jueves, febrero 07, 2008

¿Por qué yo?

Hago musculación. Odio las pesas, las máquinas y demás parafernalia. Me aburre estar levantando peso arriba y abajo, mientras musculosos hombres (mujeres seguimos siendo menos) contemplan sus cuerpos pensando que algún día llegarán a no sé dónde exactamente. Pero tengo que hacerla. La necesito para poder mejorar en capoeira, para coger fuerza, ya que mis bracitos, de natural, casi no sostienen mi cuerpo.
Para hacer musculación antes tengo que calentar con algún ejercicio aeróbico, y como la mayoría de las máquinas para hacerlo (andadores o como se llamen, unos extraños aparatos con palancas y donde se ponen los pies como si estuvieras subiendo y otras raras cosas) me dan miedo, siempre opto por la tradicional bici estática. Soy una mujer de costumbres, así que, habitualmente, me subo a la misma bici, elijo un programa de cardio (para alcanzar un determinado número de pulsaciones) y pedaleo con saña mientras contemplo un campo de fútbol situado frente a mi gimnasio.
Normalmente, cuando llevo unos cuatro minutos al pedal alcanzo las pulsaciones requeridas, unas 150, con lo que la dureza de los pedales se suaviza y voy más cómoda. Sudo sin pasarme y mi corazón aguanta bien el tirón.
Sin embargo, el otro día, después de un mes sin pisar la bici porque iba al gimnasio después de andar media hora, creí morir en el intento. Como cada tarde, marqué el programa de cardio, me subí a la bici y comencé a pedalear con tranquilidad pensando en mis cosas. De repente, me doy cuenta de que los pedales se endurecen cada vez más y más y más y más porque se ajustan para que alcances el ritmo objetivo, y el sudor empieza a correrme por la cara, el corazón parece que se me quiere salir por la boca y mi cara comienza a tornarse roja (no la vi, pero me la imagino).
Lo estaba pasando realmente mal y cuando empiezo a pensar que debo estar enferma una señora sentada dos bicis más allá comienza a hablarme. A duras penas soy capaz de girar la cabeza para mirarla mientras mis piernas pelean con los pedales, de una dureza fuera de lo común...
'Niña, ¿tú sabes si los aparatitos esos (señala un mando en la bici entre nosotras dos) es para escuchar las teles (hay varias repartidas por toda la sala, hacia las que miran los aparatos)?' .
Y yo, medio asfixiada, pero siempre educada, con un hilo de voz aún tengo fuerzas para decirle 'creo que sí, pero nunca lo he probado'. Y sigo concentrada en las pulsaciones que marca la máquina, 90, mientras mi cuerpo parece decirme 'vas a morir'.
Y la señora se cambia de bici, y se pone a mi lado...
'Y ¿los auriculares? ¿de dónde los saco? Aquí hay una cajita como los que dan en el tren, pero esta vacía'.
Y yo, ahí, ya morada que debía estar 'uff, no sé, quizás haya que pedirlo a gerencia, o traerlos de casa', contesto, mientras mi alma quiere escaparse de mi cuerpo para poder librarse de aquel sufrimiento.
'Si es que nunca hay nadie, antes siempre había un monitor, pero ahora...'
Y la miro sin contestar, segura de que mi muerte está cerca, porque llevo cinco minutos y medio en la bici y no cambia de 90 pulsaciones. Y la miro a ella, y la veo tan pancha y se me ilumina el cerebro '¡este chisme se ha jodido!'.
Por fin, me suelto durante breves instantes de los sensores de pulsaciones y vuelvo a poner las manos.
¡174 pulsaciones! De golpe, los pedales no es que se pongan blandos, es que casi giran solos, bajo la velocidad y, poco a poco, muy poco a poco, mi corazón se va relajando, el sudor que empapa mi pelo, mi cara, mi camiseta, deja de fluir cual surtidor de agua...
Y mi ahora compañera de bici, continúa con su charla. 'Esto, ¿y no sabrás el horario de tonificación, verdad? Es que lo miré antes pero no lo recuerdo'...

16 comentarios:

Lunera dijo...

Ay los gimnasios... Pero no me digas que no merece la pena! Yo salgo nueva y duermo como un bebé.
Cada dia que no voy lo echo de menos, y hasta hace 5 años no quería ni verlo!!

Nils dijo...

Me declaro completamente dispar a Lunera, y es que para mí son centros de tortura y autotortura que espero tener lejos de mí durante mucho tiempo. Igual algún día no me queda más remedio, porqeu estoy gordo y es complicado bajar por gracia divina, pero mientras haya piscinas cubiertas, que se quiten las máquinas y las clases de funky.

Peritoni dijo...

Qué agobio hija mía, tu vida en manos de una máquina. Hace años que no voy al gym, perdí la costumbre y no puedo engancharme otra vez y me sabe fatal porque me vendría muy bien.

anthonytowers dijo...

