jueves, febrero 13, 2014

Lo bello

La belleza está en la luz. Y las sombras que se proyectan. La belleza está en una mirada, porque cualquier objeto puede ser bello, cualquier alma conlleva hermosura. Un roce puede ser hermoso. Hasta un grito. Un recuerdo teñido de tristeza. La sonrisa que despierta ese retal que encuentras perdido en un cajón en el que nadie piensa.
Las personas son terriblemente bellas. Todas. Pero no podemos serlo para todos, nos hastiaríamos y dejaríamos de apreciar lo magníficamente singular de cada pequeño o gran encanto. Un detalle o un paisaje completo. La mirada microscópica o el telescopio que enseña una estrella. Formas de mirar, maneras de encontrar. Lo bello.


Hay quien es de amaneceres y quien es de atardeceres. Los hay de lluvia, sol, mar o sierra. De piedras o de arena. También están los que están tan impregnados de ella que en todo descubren la belleza. Y la plasman y nos llegan, a veces como una ola, otras como un golpe seco. Para que paremos y lo reflexionemos.
Luces y sombras. La luz. La belleza.

3 comentarios:

Cuaderno de notas dijo...

La belleza es una idea. No existe lo bello sino la percepción de la idea de belleza. La luz es bella en la cultura occidental mientras que es la sombra, en la cultura oriental, la poseedora de belleza.
A veces, miro el cielo y no puedo sino quedarme quieto, pensando en la velocidad con que todo pasa.
La velocidad con que el viento arrastra la huella que deja un melancólico paseante sobre la arena de la playa o incluso la misma ola. La belleza, tal y como la relatas puede ser efímera como una idea fugaz o "eterna"-mi razón no logra concebir ese término- como una puesta de sol plasmada sobre un lienzo.
Quizás, a veces, mire la lluvia.

Isabel Sira dijo...

Bienvenid@, Cuaderno de notas. La eternidad sólo puede ser concebida a cada instante. Y yo también, a veces, miro la lluvia.

Isabel Sira dijo...

Cuaderno de notas, Tanikazi me está convenciendo de que de las sombras, las tinieblas, la oscuridad también ofrecen belleza. Así, será el juego de luces y sombras, el tiempo que pasa, lo efímero que se convierte eterno en nuestra retina, lo que nos ofrece una verdadera belleza. Porque la belleza es relativa. Pero existe. Y yo cada vez la descubro más en el amor.