viernes, abril 27, 2007

Con retraso

Rubia y con ojos claros. Como un duende, mejor, como un elfo por acercarnos más a uno de sus ídolos, J.R.R. Tolkien. Como el personaje mítico, su apariencia de fragilidad es sólo eso, una imagen que oculta el fuego del interior.
Tiene la serenidad de un volcán dormido, porque cualquiera de sus pasiones desata toda su fuerza interior y la llena de una energía que desborda y contagia al que esté cerca. Ella apenas lo sabe, pero ese empuje también puede amilanar al más valiente y alejar al que se atreva a importunarla.
Mira al mundo sopesándolo y es capaz de ponerse al nivel de sus alumnos para ayudarlos y conseguir mejorar la sociedad que la rodea. O, al menos, lo intenta desde un trabajo que yo no me atrevería a escoger ni en un millón de años. Sin embargo, ella lo desempeña con el entusiasmo del principiante, sin serlo; con la ilusión de poder cambiar algo, pese a los desengaños; con el ansia por superarse que deberían mantener todos los profesores a lo largo de su carrera.
Si sabe que la necesitas olvida cansancio y otros menesteres para ofrecer su apoyo incondicional. En persona o a través del teléfono usa la empatía como si ella misma viviera la situación, porque sabe ponerse en tu lugar, a la vez que mantiene la mente fría para no dejarte cometer injusticias contra otros.
Amiga de sus amigos, quizás le faltó enfrentarse a una o dos ruedas de prensa más para saber que su presencia no importuna, que es bien recibida sea expresamente invitada o no. Porque hay veces que la timidez le supera (¿y a quién no?) y, entonces, puede dejarse llevar de nuevo a su caparazón que, afortunadamente, desechó frente a mí para dejarme compartir sus alegrías, sus penas y sus anhelos.
Como resto de ese caparazón le queda una increíble capacidad para asumir sus momentos bajos y levantar la cabeza con los pies firmemente anclados en el suelo. En esos instantes grises compartirá contigo sus pesares si le preguntas, pero más a menudo, optará por callar, mirarse dentro y curarse sola sus propias heridas, con una gran capacidad para recomponerse y salir volando, como el ave Fénix, aunque, tal vez, con un pequeño lastre de desilusión.
Desde hace años tengo la suerte de poder contar con ella. Por carta, en persona y por teléfono, me ha salvado la vida más veces de las que ella misma sería capaz de reconocer y aunque, seguramente en todo este tiempo la he defraudado más de una vez y le habré fallado en algún que otro momento, tiene la lealtad de olvidar los fallos y seguir al pie del cañón.
Tiene las cosas claras y lo dice, algo que se agradece en un momento en el que la hipocresía es moneda habitual de cambio, pero nunca de una forma abrupta, sino todo lo contrario, porque no ofender a quien no se lo merece es una de sus reglas.
Ahora tiene un año más, otros doce meses que hemos compartido en la distancia y en la cercanía, y espero que sigamos así mucho tiempo, para reírnos, para quejarnos del mundo y arreglarlo tantas veces como ambas necesitemos.

