viernes, junio 14, 2019

Sensimental

He puesto por equivocación sensimental al escribirle a una amiga. En el instante en que iba a corregirla me he dado cuenta de que esa palabra no ha sido un error. Es la descripción perfecta. La combinación del roce en la piel que eriza el vello y la alarma mental de que algo va mal. Las ganas de comerte a besos a alguien y los pies tirando a toda velocidad para el otro lado; la razonable certeza de que ese no es el camino con la constatación de que ya estás en mitad del sendero, la elección consciente de una vida mientras siglos de tradición me lanzan sus cadenas para dejarme ciega y sin fuerza.

Se puede reír y llorar al mismo tiempo. Me puedo ver desde fuera y desde dentro, con desprecio y ternura.

Intentar conciliar ambas partes ya no es tan fácil porque se escapan de las manos las puntadas dadas y las placas tectónicas de este mundo que soy no son tan estables como pudiera parecer desde fuera. Me canso de dar la imagen de una seguridad y aplomo que rara vez poseo, así como esa sensación amarga de que pocos son capaces de comprender que no soy de temer porque sé colocarme en mi sitio.

Tener la garantía de que no tendré el tiempo suficiente para ser yo. Tener la incertidumbre de si no soy yo la culpable. Si no lo he sido siempre.

Y rondando entre tanta sensiblería de culebrón barato, un apego materno que duele como cuchillos que atraviesan la poca carne que cubre mis huesos. Destripar un animal. Ser ese animal. Ser las manos que lo ejecutan. Ya no cabe echarle la culpa a ella porque hace demasiado que comprendí que se trata de mí.

Mientras, el pesar. Por saberme querida, muy querida. Y vista. No quitarme el remordimiento de ser tan injusta con quienes me aman como la vida pudo llegar a ser conmigo en el instante que me puso en este mundo al que no he pertenecido.

Se puede llorar y reír al mismo tiempo.

1 comentario:

maliae dijo...

Qué valiente eres mi niña!!! Un abrazo grande grande. (Mi antigua cuenta, soy Nati Ajo)