me llama Suntzu, porque había quedado con ella para celebrar su cumpleaños (id para su blog y felicitarla aunque sea tarde, que le hará ilu). Hablo con ella brevemente, porque está cerca de la consulta y no la encuentra, y cuelgo.
Justo en ese momento se me acerca un chavalín que estaba también esperando con su madre y todo educado me dice:
'¿Esa es la canción de Shakira?' (cuando me llama Suntzu suena Hips don't lie)
'Sí, es Shakira'
'¿Podría usted pasármela por bluetooth?' (educado sí que era, que me habló de usted y todo).
'Claro, hombre, pero tengo que ir a por mi amiga y luego te la doy, ¿vale?'
Total, que salgo a por Suntzu, la felicito, la saludo y le digo que no se asombre, que cuando entremos en la consulta le tengo que pasar una canción a un chaval. La pobre ya es que ni se asombró, porque me conoce. Y ahí me tenéis a mí, explicándole cómo se conectan ambos móviles por bluetooth, que el chaval no sabía que había que meter el código ni nada. Y la madre que viene y le dice: 'Anda, pero ya estás pidiendo cosas a la gente', o algo así...
Terminamos el traspaso y me pongo a hablar con Suntzu cuando el chiquillo vuelve a preguntarme porque dice que le sale un candado cuando quiere pasar canciones reales... Ahí poco le pude decir, porque ni idea de lo que me hablaba y tampoco era plan de ponerme a mirarle el móvil para averiguar cómo solucionar su problema...
Eso sí, cuando se fue el chico Suntzu remarcó un pequeño detalle... '¡Vaya pinta de raro que tenía!', pero es que, ¿se me acerca alguna persona normal?

domingo, abril 20, 2008

Cuatro minutos

Mi relación con esta señora tiene sus altibajos. Más allá de sus canciones ochenteras que, quien más y quien menos, canté como toda hija de vecina, mi descubrimiento real de su música ha sido tardío. Pero ya no se trata de que me guste su música. Es que quiero ser como ella, porque cualquiera que llegue a su edad moviéndose así, dándole la réplica a un jovencillo y con esa forma de moverse, en mi opinión, es digna de admiración (ya sé, ya sé, es su trabajo, pero me da igual). Y luego está el hecho de lo horrorosa que es la ropa interior color beige o carne y cómo la eleva ella a la sofisticación (a pesar de que yo no habría hecho precisamente esa elección de vestuario). Deseando estoy que vuelva a lanzar una línea para H&M que ahora no tengo a nadie que me frene para comprarme alguna de sus prendas...
¡Que lo disfrutéis!



FOUR MINUTES (Madonna with Justin Timberlake)
(Timbaland:)
I’m outta time and all I got is 4 minutes
(repeat several times)
Break down
(Madonna:)
Come on boy
I’ve been waiting for somebody
To pick up my stroll
(Justin:)
Well don’t waste time
Give me a sign
Tell me how you wanna roll
(Madonna:)
I want somebody to speed it up for me
Then take it down slow
There’s enough room for both
(Justin:)
Well, I can handle that
You just gotta show me where it’s at
Are you ready to go
(Are you ready to go)
(Madonna & Justin:)
If you want it
You already got it
If you thought it
It better be what you want
If you feel it
It must be real just
Say the word and I'mma give you what you want
(Madonna & Justin:)
Time is waiting
We only got 4 minutes to save the world
No hesitating
Grab a boy
Grab a girl
Time is waiting
We only got 4 minutes to save the world
No hesitating
We only got 4 minutes, 4 minutes
(Madonna & Justin:)
Keep it up …..
Madonna
You gotta get in line, hop
Tick tock tick tock tick tock
That’s right, keep it up
Keep it up, don’t….
Madonna, uh
You gotta get in line,
tock tick tock tick tock
(Madonna:)
I think what I need is a human intervention, yeah
(Justin:)
And you know I can tell that you like it
And that it’s good, by the way that you move, ooh, hey hey
(Madonna:)
The road to hell is paved with good intentions, yeah
(Justin:)
But if I die tonight
At least I can say I did what I wanted to do
Tell me, how bout you?
(Madonna & Justin:)
If you want it
You already got it
If you thought
better be what you
you feel it
It must be real just
Say the word and imma give you what you want
Madonna & Justin:)
Time is waiting
We only got 4 minutes to save the world
No hesitating
Grab a boy
Grab a girl
Time is waiting
We only got 4 minutes to save the world
No
only got 4 minutes, 4 minutes
(Madonna & Justin:)
Keep it up …..Madonna
You gotta get in line, hop
Tick tock tick tock tick tock
That’s right, keep it
it up, don’t….Madonna, uh
You gotta get in line, hop
Tick tock tick tock tick tock
(Timbaland:)
Breakdown

