Quiero ser Peter Pan y llevarme conmigo a quien quiera al País de Nunca Jamás. Quiero volar por encima de las ciudades para descubrir cómo otros envejecen mientras permanezco en un olvido dulce que me permite seguir siendo yo sin perder un ápice de mi esencia. Deseo vivir acompañado de mis niños perdidos, que sólo crecen por fuera para sentirse libres por dentro y no tener miedo a decir lo que piensan, hacer lo que sienten, reir enseñando los dientes. Espero sentir el espasmo de la felicidad por no sentir miedo ante el futuro, ya que sólo es presente. Doy mi sombra por permanecer joven en mi mente y mantener mi mirada inocente. Me gustaría enfrentarme a mis piratas y salir siempre vencedora, porque sea más rápida, porque pueda volar y sorprenderles en mis piruetas de traviesa jugadora.
Siento, presiento e intuyo que siempre se sobrevaloró una edad adulta que, tal y como me la presentan, está formada por retales absurdos que sólo nos coartan en una pesadilla de la que la mayoría quiere salir, pero no se atreve porque piensa que más allá está el ostracismo y la soledad por no seguir unas reglas que nadie sabe muy bien quién nos impuso, si bien parecen estar marcadas a fuego en nuestra piel y en nuestras cabezas.
Sin embargo, prefiero esa soledad que no es tal porque existen otros muchos Niños Perdidos, que no quieren crecer de la forma en la que el resto del mundo espera, sino que se estiran, avanzan, aprenden dentro de su propio camino, a pesar de las elocuentes miradas de quienes se creen poseedores de la verdad absoluta sobre lo que supone ser adulto. Y su precio es demasiado elevado como para que quiera pagarlo, aunque los años pasen, la edad cambie y mi cuerpo no sea lo que era. Da igual, porque mi espíritu sigue volando acompañado de mi propia Campanilla, que me ayuda a conseguir más seguidores gracias a su polvo de hada, apenas necesario porque son muchos los que sienten como yo, vuelan sin pensárselo dos veces porque su pensamiento alegre nunca les ha abandonado.
Entonces, mirándome al espejo descubro que no quiero ser como Peter Pan, soy Peter Pan.
22 comentarios:
Sabes que hace tiempo que vuelo a tu lado, Peter. Que soy una Niña Perdida, feliz de ser niña y de estar perdida.
Te has superado, moza.
Yo también soy Peter Pan.
Pero nunca lo había visto de una manera tan positiva como tú...
¿Es que hay otra forma de verlo Unaexcusa? Durante un tiempo creí que quería crecer, quedarme en casa sin mirar al cielo para no ver la estrella de la tarde, pero cuanto más tiempo pasa más cuenta me doy de que soy Peter, esa es parte de mi esencia y no pienso renunciar a ella, voy a seguir volando. Me alegra ver que siempre tendré compañía como la vuestra.
Yo más que Peter lo que soy es un adolescente perpétuo. Y lo más importante: con pelas para hacer todo lo que no pude hacer cuando era adolescente de verdad.
Con toda la sinceridad del mundo: que le den por el culo a los cánones preestablecidos por la sociedad. Haré lo que me de la gana, cuando me dé la gana.
Ps. A mí, cuando miro hacia adentro me sale la vena rebelde. Rebelde de salón, pero rebelde al fin y al cabo.
Un saludo, Peter.
Fdo. El Niño Niñato.
Yo no me llamo Peter Pan... Pero siento que comprendo a ese niño eterno...
Y, como Flac, más que niña, seré adolescente perpetua... No quiero salir nunca de aquí...
Besicos de limón
No tuve una adolescencia como tal, y, además, me parece una edad fatal, por eso me quedo en niña, niña grande, pero niña.
Y Flac, los rebeldes de salón también hacen cosas que mueven el mundo, no te creas.
En cualquier caso, sois bienvenidos a mi Nunca Jamás...
Recuerdo con nostalgia cuando veíamos las cosas con ojos más inocentes. Perder ese brillo de ilusión en los ojos mirando unas simples luces de Navidad...
Como soy bastante inocente y creo en la bondad del ser humano, aún tengo algo de ese brillo en los ojos, mucho más desde que unos niños de guardería me lo devolvieron al verles celebrar la Navidad y querer compartirla conmigo. Te invito a que te unas a mí Churruán, porque la vida se hace más fácil con esa mirada.
