jueves, agosto 28, 2008

Frivolidades


El otro día, mientras tendía mi colada, me dio por pensar en tonterías. Esto me pasa a menudo, porque si pienso cosas serias, acabo pensando cosas tristes y no no no (que diría Amy Winehouse). Bueno, el caso que estaba ahí, tendiendo la ropa y me dio por reflexionar sobre los mensajes que incluye la ropa interior femenina. Porque no entiendo el motivo que hace a los diseñadores de estas prendas a poner, en la lencería femenina, mensajes tipo 'love me forever', o 'weekend affair', o 'chica mala' y un largo etcétera que es mejor no transcribir.


Entiendo que estos mensajes más que dedicados a nosotras, se suponen pensados para posibles 'ojeadores' de tan íntimas prendas... Aunque algunas de estas frases creo que más que animar acabarían con la libido de cualquiera.


Sin embargo voy más allá. Porque si comparamos estas perlas del lenguaje en la lencería femenina con la masculina descubrimos que, a parte de dibujos de dudoso gusto (mi madre le compró a uno de mis hermanos unos boxer llenos de pollitas de diferentes colores pensando que eran elefantes), pocos mensajes intentan darnos a las mujeres que podamos ver un streptease.


La cuestión por tanto es: si se supone que somos las mujeres más cerebrales para el sexo y más necesitadas de preliminares y provocaciones, ¿por qué las frases sólo aparecen en la ropa interior de mujer? O ¿es que mis amantes son unos sosos y no eligen ropa 'con gracia'?


Sinceramente, prefiero la ropa sin letras, pero creo que he descubierto una nueva forma de machismo que las organizaciones feministas deberían estudiar y tomar cartas en el asunto, ¿no os parece?


martes, agosto 26, 2008

Un cuento prestado


Un cuento para un cuadro


Cuando la tormenta pasó, Maya dejó de llorar y de temblar y abrió los ojos. Estaba sola, en medio del cielo, sostenida por un minúsculo trocito de tierra. Todo lo demás había desaparecido. “Por lo menos tengo algo de hierba a mis pies”, pensó Maya.

No sabía qué hacer, no tenía nada que ofrecer, excepto su corazón. Pero estaba hecho añicos por todo el sufrimiento acumulado. Así que esperó sentada en su minúsculo pedacito de tierra. La Luna le preguntó por su historia, extrañada, ya que nunca había visto un planeta tan pequeño y con una forma tan rara, como si fuera una columna de tierra sostenida en el aire. Maya y la Luna hablaron durante mucho tiempo: de las tormentas que pasan, de la soledad, de los miedos que hacen temblar hasta el rincón más profundo del alma, de cómo todos nacemos y morimos varias veces a lo largo de la vida.

La charla fue larga y dolorosa, pero cuando terminó, Maya tenía una sensación extraña, como si un pajarillo revolotease en su pecho. Era su corazón, que necesitaba salir al mundo. Comprendió que su corazón estaba curado y que podía, que necesitaba ofrecerlo.

Así que le ató una fina cuerda a su extremo inferior y observó cómo, de su mano, se elevaba hacia el cielo. Era un corazón grande, brillante y hermoso, lleno de vida y de esperanza.

Todo lo que ocurrió después fue muy extraño. Durante todo el tiempo que había durado la tormenta, habría podido jurar que estaba sola en el Universo. Pero algo mágico sucedió. De repente, allí, en mitad de ninguna parte, apareció un pajarillo.

-¡Hola!- dijo el pajarillo- ¿Qué haces aquí, tan sola?


-No lo sé-respondió Maya-. En realidad, no recuerdo gran cosa. Hubo una gran tormenta. Todo estaba oscuro y pasé mucho miedo. Lloré durante muchos días seguidos. Cuando se terminó, esto es lo que quedaba de mi mundo.


-¡Qué raro! –exclamó el pájaro-. Por cierto, ¿cómo te llamas?