martes, abril 24, 2007

Puede ser

Puede ser que me halla equivocado una y otra vez,
pero esta vez es cierto que todo va a ir bien,
lo siento aquí en el pecho y en tu cara también.
Y debe ser que pienso igual que ayer, pero del revés,
todo se ve más claro y más fácil, no sé,
las cosas se van ordenando solas sin querer.
Y dicen que si una puerta se cierra, se abre otra, no sé,
Más grande, más bonita y más fácil que ayer,
más fácil que ayer.
Y esta vez,
creo que en vez de una puerta viene un ventanal,
muy sólido, muy fuerte y con vistas al mar…
con vistas al mar.
Y puede ser que me equivoque otra vez,
Y puede ser que vuelva a perder,
pero hoy la vida me dice
que me toca a mí eso de sentirme bien.
Y puede ser que me equivoque otra vez,
y puede ser que vuelva a perder,
pero hoy la vida me dice
que me toca a mí eso de sentirme bien.
Y ahora que se marcha la tristeza y las penas también,
quisiera despedirme diciéndoles que
espero que no nos volvamos a ver.
Y debe ser, que pienso igual que ayer, pero del revés,
todo se ve más claro y más fácil, no sé, las cosas se van
ordenando solas sin querer.
Y dicen que si una puerta se cierra se abre otra, no sé,
más grande, más bonita y más fácil que ayer,
más fácil que ayer.
Y esta vez,
creo que en vez de una puerta viene un ventanal,
muy sólido, muy fuerte y con vistas al mar...
con vistas al mar.
Y puede ser que me equivoque otra vez,
y puede ser que vuelva a perder,
pero hoy la vida me dice
que me toca a mí eso de sentirme bien.
Y puede ser que me equivoque otra vez,
y puede ser que vuelva a perder,
pero hoy la vida me dice
que me toca a mí eso de sentirme bien.
'Puede ser', del álbum Nada más de Conchita

Ella no lo sabía, pero cuando escribió esta canción estaba hablando de mí, de este momento, de mi vida y de que ya he decidido que, con equivocaciones o no, esta vez me toca sentirme bien.

domingo, abril 22, 2007

Tengo ganas

Tengo ganas de besarte. De morderte el labio para sacarte todo el jugo, de que nuestras lenguas se fundan y quedarme sin aliento.
Tengo ganas de desnudarte, muy despacio, para ponerte nervioso, para ponerme nerviosa. De ir despacio para luego ir deprisa, de que me quites lentamente la ropa.
Tengo ganas de que tus manos recorran mi cuerpo y me acaricien con calma y la piel y el alma se me ericen y quiera que ese momento no termine nunca.
Tengo ganas de que tus dedos enreden mi pelo, lo alboroten, jueguen y repten por mi cabeza haciendo dibujos imposibles de mi pensamiento.
Tengo ganas de abrazarte y que me abraces y que el abrazo sea siempre. Y tener calor y sentir calor y estar siempre agarrados, cada noche, cada mañana.
Tengo ganas de que me hagas reír como sólo tu sabes, de que la risa sea juego y el juego se haga vida y sigamos riendo y mirándonos y viéndonos y amándonos.
Tengo ganas de tocarte y que me toques, y que estés a mi lado, y de estar al tuyo, y de sentirte cerca y poder hablarte y susurrarte, y besarte y tocarte y amarte.
Tengo ganas…

sábado, abril 14, 2007

Doble moral y lo políticamente correcto



En un momento en el que se retiran campañas publicitarias en defensa de la mujer, su dignidad y la igualdad, se rebusca en los lugares más extraños supuestos abusos hacia las féminas y a políticos y progres se les llena la boca con el avance de la sociedad española con respecto a la igualdad entre hombres y mujeres, llega un grupo, Indras, con una canción en mi opinión bastante ofensiva e icono de la España más retrógrada y nadie dice nada.

'Lejos del altar' es el primer single y título del disco de Indras. Una canción que ya suena en las radiofórmulas (sí, las escucho), con un ambiente festivo, 'marchoso' y juvenil. La primera vez que oí esta canción me dije 'pues tiene ritmo', la segunda, me detuve un poco más en la letra y pensé, 'bueno, habla de la soltería y los treinta', pero la tercera vez que llegó a mis oídos la indignación se me subió a las orejas.

Es decir, me he pasado días viendo en los telediarios un anuncio que, de no ser por su retirada, seguramente ni habría contemplado. Han flagelado públicamente a una marca de diseño por la susodicha campaña en la que, sinceramente, tampoco veía yo tanto morbo (quizás soy demasiado inocente o demasiado machista y no lo sé) y ahora resulta que unos prendas se ponen a cantar a grito pelado que a las mujeres se nos pasa el arroz y nadie dice nada.

