viernes, agosto 19, 2016

Avanzar parado

Corre. Corre porque no hay mañana, no existe hoy. Corre desaforadamente como quien tiene alas, porque te crecerán en tu loca carrera para no estrellarte contra las paredes de un cuerpo que no puede contenerte.
Avanza sin propósito, sólo para que la respiración tenga un motivo para estar desbocada y la cabeza no pueda seguir dando vueltas porque se quede sin oxígeno. 
Grita, chilla, en un silencio sepulcral que se lleva demonios y asusta a los fantasmas que querían volver a quedarse en el castillo ya no abandonado.
Tropieza, cae, hiérete y que la sangre limpie las heridas que nadie llega a ver y duelen como si el corazón estuviera arrancado.
Rueda como las norias que alcanzan a tocar las estrellas y te hacen sentir, de nuevo, estrellado.
Ríe, loco, con carcajadas llenas de gusanos.
Vive, porque no te queda otra, porque la muerte ya no está tras el vallado.
Existe, cuando lo que quieres es desaparecer. Plantea al mundo hasta dónde has llegado.

Y si, al final del todo, entiendes, vuelve a mi lado. 

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