Al final estudié. No tanto como hubiera debido, como se han visto en los resultados. O hay una hecatombe y todos los que se presentaron estudiaron menos, o este año, por tercero consecutivo, me quedo con las ganas.
Como quiero ser positiva, diré que, al menos, he notado mi estudio: mucho mejor resultado que el año pasado y más tranquilidad al responder.
Pero, sinceramente, empiezo a cansarme. Aún me queda aprobar esta promoción, esperar dos años y aprobar otra más para poder tener un sueldo decente y poder salir de mi organismo, que me tiene frita (por muchas razones, algunas de ellas relacionadas con quienes conviven en mi oficina día a día conmigo. No, no tengo amigos en el trabajo).
Pero bueno. Ahora sé que si empiezo ahora lograrlo puede ser un hecho en 2012... Si convocan.
Ay, virgencita, que convoquen.
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