- Maya.

Yo soy Cucu.

-¡Encantada de conocerte, Cucu!

-Verás, Maya, vengo siguiendo el sonido de tu corazón desde muy lejos. Estoy cansado de volar de un sitio para otro. ¿Puedo quedarme contigo? Seremos amigos.

-Por mí, estupendo. Pero mira dónde vivo. No tengo sitio –respondió Maya, apenada.

-¿Cómo que no? Mira.

Extrañada, Maya se dio la vuelta. Para su asombro, su pequeño trozo de tierra se había hecho un poco más grande y a su espalda había crecido un imponente árbol con una copa frondosa.

-¡No me lo puedo creer! -exclamó Maya.

-¡Qué bien! Aquí podré dormir tranquilo y feliz. Ya no estaremos solos, Maya.

Pasaron algunos días y Maya seguía allí de pie, con su corazón, su pájaro y su árbol. Un día, apareció una rana enorme, que venía saltando de estrella en estrella.

-¡Hola! Soy Croc –se presentó-. ¿Cómo te llamas?

-Yo me llamo Maya.

-Me gusta tu corazón, Maya. He visto su brillo desde lejos y lo he seguido hasta aquí. Creí que era una estrella roja. Estoy cansado de saltar de aquí a allá. ¿Puedo quedarme aquí con vosotros?

-Por mí, sí. Pero solo hay un árbol y no creo que sea el lugar más adecuado.

-Pero, ¿qué dices? ¡Si he visto un sitio ideal, justo al lado!

Maya se volvió y vio que al pie del árbol había una charca grande y hermosa, con nenúfares, rocas, peces, moscas y flores en sus orillas. Junto a la charca, habían aparecido también una cabaña y un arroyo.

-¡Vaya! –exclamó Maya.

-¡Bueno, pues me quedo! –dijo Croc. Y se fue saltando hasta la charca.

Pasaron dos días más cuando apareció un niño de unos 8 años, volando en una cama.

-¡Hola! Soy Blas, el pirata espacial y voy volando de planeta en planeta. ¿Cómo te llamas?

-¡Hola, Blas! Soy Maya. Este es nuestro pequeño planeta.

-¡Me gusta! Y tu corazón también. Parece hermoso y bueno. Estoy muy contento porque eres la primera persona que encuentro en el espacio. Me gustaría quedarme, pero no puedo. De todas formas, creo que pasaré por aquí a visitaros de vez en cuando. Con tu permiso, claro.

-Por supuesto que lo tienes. Ven cuando quieras, Blas.

-¡Hasta pronto, Maya!

-¡Hasta pronto, Blas!

Cuando Blas se fue, Maya vio que delante de ella había aparecido otra casa y un camino que unía todos los lugares que habían ido apareciendo con la llegada de cada nuevo amigo.

Con el paso de los días, fueron apareciendo por allí más seres atraídos por el corazón de Maya y el planeta se fue haciendo más y más grande. Se convirtió en un lugar hermoso, lleno de amigos. Y Maya era cada día más feliz; porque comprendió que, mientras siguiera teniendo su corazón, ofreciendo su maravilloso y generoso corazón nunca más estaría sola. Aunque otra tormenta llegase y volviera a arrasarlo todo.


Este cuento se lo he tomado prestado a una amiga, que me ha hecho llorar, la verdad, y me ha tocado la fibra sensible. Desde aquí le doy las gracias, porque mirar con los ojos que ella mira se merece todos los agradecimientos del mundo.

domingo, agosto 24, 2008


Los sueños pueden convertirse en pesadillas, enroscados como sarmientos valerosos que sobreviven para dar su fruto. Aires nuevos que no tienen por qué ser frescos, se apoderan de ciudades abandonadas a su suerte, frías, oscuras, repletas de malos pensamientos que se intentan borrar con corazones limpios de espíritu, asqueados de tanta suciedad oculta bajo las alfombras, pero visible para cualquiera que se atreva a mirar.

