martes, agosto 05, 2008

Un año más

Hace un mes cumplí un año más. Pasaron otros 365 y ya no me planteé si me estafaron cuando era pequeña, si mi vida debería ser otra, si estoy en el camino equivocado o si mis sueños tendrían que cambiar para ser lo que se supone que debo ser a mi edad.
Dejé atrás los 30 con sus dudas, los 31 con sus convulsiones y he llegado a los 32 con una calma/desasosiego feliz y la mente despejada. Tengo muchos planes, seguro que la mayoría ni siquiera saldrán de mi cabeza. Sigo con muchos sueños; las dudas acerca de muchas cosas no me han abandonado... Y, sin embargo, soy la misma de forma distinta.
En realidad no podría explicar qué ha cambiado o qué ha permanecido inmutable. O sí, pero me daría pereza enumerar todas esas cosas que me ocurrieron en el último año (quizás año y medio), que me dañaron, me sacudieron, me desesperaron a veces, me empujaron y zarandearon hasta llegar a otro 5 de julio y, esta vez, con una sonrisa en la cara. Mucho de lo que me ha permitido estar ahora feliz surgió de la pena, del profundo y terrible desamor que me embargó durante meses; de la espera que no sirvió para nada, o sí, para darme cuenta de que esperé durante seis años lo que nunca llegaría y nunca llegó.
Parece que otra vez necesité tocar fondo para apoyar el pie y salir hacia arriba, aunque esta vez no tenga tanto mérito, me ayudaron J. y O.; me apoyaron V. y A. y... Me ayudaron muchos amigos que me quitaron la venda de los ojos y me demostraron que, de hecho, soy feliz sola y como soy.
Así que, con 32 años he constatado que tengo otra familia: la de mis amigos. Una familia que elegí yo, que está ahí para lo bueno y para lo malo más aún, y que forman una red sobre la que puedo caer, aunque a veces sea yo misma la que la retire, porque si no me pego la ostia no reacciono.
Y vuelvo a mirar al futuro, como cada año cuando comienza julio. Y descubro que es una norma en mi vida tener pocas cosas claras. Que me cuesta decidir porque querría hacer tantas cosas que acabo diluyéndome en mis propios deseos. Y comprendo que da igual todo eso, porque iré haciendo lo que me pida el cuerpo en cada momento, porque sé que tengo toda la vida por delante y que no tengo por qué dejar cosas sin hacer, sólo porque piense que alguien piensa que debería estar haciendo otras.
Y ahora sé que Sevilla puede ser mi ciudad o no. Pero que si me quedo aquí -para siempre o durante un tiempo- puedo disfrutar de ella como del resto de sitios en los que viví y fui feliz y desdichada. Ahora he entrado en la racha de felicidad en mi Sevilla y la pienso aprovechar.
De manera que sé que sólo me quedan 334 días para dejar estos 32 años, pero intuyo que la felicidad me durará mucho más.

16 comentarios:

Nils dijo...

yo te veo estupenda... ya quisiera yo llegar a los 32 así!

Peritoni dijo...

Hace mucho que dejé atrás esa edad, por lo menos físicamente, porque lo que es de mente... pero bueno, que la vida va transcurriendo serena e inexorable y te das cuenta de lo que es importante y lo que no. Y cada vez más.
Un beso grande.

UnaExcusa dijo...

¿Ves? Sevilla puede ser un buen sitio en el que quedarse...

A mandar, nena, que pa eso estamos los amigos.

Isabel Sira dijo...

Nils, gracias guapo!!! Llegarás mejor que yo, seguro, que te cuidas mejor que yo a tu edad...
Peritoni, pues sí, en edad mental, ahí me tienes como una niña, no te lo voy a negar, pero sí, el tiempo pasa y te aclara algunas cosas, sí. Besos.
Unaexcusa, como cualquier otro, en realidad, pero me apetece un cambio, no voy a negártelo. Y, gracias, sé que estáis ahí.

Joyce dijo...

Pareces pletórica, así que sólo me queda decirte que ojalá dure este momento y lo disfrutes.

Un beso!

Anónimo dijo...

Que mejor regalo que es para un cumpleaños!!?? Que bien, cuanto me alegra... Coincido con Nils, también te veo estupenda y con Jame coincido en que deseo que dure mucho este momento.
Un beso!

Luc, Tupp and Cool dijo...

Pues, como se trata de un Año Nuevo: ¡Te deseo que sea un año feliz, y que venga repleto de cosas muy buenas!

Me gusta esa reflexión, un poco trabalenguas, pero que se entiende clarísima: "sé que tengo toda la vida por delante y que no tengo por qué dejar cosas sin hacer, sólo porque piense que alguien piensa que debería estar haciendo otras".

Pensar que alguien piensa... Puede ser de lo más desmovilizador, sí.

Abrazos,

Isabel Sira dijo...

James, quizás no tanto como pletórica. Feliz, feliz de estar feliz y contenta porque, en realidad, me encanta cumplir años y ver que sigo igual de niña, aunque con los pies en el suelo. Gracias. Besos.
Cruzcampero, muchas gracias, resalao. Un besazo.

Isabel Sira dijo...

Luc, tupp and cool, nos cruzamos. Sé que el texto es un poco lioso, lo sé, pero esa frase que citas, es que tenía que ser así. Muchas gracias por los buenos deseos. Besos.

EsSa dijo...

Felicidades por esos 32 y por esa manera de pensar. Pensando así seguro que esa felicidad no se acaba nunca.

Un saludo.

Isabel Sira dijo...

Ojalá, Essa, ojalá. Besos.

M. Jesús dijo...

Además de intuir las cosas debes desearlas, así pues desea con todas tus fuerzas que ese estado en el que estás ahora dure y dure como las pilas de los conejitos. Por mi parte ...
Deseo de corazón que así sea, ya que creo que te lo mereces.
Un besazo!!

Isabel Sira dijo...

M.Jesús, gracias y besos.

Juanma dijo...

A mí me queda 1 mes y medio para esa misma edad.

¡¡¡A disfrutar que son dos días!!!

Llevo un año con ese lema y me va genial!! :)

Un besote y que dure mucho mucho la alegría!! (que por cierto también he aprendido que viviendo con alegría y optimismo te suceden más cosas buenas que malas; la felicidad llama a la felicidad)

anthonytowers dijo...

¿32 con calma? Esto lo ha escrito otra persona.

Isabel Sira dijo...

Juanma, es una gran edad, como todas, la verdad. Y sí, siendo alegre y optimista se vive mejor. A mí es que se me olvidó serlo unos meses, o las circunstancias me pudieron. Pero, ¡que disfrutes del cumple!
Anthony, he dicho calma y desasosiego, ambas cosas a la vez. La calma va por dentro, más o menos :P