Lo tuyo con el gimnasio va a acabar muy mal, yo lo llevo viendo desde septiembre.
Bueno, si te da un síncope pide que te lleven al Cruz Roja, que me pilla cerca de casa.

Isabel Sira dijo...

Lunera, en general estoy encantada con mi gimnasio, lo adoro. Antes iba tres horas al día (natación, capoeira, musculación y algún día metía aquafitness), pero desde que adelgacé me es imposible... Pero me encanta.
Nils, que no, que los gimnasios son buenos, aunque la piscina, a la que también voy, es genial. ¡Se te pone un cuerpo 10!
Peritoni, ¿no puedes engancharte por qué? ¡Si mola mucho! Siempre y cuando no te toque la bici asesina, claro...
Anthony, no sé, espero que no acabar tan mal. ¡Y lo que me río yo sola, ahora que tú no estás! Eso sí, no vuelvo a esa bici ni de coña.

.. dijo...

Jajajaja suena a máquina de tortura medieval, pobre!! Ya pensaba que ibas a decir que la señora había toqueteado algún control sin darse cuenta. ¿Tienes agujetas hoy?

Isabel Sira dijo...

Cauldfield, la señora se limitó a hablarme a mí, cuando tenía cerca a otras personas, a pesar de verme medio desfallecida.
Y agujetas, no voy a engañarte, desde que volví al gimnasio hace tres semanas tengo agujetas todos los días, si no es en una parte de mi cuerpo, en otra, y espérate a que retome la natación...
Pero bueno, se van y tan feliz que estoy con el cuerpo tan bonito que estoy logrando... Al final conseguiré tener los brazos de Madonna...

Mocho dijo...

¿150 pulsaciones?

¿de pulso cardiaco????

¿es eso normal????????

Anónimo dijo...

Nunca he probado un gimnasio...sólo me ha dado por correr y nadar. Es más útil si un dia el avión cae en medio de la selva y tienes que buscarte la vida entre las fieras a lo Tarzán de los Monos!

Xose dijo...

Siempre he acababado por tirar la toalla cuando voy al gimnasio, porque me acabo aburriendo de estar solo... 174 pulsaciones, madre mía!!!
Y tampoco he sido capaz de hablar y hacer ejercicio al mismo tiempo. Quizá por eso lo que más me gusta sea correr, para simplemente controlar la respiración, no ahogarme, y ver paisaje.
Un superbeso!

Isabel Sira dijo...

Pasaelmocho, lo de las 150 para calentar, vale, lo malo fueron las 174 que alcancé el otro día, aquello sí que fue para paro cardiaco seguro...
Luis, yo correr sólo lo hago si me persiguen, pero también nado, hijo,que es que soy muy completa yo en el deporte. Lo que pasa es que como el agua me da miedo no sería útil en caso de accidente, porque me moriría del miedo de verme en mitad del océano, aparte de que nado fatal porque, como me da miedo el agua, acabo asfixiándome de angustia... Pero vamos, que nado.
Ulyanov, aguantar en el gimnasio depende de que encuentres el deporte que te mole. Capoeira y el reto personal de natación me mantienen enganchada... Sobre lo de las pulsaciones, ni te cuento.
Y hablar, es que no me callo ni debajo el agua (puedes preguntarle a mis distintos monitores de natación jajaja jajaja). Pero lo pasé mal, sí.

goldengate(d) dijo...

jajaj, me has hecho acordar de la escena de lost in translation donde bill murray no consigue bajarse de un aparato de gimnasia que parece mas bien un instrumento de tortura del medievo...

besotes.

anonimo...violinist dijo...

vaya... si que estas en forma...
me gusto mucho como lo contaste...solo pense...en como acabara..
BIKOS....
PD: yo hace medio año que no hacia deporte y ayer... casi me muero en natacion.. antes duraba sin parar tranquilamente a mi ritmo...unos 3 cuartos de hora...y ayer.. nada 5 segundos :P

Isabel Sira dijo...

Goldengate(d) no recuerdo esa escena, pero debo reconocer que lo único que me gustó de esa peli fueron los extras del dvd: bill murray en un concurso de locos.
Anonimo violinist: al final no acabó tan mal, y ayer volví a subirme a esa bici. Esta vez pude con ella ;P Uff, no me hables de nadar que, tras casi tres meses, espero volver mañana... Ya contaré cómo acabo... Aunque espero estar al menos media horita jajaja.

Unknown dijo...

Se que es un absurdo, pero me gusto que se pueda hablar de un dia en el gimnasio.. Entre buscando a alguien que me parecio conocer, por su forma de hablar, inteligente, de conversaciones profundas e interesantes.. No se pq me sono su voz en esas letras orales.

Isabel Sira dijo...

No creo que sea absurdo, Rafael, es verdad que hay gente a la que le parece raro que hable de gimnasios... Y creo entender que son mis palabras las que te suenan a una voz, pero pocos rafaeles conozco que me encontraran por aquí... En cualquier caso, bienvenido y vuelve siempre que quieras.