viernes, abril 18, 2008

Hilos

Tiras de un hilo y ahí sigue la madeja. Y le das vueltas en las manos intentando desentrañar sus más profundos secretos, que no son más que hilos y más hilos. La giras, la lanzas arriba, tiras una vez más, y se aprieta aún más el ovillo. ¿Será mejor dejarlo quieto, a ver si se suelta? No lo sabes. Tampoco manosearlo te ha servido de nada, así que pruebas a dejarlo olvidado en un rincón.


Y lo olvidas, y desentrañas algún hilo que encuentras arrastrado por el suelo y, sin darte cuenta, has tirado de él con el pie para recogerlo luego con la mano y ahí está, libre.

Hasta que alguien te vuelve a lanzar todo el revoltico de cordeles y otra vez comienza el dilema: ¿estirar? ¿voltear? ¿dejar estar?

Toda una vida para desentrañarlo y no sabes si el fin es dejar los hilos sueltos o permitir que formen un todo que suponga más que cada uno de ellos por separado.

El juego puede continuar al infinito y tú sentirte exactamente igual que al principio, perdido en una maraña que no sabes si significa algo por ser laberinto, o es un embrollo por el que tienes que pasar para llegar a sentirte tranquilo.

En realidad, te gustaría dejar de tenerlo entre tus manos y saber cuál es el cordón del que deberías tirar para conseguir una única cuerda estirada.

martes, abril 15, 2008

Melancolía

(El vídeo es para escuchar la canción mientras se lee el texto, preferiblemente. Lo siento, no encontré versión sin imagen...)


Levantó la cara, con las lágrimas escurriendo por sus mejillas, pero consiguió perfilar la sonrisa que llevaba tanto tiempo buscando. Eran lágrimas de pesar, pero también de alegría. De felicidad descreída porque lo que se añora tanto tiempo parece irreal cuando llega.

Se agolpaban ahora en su mente los encuentros desencantados, las miradas expectantes hacia esos paseos que no podía compartir, los sueños inconclusos porque le faltaba algo, las conversaciones no tenidas pero vividas una y otra vez en su mente.

Los renglones torcidos que habían llenado su vida en los últimos meses empezaban a desdibujarse por la luz cegadora que sólo unos ojos le podían conceder, y allí estaban, como la mano que agarraba ahora la suya y decía sí, la valentía me la has infundido tú o habría seguido en la vida que no me pertenecía, porque mi vida es la nuestra, nuestro camino. Todo eso decían los ojos, la mano, todo el cuerpo lo gritaba mucho más que las palabras apenas perceptibles en esa cafetería llena de gente, aunque ahora para ella estaba vacía de todo y repleta de su propia alma expandida por esa sensación que ya había dejado de creer posible.

Sólo hubo una sombra de duda, al acordarse de dos semanas atrás. La sombra de haber vislumbrado otra puerta que casi se decidió cruzar y no pudo hacerlo en el último momento. Y dudó porque no quería convertirse en objeto de esas mismas miradas que ella había protagonizado. Pero no, desechó la idea y se dio cuenta de que era real, posible, palpable y, esta vez, no se diluiría entre sus manos por una convención social que la había hecho dudar del espíritu humano.

Sonrió para devolver la sonrisa y dejó que le secaran las lágrimas aquellas manos que tantas veces había sentido sobre su piel, arrebatadas bruscamente y que ahora volvían a estar a su lado, y esta vez no dejaría que se le escaparan porque eran fuertes, eran dos.

viernes, abril 11, 2008

¿Árbol?