Hay que disfrutar de todo... de la niñez, de la adolescencia... de ser adulto.
¿Cuántas cosas se perderá Peter Pan sin nunca crece????
alize, veo que lo tienes claro. Me voy a dar una vuelta por tu blog...
Yo soy un niño mayor...
Encantada de verte por El Limón Mecánico, Flac.
Durante un tiempo fui Peter Pan o pensaba que lo era, volaba alto, no temía a Garfio y era feliz en el País de Nunca Jamás, nada importaba mas que reír y jugar. Pero algo ocurrió ya no recuerdo que, ni como fue, quizás eso ya no importa. Ahora se que no volveré a ser Peter. Olvide como se juega. Garfio se clono, me acecha en cada esquina. Ya no puedo volar, ni volver a casa, Campanilla se fue. No más Peter Pan. Pero alguna vez he vuelto a sentir esa libertad, la brisa en mi cara, volver a volar (solo son recuerdos).
Landa, tengo la suerte de ser adulta y niña, al menos en eso estamos, así que seguro que pierdo cosas, pero gano otras muchas que me interesan más, la verdad.
Flac y Alize, me encanta que la gente se encuentre gracias a mi blog.
James, pues ya sabes qué camino has de seguir para llegar a Nunca Jamás.
Ataru, ya te contesté esta mañana, pero repito, al menos la mirada de sorpresa hay que intentar reencontrarla.
Me has dejado clavado en la silla...
Me alegro que seas una Peter Pan reina, yo voy a ver si lo consigo, pero esque en este trabajo tengo que estar tan serio que me cuesta quitarme el traje de semiadulto cuando salgo...
Gracias, muy bonito! Un beso!
Si eres semiadulto, eres seminiño, ya tienes parte del sueño ganado... Un beso
Yo me niego a crecer, tanto que no envejezco, tengo la misma cara que cuando tenía 17, no sé si es suerte o porque en cuanto le de a la vida por pasarme factura me va a mandar un par de arrugas que ni pa qué. No, no quiero crecer. Sigo columpiandome, riéndome de las mismas cosas y haciendo castillos en la arena.
Kupe, y el día que te lleguen las arrugas sigue siendo niña, seguirás siendo niña.
Bravo por el texto Arwen. De lo mejorcito que has escrito. Como a tí, me gusta la gente que no tiene miedo de reir enseñando los dientes. Y yo voy a crecer haciéndolo.
7 besos (esta vez te los has gandado de sobra).
El adulto es consciente de su desventura; pero creo que un niño no es consciente de su suerte. Quizá sea ése el secreto de su felicidad.
Un besico, Arwen, tia maja!
Si te soy sincero yo tambien quise y quiero ser Peter Pan, pero hay momentos en la vida que hacen que valores el pasar del tiempo, el hacerte responsable y a su vez disfrutar de otra forma de la vida, evidentemente la inocencia de nuestra juventud es espectacular, pero debemos de valorar el paso del tiempo.... como ves el embarazo y posterior parto aún me tienen las hormonas algo pa yá!! (aunque debiera solo afectar a mi esposa).
GRACIAS por tu visita al hospital y siempre recordaré que el primer peluche que le regalaron a mi chica fue tuyo. Se pasea ya por el barrio con su luna que ya pondrá nombre ella.
Gracias Ginger. Supongo que las cosas que se escriben desde el corazón siempre quedan mejor que las ficciones...
Teillu, quizás sea eso, sí, pero te aseguro que ahora intento ser consciente de cada segundo de felicidad que disfruto, para que dure más, aunque sea en mi memoria.
M. Jesús, a mí el crecer me ha permitido muchas cosas, pero creo que no debo dejar de lado mi parte niña, porque me parece que el mundo necesita más inocencia, más miradas desde la infancia para poder avanzar de una forma que creo que sería mejor para todos.
Y, en cualquier caso, hay también quien crece y tiene sus propios niños, para que puedan seguir siéndolo mucho tiempo, ¿o te crees que no serás de nuevo niño al jugar con tu hija, al enseñarle y aprender de ella?
La visita fue para mí mucho más importante que para vosotros, hacía tiempo que no veía a la ahora madre y me encantó verla, sobre todo tan feliz contigo y con Lucía. Espero que la luna le ilumine y le acompañe...
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