viernes, noviembre 30, 2007

¿Dificultades?

Es difícil asumir, es difícil aceptar, es difícil continuar caminos tortuosos que son rectos aunque no podamos verlo en determinados momentos. Es fácil sonreír, es fácil ponerse a cantar para que el espíritu se eleve, los pies se hagan ligeros y nos demos cuenta de que somos nosotros quienes llevamos las riendas de nuestra vida.
El destino, el hado, pueden ser dulces engaños para olvidarnos de que las elecciones las hacemos nosotros, pero prefiero el libre albedrío para saber que las equivocaciones son mías, pero también los aciertos, las alegrías, la felicidad. Prefiero saber que soy yo, más que nunca, la que domina las circunstancias, o se deja dominar por ellas, si es lo que mi corazón decide en cada momento, seguido de la estela de sueños que acunan mis noches para hacerme despertar en un mundo igual y diferente, complejo y simple, sutil y directo, porque soy todas esas cosas y alguna más que no reconocería a la cara de nadie para no asustarme.
Y la marea de la melancolía suele arrastrarme con facilidad, a mí de naturaleza cambiante y maleable porque es la luna la que domina mis pasiones, aunque, en el fondo, todos sabemos que las pasiones dominan y nos llenan. Sin embargo, esta vez la melancolía viene con pequeñas lágrimas que me permiten asumir, comprender, asimilar que, poco a poco, vuelvo a un ser que sabía no estaba perdido, pero que, seguramente por voluntad propia, había decidido sepultar bajo un alud de sentimientos diferidos.

12 comentarios:

anthonytowers dijo...

Las dificultades nos hacen más fuertes. Las equivocaciones nos enseñan. Y saber que has acertado nos reconforta.
Soy el primero en escribirte, no me lo puedo creer.

Isabel Sira dijo...

Suena muy bien tu frase. Y eres el primero, pero no la visita 3000, que no sé quién habrá sido...

anthonytowers dijo...

Lo mismo has sido tú misma al actualizar.

Peritoni dijo...

Para salir de la melancolía lo mejor son los amigos, echa mano de ellos.

Isabel Sira dijo...

Peritoni, en eso estoy, no te creas. Los amigos, las risas, la música, el ejercicio físico, los hombres guapos, las puestas de sol, el baile, los sobrinos, el buen tiempo... En realidad hay tantas cosas para salir de la melancolía que no sé qué narices hago en ella.

Luciérnaga dijo...

Pido disculpas por irrumpir en tu blog de esta manera. Quería pedirte que por favor pusieras y mantuvieras una entrada anunciando en el blog el encuentro de ARTE EN LAS CALLES QUE TENDRÁ LUGAR MAÑANA SÁBADO DÍA 1.
En Valencia será a las 12:00h en el cauce del río Turia entre el puente de Calatrava y el puente de las Flores. (El lugar es un cambio de ultimísima hora.)
Para más información www.arteenlascalles.com
Gracias por tu atención y colaboración. ¡Esperamos verte mañana!

Ana dijo...

Que bien reflejas la dualidad vital: facil - dificil ..
El quedarse con el libre albedrio es reflejo de las ganas de dirigirte hacia donde estás a punto de llegar (seguro).
Si todo lo que mencionas como motivos de no-melancolía (sobrinos, amigos... ) no te alejan de ella, probablemente sea porque es el momento de estar ahí. Un escalón o paso necesario.
Me ha encantado la reflexión sobre el hecho de que, a veces, no reconcemos en la cara del otro algo propio por puritito temor a asustarnos.
Que paso de gigante reconocerte bajo los sentimientos diferidos que comentas.
Un besazo linda.

Regina dijo...

Pues aquí cada cual con lo suyo. Yo creo que nunca he sentido melancolía y nunca estoy triste (creo que pocas veces en mi vida me he sentido triste), pero se sea como se sea, lo importante es saber cómo reaccionar a nosotros mismo y saber llevarse con su yo interior lo mejor que se pueda. Así que si te sientes bien así, perfecto.

;)

goldengate(d) dijo...

benditas sean las dificultades como todo lo chungo y lo complicado pues endulza mas lo simple, lo alegre y lo sencillo.

goldengate(d) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Suntzu dijo...

La melancolía también pasará, moza. Ya lo sabes.

Isabel Sira dijo...

Luciérnaga, es difícil que esté en Valencia a las doce cuando vivo en Sevilla, pero bueno, ahí queda tu invitación para los valencianos que se paseen por aquí, que no sé si los hay, creo que sí...
Ana, es que soy muy dual yo, ya te lo comenté. Y lo que escribo también.
Sagutxo, pues no sé si es bueno o malo que nunca estés melancólica, no es tan mal sentimiento. Aunque está claro que ser feliz siempre es mucho mejor. Eso sí, te digo que sonreir casi nunca dejo de hacerlo.
Goldengate(d) más razón que un santo tienes.
Suntzu, efectivamente, todo pasa. Gracias.