Poco a poco intentó desperezarse. Quería zafarse del letargo en el que le había dejado esa excesivamente larga siesta, o así la juzgaba tras notar que sus párpados se negaban a abrirse y sentía esa sensación de encontrarse entre el sueño y la vigilia, sin tener muy claro si realmente estaba intentando despertarse o ese momento formaba parte de los tumultuosos sueños que había tenido.

Estiró su cuerpo hasta el infinito y subió los brazos al cielo. Ahí fue cuando comenzó a darse cuenta de que no estaba soñando con despertarse, sino que estaba despierto de verdad. Y lo supo porque no creía que sus brazos no le respondieran. Y fue consciente porque comenzó a luchar con todas sus fuerzas para subir sus extremidades. No podía. No se trataba de que le pesasen demasiado por estar adormecido. No. Literalmente las sentía atadas invisiblemente a una nada que empezó a sentir en su piel hasta convertirse en un algo que latía con otro corazón que no era el suyo. Pero no era un corazón, era... No sabía lo que era.

Intentó abrir los ojos. Y descubrió que no podía. No sabía ubicar su propia cabeza, menos era capaz de determinar dónde comenzaban sus ojos y cómo lograr que sus párpados se levantaran para lograr saber, de una condenada vez, qué le estaba ocurriendo y donde se encontraba.

Intentó caminar. Aterrado sintió que sus pies se habían prolongado y ramificado... No sabía cuánta razón tenía por usar, precisamente, esa expresión. Pero comenzó a saberlo.

El pánico comenzaba a apoderarse de su ser y quería gritar, chillar, desgañitarse para que alguien corriera en su auxilio, lo arrancase de la que parecía ser su sepultura. No podía creer que el que pretendía ser un sueño reparador tras una semana agotadora acabara de esa manera. Su corazón quería salir de su pecho y pensaba que moriría en ese instante, porque la adrenalina se le había disparado de tal manera que era incapaz de diferenciar su lucha contra la extraña vida que le atrapaba de su respiración.

Cuando ya pensaba que todo iba a acabar, que sus fuerzas iban a abandonarle, poco a poco, muy lentamente, sintió cómo su sangre se regeneraba y los latidos de su corazón se acompasaban a aquel latir que no había sabido identificar. Parecía que sus ojos se iban abriendo, pero lo que veía lo desconcertaba. Nudos, extrañas venas que no lo parecían, vida corriendo a su alrededor en forma de líquido elemento... Pero le daba igual. El pánico le había abandonado, porque había decidido dejarse llevar. Aunque, en realidad, sospechaba que no iría a ningún sitio. En mucho tiempo.

Hoy sus ojos miran desde arriba y ha dejado de envidiar a quienes caminan a su alrededor y lo miran, parte de un todo, entre asombrados, asustados o reflexivos porque no saben qué pensar de él.

jueves, abril 10, 2008

Mi primer festival



La que veis arriba es mi entrada para el Saturday Night Fiber, que se celebra en Madrid el próximo 19 de julio. Es, también, mi primera entrada para un festival, hermano pequeño recién nacido del de Benicàssim. Y no me lo creo.


Años que llevo diciendo, 'jo, con lo que me gusta la música debería apuntarme a estos macroencuentros, aunque sólo sea acercarme un día'. E, incluso, ha habido veces en las que algunos amigos me han dicho que me apuntara con ellos, sólo una noche, pero siempre me ha pillado en mal momento (de pelas, de tiempo o de ambas cosas).


Pero esta vez no. Una amiga me invitó a que les acompañara a su seguimiento fanático de Mika en varios de sus conciertos en Europa y aquí en España. Y como las pelas que tengo no dan para tanto, pero no quería volver a retrasar uno de mis proyectos, no me lo he pensado y he utilizado mi ratillo del desayuno (menuda carrera me he pegado) para comprarme la entrada del Saturday Night Festival. Es que si espero y me lo pienso, seguro que no voy.


Está claro que Mika es mi prioridad, pero espero disfrutar igualmente del resto de artistas: My Bloody Valentine; Siouxsie, Babyshambles y The Rumble Strips. Y eso que, para seros sincera, a los únicos que conozco es a Babyshambles y porque es el grupo del pirado de Peter Doherty, creo que ya ex de Kate Moss...


