La verdad es que no puedo seguir así. No puedo seguir pensando que cambiarás de idea, que qué será mejor que haga para que cambies de idea, no puedo seguir llorando de tristeza que me hunde y no me lleva a ningún lado.
No quieres estar conmigo. No puedo estar contigo. Punto. No hay más.
El dolor que siento ahora, pasará. Las cosas que echo de menos, dejarán de ser tales; los planes que sólo me salen pensando en tu compañía, cambiarán por otros; volveré a ser feliz estando sola, como lo estuve antes y, quizás, hasta me vuelva a enamorar, y se enamoren de mí y no repita los errores tan absurdos, tan dolorosos y tristes ahora, que he cometido contigo.
Pero, por favor, que se me pase la angustia, las ganas de llorar, las dudas, la necesidad de tus abrazos que no tengo.
No puedo seguir así. No voy a seguir así. Es absurdo, es doloroso, es destructivo y no me sirve de nada más que para hundirme más.
No voy a seguir así. Me niego. Tengo una vida. Tuve una vida antes de ti y la tendré después de ti. Una vida que me gusta, que es plena, que está llena de objetivos y felicidad. Esa es mi vida. Plena y feliz.
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