Debe ser que las feministas sólo leen revistas de moda y no escuchan música, o debe ser que recalcar a las mujeres que o se casan pronto o la han cagado sí es políticamente correcto. Porque 'lejos del altar' en ningún momento usa el masculino, habla de buscar novio 'sincero, con pelo y dinero', de que 'sola esperando el arroz nunca caerá sobre ti', pero olvida comentar la de tíos desesperados por trincar cacho que caminan por el mundo, la de desesperados que van presumiento de piso y coche a ver si cazan a cualquiera que consiga aguantarles. Igual que olvida las cientos de mujeres felices en su soltería, que disfrutan de su vida en soledad y cuyo objetivo en la vida es desarrollarse como personas, y no parir y parir y ser obedientes a sus maridos.

Y para más inri, la letra sigue con un 'besaste al demonio buscando algún novio', que lo mires por donde lo mires sólo significa que las mujeres hacemos cualquier cosa para no quedarnos solas. Llegados a este punto sólo puedo soltar una carcajada (por no arrearles un guantazo a los cinco del grupo) y recordar a los miembros de Indras que está demostrado que las mujeres saben vivir solas mejor que los hombres, que lo sufren menos y que son más autosuficientes (desde el esperma congelado no los necesitamos ni para tener hijos, y no me salten con que el esperma viene de algún lado que pronto lo fabricarán en laboratorio).

Eso sí, la discográfica, para guardarse las espaldas, dice en la página oficial de la banda, que la "letra mira cara a cara a ese eterno adolescente inherente a una buena canción pop". Yo sinceramente, no veo al adolescente por ningún lado, y,mucho menos, encuentro la buena canción pop. Añade la página web que estos cinco chicos "le cantan al optimismo y al carpe diem", que digo yo que será para los hombres, porque dejan bien clarito que las mujeres sólo pensamos desesperadas en tener marido en el futuro más cercano posible.

Como no me quiero convertir en lo que odio, no voy a pedir desde aquí que se boicotee a este grupo (aunque yo no pienso escuchar nada más de ellos). Pero me gustaría que alguno de los que censuró a Dolce y Gabbana también oiga la radio y las canciones que van dirigidas a los tiernos e influenciables adolescentes. Puede que me equivoque, pero me parece mucho más grave que unos niños (eso es lo que son los adolescentes, aunque no quieran reconocerlo) oigan repetidamente que las mujeres o se casan o la han cagado, que una foto que sólo verían los que pagaran sus buenos tres euros (o más) por una revista de moda de alta costura que dudo que suelan leer nuestros adolescentes. Y si no es más, al menos, es igual de grave.

Foto obtenida en la web oficial del grupo

jueves, abril 12, 2007

Dejarse llevar


Hay momentos en los que me gustaría dejarme arrastrar. Adentrarme en ese pozo que tanto conozco, en esa oscuridad que me deja alelada, en un mundo paralelo del que quiero salir mientras me encuentro tan a gusto, porque no tengo por qué explicarme nada, porque me puedo abandonar en mí misma y sentir lo que me dé la gana y llorar por lo que quiera o por nada y contemplar que el tiempo va pasando y que todo acabará, porque en este mundo todo acaba, lo bueno y lo malo.

Hay momentos en los que no sé si ya me está llevando la corriente o estoy anclada en ese punto que me obligué a atar y reatar para no perderlo de vista y seguir de pie, aunque mi cuerpo tienda a caer para no tener que seguir mirando al frente. Porque me canso de mirar, me canso de sentir, me canso de encontrarme con una vida que es lucha, y cuando no lo es no me doy cuenta porque estoy pensando en la próxima marea que intentará arrastrarme.

Pero, muchas veces, me pongo a escuchar a las sirenas, me permito el embrujo de su canto para que me atrapen y me arrastren y me lleven y me dejen a la deriva para disfrutar de ese rincón en el que nunca dejaré meterse a nadie.

Hay momentos en los que todos deberíamos llorar y poder abrazarnos.