Ayer volví a nadar. Hacía unos dos meses y medio que no pisaba la piscina. La recuperación de mi gripe navideña y la lesión en los tobillos (me fastidié uno en capoeira y el otro, por solidaridad, se jodió por forzarlo durante un mes) me había mantenido alejada. Bueno, eso y mi pereza a ponerme el bañador después de salir de musculación. Habían tirado mis tablas de ejercicios (cosa que me ha parecido fatal, con todas las horas y monitores que hay no pueden saber si he ido o no) así que tuve que conformarme con hacer unos largos a mi bola, lo que supone que no aguanté en la piscina más de 30 minutos, unos 20 ó 22 largos, calculo.
Y me pasó lo que sabía que me iba a pasar y que, aún así, no me quitó la pereza. Fue meterme en el agua y olvidarme de todo y concentrarme en cómo mis brazos cortan el agua y la empujan, el movimiento rítmico de mis piernas, controlar la respiración y sentir que estoy allí y nada más importa.
Así que volví a sentir que soy tonta por haber estado tanto tiempo sin nadar, porque, a pesar de mi miedo al agua (que me obliga a pararme cada cuatro largos como mucho y que descompensa mi brazada en ocasiones, si no sería casi una sirena) meterme en el agua libera mi espíritu de cargas, de preocupaciones, de miedos o de proyectos, incluso, porque en ese momento solo existimos el agua y yo. Poco a poco me fundo con el líquido elemento y la sonrisa, a pesar de mi concentración, aparece como reflejo de la placidez que siento, en tanto mi cuerpo trata de oponer la más mínima resistencia, convertirse en una prolongación de las ondas que mis brazos marcan y mis piernas siguen. Mirar alrededor y ver esa luz azulada que ofrece la piscina, los otros nadadores no existen salvo en las escasas ocasiones en que nos rozamos, como diciendo, aquí estamos, disfrutando, en un momento solo nuestro, pero que quiero que conozcáis.
Imagen de www.decopasion.com
25 comentarios:
yo tengo que volver a la piscina. me jode mucho que nunca consiga secarme bien, porque siempre tengo prisa y acabo saliendo mojado y no me gusta la sensaicón de la ropa pegada al cuerpo, pero me encanta nadar. Además, tengo pendiente sexo en piscinas asi como en las duchas de los vestuarios, pero eso es otro tema...
Hago este post (con tu permiso) enteramente mío ... volvi a nadar hace un mes (o tres semanas).
Las mismas sensaciones.
Un beso linda.
Casi me gusta más el mar que la piscina para nadar; quizás por vencer el miedo parecido al tuyo de no sentir nada debajo o, al contrario, sentir el todo abajo y no saber que hay.
Me gusta la piscina para dar brazadas y soltar adrenalina; el mar para sumergirme, hacerme una pelota y estarme quieto escuchando las olas contra la arena. Las dos cosas me relajan a su manera.
Nils, lo de quedarse mojado fastidia mucho sí. Procuro llevar ropa que no sean vaqueros por eso, porque sino pareces embutido. Tengo pendiente lo mismo que tú, pero sí, es otra historia... (cuéntala, cuéntala).
Ana, todo tuyo pues. ¿También miedo al agua? Besitos
David, bienvenido. A mí es que lo de no saber lo que hay debajo me pone demasiado nerviosa. De todas formas, este verano haré un cursillo de buceo para quitarme el miedo a lo radical...
Caulfield, nos cruzamos. Uff, no aguanto mucho bajo el mar (vamos, ni bajo la piscina), pero sí me mola oír el ruido de las olas...
Pues sí, nadar mola muchísimo. Creo que en otra entrada ya dije que yo era del equipo de natación de mi colegio... tiempos lejanos. Ahora me encantaría ir de nuevo, pero a pesar de que tengo el polideportivo al lado de casa no consigo sacar tiempo. :P
Random, pues te animo a que retomes la natación, intenta organizarte, porque aunque solo vayas media horita lo vas a disfrutar, sobre todo porque tú debes nadar genial, si estabas en el equipo del cole...
Me gusta nadar. Y me gusta la piscina.... pero soy más de mar. Sentir el agua fría, las corrientes... las olas... parece como que estuvieras dentro de un ser vivo.
