martes, noviembre 06, 2018

Desamor

Podría pasarme la eternidad que perdurará mi alma intentando comprenderte. Podría rememorar cada segundo, cada palabra, cada gesto, cada escena desde todos los puntos de vista, como en el cine, cuando el director decide poner cámaras en los 360 grados para no dejar nada al descubierto. Podría enfadarme conmigo y contigo. Conmigo por convencerme, ahora, de que no quise mirar, contigo por convencerme, ahora, de que no dijiste.

Podría golpear mi cabeza contra las columnas hasta que el templo se derrumbara sobre ella y los cimientos de lo que soy volvieran a desaparecer, como tantas veces permití que lo hicieran.

Podría llorar océanos de desesperación y tristeza, golpear todos los cojines que encontrase a mi paso, gritar hasta la afonía no sólo de mi voz, sino de mi pensamiento.

Podría hacer todo eso y seguir sin encontrar la calma.

Esta vez, como algo que estreno, simplemente voy a aceptar que ya sé quién soy y qué quiero y el tiempo que nos encontramos duró hasta que logré verlo.

4 comentarios:

Virto dijo...

Pues veo mucho camino aquí, mucho recorrido. Decepción y también asunción, certeza y también capacidad de abrazar lo incierto. Compañera, que la calma nos pille sintiendo (nos). Un abrazo

Isabel Sira dijo...

La verdad es que me siento más tranquila esta vez. Triste, inevitablemente, dolida, y también más en mí. Pasará como todo pasa. Y contenta de haberme atrevido a entregarme de nuevo, aun cuando no haya recibido, al final, lo mismo.

Miguel A. Nieto dijo...

Cuanto aplomo, comprensión y aceptación.
Cada día que pasa más sabia y se me hace que más bella.

Isabel Sira dijo...

Miguel no siempre me siento ni más sabia ni más bella. Estos días no siempre son fáciles. Lo que tengo claro es que me merezco a mí misma, presencia de quien quiera estar a mi lado y un amor que me llene.