Pero me da igual. Primero, porque me quedan cuatro meses para conocerlos, y, en segundo lugar, porque llevo todo el día con subidón, con mariposas en el estómago y con una sonrisa tan amplia que los usuarios de mi oficina me miran con cara más rara de lo habitual (les extrañan funcionarios sonrientes y amables, qué se le va a hacer).


Bueno, ahora solo queda esperar, disfrutar y ¡hacer una gran crónica de los conciertos!

domingo, abril 06, 2008

Sendas


Sueños, pesadillas; alhajas más chatarra; pasiones, frenos, semillas, flores, calor, fuego, hielo, desenfreno. Miradas perdidas, salones repletos, personas heridas, amores al vuelo. Caminos, huellas, saltos y vueltas; rosas, espinas, canciones y penas.

Asaltos, dudas, razones, peleas. Tonterías, resuellos, potajes e ideas. Respiras, te ahogas, caminas y vuelas.

Saltas, corres, gritas, te estrellas. Te levantas, sacudes, aburres y revientas.

Corres, corres, corres y no llegas.

Huyes, te agarras, sonríes, desesperas. Botones que no cierran, cremalleras nuevas, zapatos de charol, vestidos de fiesta.

Alientos amigos, manos que tiemblan, zarpazos dañinos, maullidos que suenan.

Vives, vives, vives... ¿Sueñas?

Ambigüedades

Shepperdsen me hizo reflexionar con esta entrada, así que me puse a caminar por Sevilla atenta a todos los azulejos que pudiera encontrar. Y se descubren cosas interesantes, porque en el ejemplo abajo ofrecido no pone Estío, como en el caso lisboeta. No, por el contrario pone el nombre de una mujer, pero, vamos, o la señora no tenía un buen día cuando la retraron o no es lo que decía ser...


En fin, juzgad vosotros mismos.




La imagen ha sido tomada en los Jardines de Murillo, en Sevilla.

viernes, abril 04, 2008

Hay una cierta luz de la tarde que sacude los malos pensamientos e ilumina todos los rincones de cualquier alma. Una luz que deja un cielo azul casi irreal y que forma unas sombras que no podrían asustar ni al más cobarde, porque se convierten en grata compañía pegada a los pasos.


Es la luz que casi siempre me recuerda los cielos de Melilla, que no se me escapan de la cabeza, porque nunca vi cielos que me marcaran tanto. Y es la luz bajo la que me gusta pasear, sola, con música o atenta a los ruidos de la calle, mirarla, contemplar su efecto en los edificios y dejar, como pocas veces, vagar libre a mi mente porque sé que, bajo ella, no habrá malas ideas, no vendrán oscuros recuerdos, no me dejaré llevar hacia donde no quiero.


Y en ese deambular puedo pensar que hay futuro y pasado, pero que lo que tengo en ese preciso instante es un presente muy halagüeño. Suele, además, coincidir que en estos caminares en soledad tropiezo con personas perdidas en el tiempo, cuya presencia me redescubren partes de mí quizás también extraviadas. Personas con esa sonrisa franca que solo puede contestarse con otra sonrisa amplia, amplia.


Y son esa luz, y esos vagabundeos, y esa soledad a veces interrumpida, parte de mi reconciliación con mi ciudad. Hay veces que merece la pena mirar al cielo.

Lo que sea II


Con la sonrisa congelada en su rostro, hiératica avanza por las calles atestadas de gente que no perciben su presencia, centrados todos en sus propios pensamientos.

Congelada sonrisa, frente a vivos ojos que refulgen, relampaguean porque el sueño interior ha despertado al alejarse de los imposibles que la atenazaban y amenazaban.

El despertar de lo onírico, irónicamente, hace más posible los imposibles, que ya no la flanquean, sino que quedaron como guardianes de la entrada al mar que es su alma.
Pero ya no interesan, ya no la moverán más hacia los lados que la ataron durante un tiempo en el que perdió la sonrisa.

Porque camina erguida, ligera, libre para enlazarse sólo a aquello y a aquellos a los que decida acercarse para seguir siendo la dueña de su senda.

Ella tampoco ve la muchedumbre. Sólo el cielo azul y brillante en el que dejará su propia estela.