Porque hay caminos que se repiten más de dos veces por muy imposibles que sean, acompañados de alaridos y miedos absurdos, tan reales que se olvidan de las ficciones que los crearon bajo la superficie fría de quienes no quisieron demostrar sus sentimientos para no verse atrapados.

Y entonces las estrellas dejan de brillar para no marcar las rutas que se han seguido durante siglos en esos mares del norte, perdidos entre las inmensas cumbres que muchos escalaron para descubrir, en lo alto, que todo lo que les hizo huir chocará con sus caras en el mismo instante en que decidan que ya no hay necesidad de seguir trepando.

Para nada sirven los vacios si la cabeza está llena de mil pájaros que revolotean y pían hasta hacer imposible oír las voces que siempre han querido ayudar a los perdidos en los laberintos creados por las propias mentes, ansiosas de encontrar la vereda que con tanta insistencia los padres quisieron señalar con dedos que ahora yacen inertes, sarmientos repletos de uvas, no por malditas menos dulces.

jueves, agosto 21, 2008

Palabras

Hay palabras que se quedan en los labios, prendadas de ellos para siempre, nunca dichas. Hay palabras que rondan los oídos, siempre esperadas. Hay palabras que son solo pensamientos que se transforman en ideas y que cambian al mundo. Hay palabras escritas que apenas permanecen en el tiempo. Hay palabras dichas que se marcan a fuego y ya nunca te abandonan. Hay palabras deseadas y de deseo.


En ocasiones queda la sensación de que se debió decir algo y se sabe que nunca será dicho. Y pesa hasta que deja de hacerlo porque nos convencemos de que no debían pronunciarse. O nos conformamos. O descubrimos que hay cosas que, simplemente, hay que dejar pasar porque agarrarlas no llevaría a ningún sitio, al menos no mejor del que estamos.

Casi nunca nos damos cuenta de que las palabras son importantes: las dichas, las omitidas, las ignoradas, las silenciadas, las gritadas, las susurradas, las escritas, las borradas. Suelen serlo porque son las que conforman nuestro mundo, las que nos definen y marcan nuestro camino, porque ya somos incapaces de pensar en algo que no sean palabras, aunque a veces las imágenes también nos sirvan para ubicarnos.


No sé por qué no nos damos cuenta de lo que valen. Puede que porque las usamos tan a menudo que pierden su valor, como lo perdería el oro si rondara por la calle como los guijarros. O porque pensarlo nos volvería locos, mudos, incapaces de emitir un sonido, escribir una letra, temerosos de sus consecuencias.


Ese es mi problema, pocas veces soy temerosa y hablo demasiado. O soy tan temerosa que dejo en el tintero lo que debería salir de él.


Aún así, sé que me quedan palabras por descubrir y espero no tener que callar muchas. El silencio me acaba pesando demasiado.

