No soy mucho de filosofía, ni de dar ejemplo, ni de pretender dirigir la vida de nadie, pero hoy, hablando con Suntzu, me ha comentado que una de las formas en las que veo la vida no está nada mal, así que me he decidido a compartirla con vosotros. Supongo que de esta manera podré ratificar si realmente pienso cosas extrañas, si hay un porcentaje de la población que está de acuerdo conmigo o, quizás, pueda sacar otra teoría más válida que me permita vivir una vida mejor.
El caso es que a lo largo de estos 31 años que llevo por el mundo he tomado muchas decisiones. Algunas me han llevado a verdaderos atolladeros, otras me han hecho sufrir momentos horribles, con algunas he sido muy feliz, otras me han permitido conocer a gente maravillosa y en otras ocasiones he creído morir.
Sin embargo, pese a todo, pese a que muchas de las cosas que he vivido por elegir un camino me habría gustado evitarlas, pocas veces he pensado que tomé una decisión errónea, que para la mayoría de la gente (al menos de la que conozco) sería lo lógico. De hecho, las únicas veces que he pensado que me equivoqué de puerta al manejar mi vida ha sido cuando la elegí por presiones externas, por pensar demasiado en el qué dirán o por haberlo hecho sin el convencimiento absoluto de que eso era lo que tenía que hacer.
Y es que, y aquí viene la perspectiva comentada con Suntzu, yo considero que ninguna de las decisiones que tomamos en la vida es errónea siempre que la tomemos convencidos, sabedores de que puede acarrear consecuencias pero que es exactamente lo que nos pide el cuerpo hacer en ese preciso momento (ojo, no soy una asesina, ni me gusta dañar a los demás. Lo digo porque quizás mi teoría no sea válida para psicópatas).
Incluso sobre las decisiones que más problemas me han acarreado, nunca me he arrepentido porque me permitieron ser yo, disfrutar o sufrir la vida pero exactamente como yo quería vivirla. Porque, además, incluso en los momentos que un camino me ha llevado por la amargura, siempre he conseguido sobrevivir y aprender algo que me ha permitido elegir nuevas opciones más o menos satisfactorias, pero siempre plenas.
Así que no voy a daros consejos, pero sí os digo que mirarse al interior, valorar la situación y a uno mismo en ella es una buena forma de elegir la vida que vas a llevar, porque, salga como salga, al menos siempre sabrás que te lanzaste a la piscina sin darte miedo al ser tu corazón, tu alma quien iluminaba la vereda.
8 comentarios:
Totalmente de acuerdo.
Además, pienso que no debemos de pensar en si nos equivocamos o con respecto a una decisión antigua.
En aquel momento, con aquel entorno, decidimos lo que creíamos mejor. Es absurdo revisarla al paso de los años.
Y doloroso, la mayoría de las veces.
Un beso.
Ya te comenté ayer que me ayudaste mucho con tus palabras. Y hoy te vuelvo a dar las gracias. Ahora sólo me falta saber qué quiero. Sigo dándole vueltas al tema, la verdad...
Haré la lista :)
Aquí otro acólito de tu opinión, Arwen, no puedo estar más de acuerdo. Nadie toma una decisión erróne a sabiendas de que es errónea, pues siendo así, conociendo el mal podemos conocer el bien; en todo momento elegimos, por mera entropía, aquello que en ese instante consideramos que es lo adecuado, no debemos tener miedo a "fracasar" o a que nuestra decisión a la larga no sea la adecuada. Con tiempo y un poquito de ese raciocinio subterráneo en el que trabajan nuestras cabecitas por la noche, llegamos a una decisión. Yo siempre digo que tomar una decisión es, por el mero echo de tomarla, algo positivo!!!
Un besito, Arwen del amor hermoso!
Bueno, ya veo que voy por el buen camino... De todas formas, Suntzu, en serio, procura 'para el infiernillo', como me dicen a mí, o acabas medio chaveta.
Y Teillu, debo confesarte que tomé alguna decisión a sabiendas de que era errónea, antes, en mi tierna juventud, por culpa de presiones externas. Pero hace tiempo que no lo hago y, efectivamente, el mero hecho de tomar una decisión es positivo, quedarse parado, indeciso, es no vivir...
Pues yo cada vez que he tenido que tomar una decisión importante, la he diñado. Y eso es irrenunciable: uno de mis mayores logros en la vida...
De verdad crees que la diñaste? Yo creo que has llegado bastante bien, bastante lejos y bastante feliz, que es de lo que se trata, aunque hayas tenido tus momentos, como todos...
Mi madre piensa exacto a ti.
Yo en cambio, con mi opinión de que el tiempo es ramificado y que la opción que dejes hoy puede volver mañana, aún así a veces pienso "¿Cómo me iría si...?" Pero a lo hecho, pecho.
Ah, eso sí, si doy un paso y tropiezo ya decidiré yo cuando vuelvo a andar. Pero si me obligan a andar y tropiezo, ya pueden esconderse por lo menos esa semana, tampoco soy rencoroso.
Hombre, no sabía yo que tenía algo de madre ;)
Pues, si tienes la idea de que el tiempo es ramificado y las opciones pueden volver, ¿no crees que es mejor no pensar 'y si' porque ya volverán si tienen que hacerlo?
Y te entiendo con lo de que te empujen. A cada uno su ritmo.
Un saludo
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