martes, febrero 21, 2012

Escribir para liberarse. Para dejar la cabeza vacía y las palabras llenas. Ensuciar las hojas.
Dejé de escribir porque creía que así viviría más.
Dejé de escribir porque no quería volcar siempre pensamientos tristes.
Pero si escribir es el consuelo, dejar de hacerlo puede llegar a oprimir el pecho.
Adoro las palabras. Desde siempre.
Me acompañan, me definen, me construyen y construyen mi realidad.
Voy a volver a ellas.
Ellas nunca me dejaron.

2 comentarios:

M. Jesús dijo...

Por favor ... no lo hagas, yo opino exactamente igual que tu en este post, pero a ti se te dá infinitamente mejor expresarlo.
A mí nadie me lee y lo sé, pero no por ello dejo de hacerlo pues no deja de ser un alivio soltar peso y descargar cosas de la cabezota, pues es muchisimo mejor ensuciar una "hoja" que a tu compañer@ que te aguanta sin más diariamente y ve como te undes cada día más sin poder hacer nada para evitarlo. Sigue escribiendo que tú no ensucias nada.

Isabel Sira dijo...

Manuel Jesús, es cierto que ahora mismo yo no leo a nadie, ni siquiera a ti, pero estoy segura que te leen. Y si no, como bien dices, descarga. Yo escribo aquí no para ser leída, sino para dejarme constancia a mí misma. Así que, a seguir escribiendo. Eso no es ensuciar.
Un besazo