martes, agosto 12, 2008

Preguntas, preguntas

Le he robado a Los viajes su batería de preguntas porque me ha parecido una idea interesante... Además, creo que en algunas cosas coincidimos...
¿Qué zapatos elige? Para comprar, los que me enamoran. Para ponerme, según el estado de ánimo: si me apetece estar mona, algo con un poco de tacón o mis merceditas, si estoy cansada, harta del mundo o enfadada, los más planos que encuentre en mi armario.
¿Cuál es la cualidad que más valora en una mujer? La sinceridad y la comprensión (mejor empatía).
¿Y en un hombre? La sinceridad y la comprensión o empatía.
Pero lo primero que le mira es... Umm, no sé. Las manos me llaman mucho la atención, los ojos si resaltan, la boca... Según el hombre, supongo.
Cuélguese una medalla. Procuro mantener el contacto con todos mis amigos, a pesar de la distancia.
¿Qué rasgo de su apariencia cambiaría si pudiese? Uff, ¿estar tan delgada? No sé, en realidad. Ahora mismo me gusto bastante, fíjate tú.
¿Cuál es el defecto propio que más deplora? La impaciencia.
¿Y su mayor virtud? Soy de naturaleza bondadosa.
¿En qué consiste la felicidad? En muchísimas cosas. Cada momento puede darte felicidad de forma distinta. Tener los amigos cerca, el abrazo de mis sobrinas, estar en calma, saber que estoy donde quiero... No sé, la felicidad consiste en muchos pequeños detalles.
¿A qué le tiene miedo? A un montón de cosas: las alturas, el agua, los bichos, a que me ataquen, a equivocarme demasiado con algo... En realidad soy una cobarde horrorosa, así que tengo muchos miedos a los que, afortunadamente, me voy enfrentando lo mejor que puedo. Porque eso sí, nunca dejo que el miedo me paralice... O lo procuro.
¿Qué le aburre? Esperar.
Dígame algo a lo que jamás renunciaría. A ser yo.
¿Qué hecho histórico le hubiese gustado vivir? Alguno positivo, la verdad, que para cosas malas...
Posar para alguien... ¿vestida o desnuda? Según la persona y el momento. Aunque debo reconocer que lo de desnuda me da un poquillo de reparo...
Un disco o una canción. Ambas, jijiji. Siempre estoy escuchando música. Ahora diría de disco Girls and weather, de The Rumble Strips. Canción: She's not me, de Madonna.
Una película. Notting Hill.
Un libro. Mogollón. Quizás Océano mar, de Alessandro Baricco; Alicia en la País de las Maravillas; de Lewis Carroll; El señor de los Anillos, de Tolkien; Nada, de Carmen Laforet; Mujer en guerra, de Maruja Torres...
¿Y el que nunca ha conseguido terminar? Los pilares de la tierra, de Ken Follet. Es que además me niego a terminarlo, menudo tostón de libro, por Dios. Que sí, que ya sé que a todo el mundo le flipa. Pues bien, yo no lo soporto, y lo intenté hasta la página 200 por lo menos, pero me dije: hasta aquí hemos llegado.
¿Cuál es su personaje de ficción preferido? Llevo un rato pensándolo, creo que no tengo ninguno preferido de los que no tienes ni que pensarlo. O lo tengo y no me acuerdo, que estoy fatal últimamente...
En la vida real, ¿tiene héroes? Sí.
De no haber sido periodista, ¿qué le hubiera gustado ser? Pues mira, ya no lo soy y no precisamente por ser lo que me gustaría... Vale, una escritora de éxito, ¿mola o no?
¿Dónde le gustaría dejar huella? Supongo que en las personas que pasan por mi vida, no para que me recuerden, sino en el sentido de que me gustaría ser una buena influencia de alguna manera, para que ellas fueran más felices... Creo que me explico fatal.
¿Y cómo le gustaría ser recordada? Feliz y sonriendo.
¿Los zapatos de quién le hubiese gustado calzar? Las sandalias con una raspa de pescado de cristal (posiblemente swarosky) que calza Samantha (de Sexo en Nueva York) en la película.
¿Cuál es la virtud más sobrevalorada socialmente? La belleza, aunque realmente no creo que esto sea una virtud... Y la mala ostia, que yendo de buenas parece que no se llega a ningún lado.
¿Qué talento le gustaría tener? Hablar muchos idiomas (bien y sin esfuerzo); tocar el piano (a ser posible sin matarme estudiando); saber bailar; nadar bien bien... Lo de hacer punto lo dejé por imposible hace años...
¿Para qué se considera un as? Conectar con la gente.
¿Y para qué una negada? Cualquier cosa manual.
¿Cuál es su posesión más valiosa? Yo misma.
¿Tiene algún apodo? Bastantes: en la familia, entre los amigos... Algunos son derivados de mi nombre, otros no.
¿Cuánto mide? Muy poco. 1'63 (mira esto podía ser algo que quisiera cambiar...)
¿Qué defectos le resulta más fácil disculpar? Los de mis amigos.
¿Qué es un buen insulto? No sé, depende de la persona a la que se tenga que insultar.
¿Su mayor extravagancia? Creo que no tengo ninguna.
¿Hay algo que aún no haya hecho y que le gustaría hacer? Vivir en otro país al menos un año.
¿Por qué le echan la bronca en casa? Hombre, que ya soy muy mayor...
¿Cómo se relaja? Eso me pregunto yo...
Nunca sale a la calle sin... Las llaves de casa, porque a veces voy al gimnasio sin el monedero. Si no, sería eso. Aunque últimamente me dejo casi todo en todas partes...
¿Cómo le gustaría morir? Durmiendo, sin enterarme. Y tranquila. Y sin dolor.
¿En qué ocasiones miente? Cuando la verdad haría muchísimo más daño.