Saludos, y disfruta.
Landa, adoro el mar también. Desde hace años mi sueño es vivir frente al mar, contemplarlo, poder sentirlo en los pies... Pero lo de nadar dentro, si es por la parte que no cubre, vale, o tendré que esperar a superar mi miedo...
Miedo al agua noooooooooo... cual pez niña! Enteramente mío en las sensaciones de placidez, soledad, gustito, relax.. miedo no.
En realidad si pienso a que tengo miedo ... no me sale nada especialmente ... no soy miedosa ... bueno siii! a los abejorros, a las avispas y a los moscardones de esos negros gochones ... jajajaja ... me ponen de los nervios. Me entra vena de molinillo por la forma en que me pongo a agitar brazos y a chillar cual histérica.
Besos.
Perdon .. me salio doble el comentario. Muas!
Nadar es genial... hasta que llegas al trabajo y te preguntan si has llorado.
Mierda de cloro, oyes.
Ana, pues me alegro, yo tengo todos los miedos típicos: a las alturas, al agua (el de la oscuridad me lo quité, menos mal)... Pero, hija, envidia me das leyéndote.
Unaexcusa, en decathlon venden unas gafas para la piscina por dos euros la mar de monas y útiles para que los ojos no se te enrojezcan. Las uso incluso cuando voy a piscinas 'no de gimnasio'. Y en cualquier tienda de deportes las puedes encontrar, que te costó mucho tu nueva vista como para que la jodas por el cloro, mujer.
Ains, la piscina enorme que hemos dejado en la casa anterior...y apenas la usaba...¿ves?, has echo que la eche de menos...
Besus.
¡Vaya por dios! Pero, Peri, si no la usabáis no la eches de menos, que para mirarla mejor el mar, ¿no? O algo. Piensa en mí, que ni tengo casa propia ni la he dejado, que nunca he tenido piscina, y que, con mi sueldo y sin pareja que pague la mitad, si alguna vez consigo piso será mini y, esto sí que no me gustará, a tomar por culo del centro, con lo que me gusta a mí vivir cerquita del centro... No sé, es por consolarte un poco...
Es genial, ¿eh? Te sumerges y te olvidas de todo... me encanta :)
Pues sí, Juanma, ahora tengo que reorganizar mi horario para poder ir más a menudo. Hago encaje de bolillos con mis días jajaja.
Como nadar poquitas cosas.
Suelo nadar de vez en cuando.
Siempre me gustó muchísimo nadar, es uno de los recuerdos más claros que tengo de mi infancia, cuando aprendía a nadar en el mar.
En la piscina no puedo ir parando cada x largos. Me meto en el agua y tengo que hacer los largos que me pida el cuerpo sin parar los 40 o 45 minutos.
Luego me doy cuenta de que apenas he pensado en nada más que en avanzar y avanzar en armonía con el agua....
Me encanta el agua. Prefiero el mar sin duda ni comparación posible con la piscina, pero se anda mejor en piscina.
:)
Ozkelui, prefiero el mar para todo, quiero vivir cerca del mar... Pero para nadar, bueno, es que hasta que no se me quite el miedo... Y ya me gustaría a mí estar 40 minutos sin parar, ajco de fobias tontas...
Hola, Mariano:
Me ha gustado mucho esta entrada tuya, como me vienen gustando el resto de entradas... Aunque no te comente.
Sólo quería agradecerte que te sigas pasando por el Limón y sigas comentando; odio no poder hacer lo mismo con todos vosotros a diario... Y encima ahora comienzan los exámenes y el tiempo libre será oro.
Gracias otra vez; de corazón.
Besicos de limón
¿Mariano? Arwen, Arwen... Se me ha ido la pelota...
:P
Jajajaja jajajaja jajaja Alize, estaba flipando, jajaja jajaja. Sí que estás muy liada sí, jajaja. Lo siento, es que me ha hecho gracia.
No te preocupes por lo de no comentar o no entrar, los blogs tienen que ser un placer, no una obligación, yo hay temporadas que apenas entro,ni comento,ni escribo así que... Mientras sigas escribiendo, ¿no? Un besito y gracias por la visita.
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