Sentir una presión,
el agua chocar y explotar.
Intento salir una vez más,
siendo fácil la huída,
elegimos esperar luchando.
Abrir paso a bastonazos,
si es necesario,
porque queremos conseguir
aquello que queramos.
¿Por qué es tan difícil?
La vida empezó tranquila,
subí escalones, despacio,
Y ahora llegamos a un punto
en el que no quisiéramos quedarnos.
Respirar, mirar al cielo,
Caminar, hablar cantando
Y no sentir que me ahogo
en un pequeño charco.
4 de Noviembre de 1996
No es que esté hoy especialmente nostálgica, es que, haciendo limpieza, he vuelto a encontrar estos retazos de mi vida que fui hilando durante la carrera y me ha apetecido dejarlos aquí. No era muy buena, pero creo que mi vena poética la llevaba mejor en esa juventud que ya está a más de diez años (lo escribo y ni así me lo creo, me sigo sintiendo demasiado joven). En cualquier caso, estas palabras son reflejos de una situación y una vida determinada que llevaba en esos momentos. Ahora mis planteamientos son diferentes y he aprendido que no le tengo que tener miedo al temor por los cambios. Al revés, creo que si mi vida no hubiera sido tan cambiante no sería lo feliz que soy ahora, ni me habría convertido en el yo que tanto me gusta en este momento.
Lo sé, suena a reflexión barata y condescendiente con una misma, pero será la primavera, será el calor, la ropa de verano o que, por fin, voy madurando, pero me siento feliz de estar aquí y poder recordar sin perder de vista a mi presente.
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