lunes, agosto 11, 2008

Yo soy las dos

La que corre y se para; la que ríe y deja a sus lágrimas correr por su cara; la que duda y elige sin reservas; la que el silencio embarga y la que habla; quien no calla y escucha; la que no hace nada y no para; la que sonríe y se enfada; la que sueña, la que despierta; la que no sabe a dónde se dirige y camina segura; la que se emociona y se cansa; la que sale y la que se queda en casa.


Soy lo uno y lo otro, lo que me mueve y lo que me para; elijo todas las puertas y cierro las que menos me llaman; pienso y actúo sin reflexionar; recuerdo y olvido; perdono y sacrifico; susurro y grito.


Tardé en descubrir que no tengo que elegir, porque, simplemente, soy yo.

sábado, agosto 09, 2008

Cae la noche



Cae la noche y se difuminan los contornos de mis pensamientos para perderse en la oscuridad que envuelve a las almas deseosas de reencuentros. Cae la noche y las estrellas no son suficientes para iluminar los cuerpos que yacen perdidos entre las marañas de sombras rojizas, retratos del mal que persigue a los condenados.


Cae la noche y sólo el refugio de las cuatro paredes que nos cobijan, salvan nuestros sueños de perderse en la realidad tenebrosa, cruel algarabía de risas estridentes que asustan al más valiente y lo hacen correr hacia caras conocidas... Porque no saben que la noche borra los perfiles y deja escapar los deseos.


Sólo la pálida luz de unos ojos enciende las almas delicadas, que se dejan arrastrar porque se sienten seguras. Sólo las caricias de un amor anhelado parecen alejar los monstruos que nos persiguen entre los escombros de la vida que creímos real durante el día.


Cae la noche y nos dejamos seducir por ella. Cae la noche y olvidamos si habrá un alba que recupere los pedazos de las historias marcadas a fuego en la piel, borradas con saña por nuevos recuerdos.

Foto de J.

viernes, agosto 08, 2008

Supreme

Los que me conocen saben que 'I will survive' de Gloria Gaynor es para mí una canción sagrada. Pocas versiones me gustan, no me gusta que nadie la cante de otra forma, no me gustan que se usen sus bases... Porque es MI canción.
Sin embargo, cuando Anthony me recordó este tema de Robbie Williams y me detuve en las letras, dije, vale, me lo tomaré bien. Y es que esta canción me gusta, me gusta la letra que me viene muy a propósito para según qué momentos, porque me encanta la ironía...
Así que aquí os la dejo para que la disfrutéis. Por cierto, el vídeo me parece de lo peorcito...




SUPREME (SING WHEN YOU RE WINNING)
Oh it seemed forever stopped today / Oh, parece que para siempre terminó hoy
All the lonely hearts in London / Todos los corazones solitarios de Londres
Caught a plane and flew away / Cogieron un avión y volaron
And all the best women are married / Y todas las mejores mujeres están casadas
All the handsome men are gay / Todos los hombres guapos son gays
You feel deprived / Te sientes necesitado
Yeah are you questioning your size? / ¿Te estás cuestionando tu tamaño?
Is there a tumour in your humour, / ¿Hay un tumor en tu humor?
Are there bags under your eyes? / ¿Hay bolsas bajo tus ojos?
Do you leave dents where you sit, / ¿Dejas marcas donde te sientas?
Are you getting on a bit? / ¿Lo estás logrando un poco?
Will you survive / ¿Sobrevivirás?
You must survive / Tienes que sobrevivir
When there's no love in town / Cuando no hay amor en la ciudad
This new century keeps bringing you down / Este nuevo siglo te mantiene derrotado
All the places you have been / Todos los lugares en los que has estado
Trying to find a love supreme / Intentando encontrar un amor supremo
A love supreme / Un amor supremo (el supremo amor)
Oh what are you really looking for? / Oh, ¿qué estás buscando realmente?
Another partner in your life to abuse and to adore? / ¿Otra pareja en tu vida para maltratar y adorar?
Is it lovey dovey stuff, /¿Es un cariñito? (un amorcito)
Do you need a bit of rough? / ¿Necesitas un poco de rudeza?
Get on your knees / Arrodíllate
Yeah turn down the love songs that you hear / Yeah, baja las canciones de amor que escuchas
'Cause you can't avoid the sentiment / Porque no puedes evitar la sensiblería
That echoes in your ear / Esos ecos en tus oídos
Saying love will stop the pain / Diciendo que el amor parará el dolor
Saying love will kill the fear / Diciendo que el amor matará los miedos
Do you believe / ¿Crees?
You must believe / Debes creer
When there's no love in town / Cuando no hay amor en la ciudad
This new century keeps bringing you down / El nuevo siglo te mantiene derrotado
All the places you have been / Todos los lugares en los que has estado
Trying to find a love supreme / Intentando encontrar un amor supremo
A love supreme / Un amor supremo
I spy with my little eye / Descubro
Something beginning with (ah) / Algo que empieza
Got my back up / Me apoya
And now she's screaming / Y ahora ella está gritando
So I've got to turn the track up / Así que he tenido que mantener la canción arriba
Sit back and watch the royalties stack up / Recostarme y ver los derechos de autor amontonarse
I know this girl she likes to switch teams / Sé que a esta chica le gusta cambiar de equipo
And I'm a fiend but I'm living for a love supreme / Soy un demonio pero estoy viviendo por un amor supremo
When there's no love in town / Cuando no hay amor en la ciudad
This new century keeps bringing you down / Este nuevo siglo te mantiene derrotado
All the places you have been / Todos los lugares en los que has estado
Trying to find a love supreme / Intentando encontrar un amor supremo
A love supreme / Un amor supremo
Come and live a love supreme / Ven y vive un amor supremo
Don't let it get you down / No dejes que te hunda
Everybody lives for love / Todos viven por amor
Come and live a love supreme / Ven y vive un amor supremo
Don't let it get you down / No dejes que te hunda
Everybody lives for love / Todos viven por amor
Pido disculpas por la traducción. Hay algunos juegos que no supe traducirlos

miércoles, agosto 06, 2008

Se sentó frente al mar, tanto tiempo añorado, y dejó vagar su mente, como tantas otras veces, sobre la espuma que las olas levantaban, arrastrándose con las corrientes que agitaban la superficie del océano para darle esos brillos de luz de luna que había buscado en tantos ojos. Pensó en los torbellinos de agua como si de los nudos de su vida se trataran, desarmados por la propia fuerza de la marea que los creaba y no pudo evitar esa media sonrisa de esperanza.

Cerró los ojos. Entonces, el olor y el ruido del oleaje cobraron protagonismo en su cabeza, como ecos de otras voces y transportadores hacia otros lugares, otras vidas vividas por ella misma pero que ahora le parecían demasiado lejanas como para pertenecerle.


Se dejó acunar así un rato, acariciada por la brisa marina que puso sus vellos de punta, más que por frío, por el placer recuperado de saberse rodeada, presente en su mar. Se abrazó a sí misma, porque era ése y no otro el abrazo cuya ausencia le había pesado. Se había olvidado de ella y ahora se recuperaba, sentada en la arena, bajo la luna que nunca le abandonó y la música que el agua hacía al llegar a la orilla.

Y volvió a abrir lo ojos para verse en la inmensidad de una playa ahora vacía de los gritos, las risas, los juegos que durante el día la habían plagado. Como ella misma, el litoral descansaba a la espera del sol que acariciará a ambos con una luz naranja, brillo de los nuevos días que se le presentaban cargados de mareas, idas y venidas, calma y tormentas, los días que había buscado y se había negado, al mismo tiempo, por un continúo temor a su propio miedo.

Sin embargo no quería pensar. Y no lo hizo. Se quedó allí, contemplando su mar, como lo son todos, dejándose acunar por los sonidos de la marea, disfrutando de la brisa y de aquellos olores que tanto le decían.

martes, agosto 05, 2008

Un año más

Hace un mes cumplí un año más. Pasaron otros 365 y ya no me planteé si me estafaron cuando era pequeña, si mi vida debería ser otra, si estoy en el camino equivocado o si mis sueños tendrían que cambiar para ser lo que se supone que debo ser a mi edad.
Dejé atrás los 30 con sus dudas, los 31 con sus convulsiones y he llegado a los 32 con una calma/desasosiego feliz y la mente despejada. Tengo muchos planes, seguro que la mayoría ni siquiera saldrán de mi cabeza. Sigo con muchos sueños; las dudas acerca de muchas cosas no me han abandonado... Y, sin embargo, soy la misma de forma distinta.
En realidad no podría explicar qué ha cambiado o qué ha permanecido inmutable. O sí, pero me daría pereza enumerar todas esas cosas que me ocurrieron en el último año (quizás año y medio), que me dañaron, me sacudieron, me desesperaron a veces, me empujaron y zarandearon hasta llegar a otro 5 de julio y, esta vez, con una sonrisa en la cara. Mucho de lo que me ha permitido estar ahora feliz surgió de la pena, del profundo y terrible desamor que me embargó durante meses; de la espera que no sirvió para nada, o sí, para darme cuenta de que esperé durante seis años lo que nunca llegaría y nunca llegó.
Parece que otra vez necesité tocar fondo para apoyar el pie y salir hacia arriba, aunque esta vez no tenga tanto mérito, me ayudaron J. y O.; me apoyaron V. y A. y... Me ayudaron muchos amigos que me quitaron la venda de los ojos y me demostraron que, de hecho, soy feliz sola y como soy.
Así que, con 32 años he constatado que tengo otra familia: la de mis amigos. Una familia que elegí yo, que está ahí para lo bueno y para lo malo más aún, y que forman una red sobre la que puedo caer, aunque a veces sea yo misma la que la retire, porque si no me pego la ostia no reacciono.
Y vuelvo a mirar al futuro, como cada año cuando comienza julio. Y descubro que es una norma en mi vida tener pocas cosas claras. Que me cuesta decidir porque querría hacer tantas cosas que acabo diluyéndome en mis propios deseos. Y comprendo que da igual todo eso, porque iré haciendo lo que me pida el cuerpo en cada momento, porque sé que tengo toda la vida por delante y que no tengo por qué dejar cosas sin hacer, sólo porque piense que alguien piensa que debería estar haciendo otras.
Y ahora sé que Sevilla puede ser mi ciudad o no. Pero que si me quedo aquí -para siempre o durante un tiempo- puedo disfrutar de ella como del resto de sitios en los que viví y fui feliz y desdichada. Ahora he entrado en la racha de felicidad en mi Sevilla y la pienso aprovechar.
De manera que sé que sólo me quedan 334 días para dejar estos 32 años, pero intuyo que la felicidad me durará mucho más.