Estaba intentando librarme del reto lanzado por Suntzu, pero como he visto que Unaexcusa se atrevió a recoger el guante, y, total, estoy con un día así, de esos, me he decidido a plantar aquí algunas de las cosas que me hacen ser yo.
1. Hablo demasiado: no me callo ni debajo del agua, empiezo y empiezo y no sé parar, además de que tengo la mala costumbre de contestar a prácticamente todo lo que me preguntan. Luego, en casa, pienso, ¿cómo he llegado a decir semejantes cosas? Pero ya es tarde, así que, tras años de no parar de hablar, me voy acostumbrando a la sensación de haber aburrido a todo el mundo o de haber desvelado demasiado de mí a desconocidos.
2. Sé escuchar: Parece que si hablo demasiado debería ser incapaz de prestar atención a lo que me dicen, pero no es así, quien tenga algo que contar sabe que puede decírmelo a mí, y prueba de ello es que muchos amigos me usan como su cajón de los secretos, porque nunca nunca nunca los cuento. Y otra prueba es que cualquier desconocido me cuenta su vida, la de sus amigos y familiares en el autobús, sentado en un banco, en la cola del supermercado, en cualquier sitio en el que me encuentre. Hay quien no se lo creerá, pero de toda la vida la gente se pone a hablar conmigo y me cuenta cosas que, lo mismo, no saben ni sus amigos y por raro que parezca no me molesta en absoluto, me gusta porque aprendo mucho, porque me siento útil, aunque sea en un breve espacio de tiempo, porque pienso que, de alguna manera, ayudé a la otra persona.
3. Atraigo a los bichos raros: de toda la vida el pirado, el extraño, del que huye todo el mundo se encapricha conmigo, o se junta más de la cuenta conmigo. Supongo que porque pienso que a todos hay que darles una oportunidad (si no yo no tendría amigos, que soy un poco rara), pero, sinceramente, a veces esa atracción fatal me asusta.
4. Adoro leer: No he parado desde que aprendí, me gusta la sensación de iniciar una nueva historia, meterme en ella, vivir otra vida por un espacio de tiempo, creerme la protagonista del libro porque me implico tanto en lo que leo que, a veces, hasta olvido que soy yo, que no es real. Esto conlleva que me gusten los libros, pasear por una librería o biblioteca me parece lo más, tocar los lomos, olerlos, sentirlos, saber que existen tantas historias...
1. Hablo demasiado: no me callo ni debajo del agua, empiezo y empiezo y no sé parar, además de que tengo la mala costumbre de contestar a prácticamente todo lo que me preguntan. Luego, en casa, pienso, ¿cómo he llegado a decir semejantes cosas? Pero ya es tarde, así que, tras años de no parar de hablar, me voy acostumbrando a la sensación de haber aburrido a todo el mundo o de haber desvelado demasiado de mí a desconocidos.
2. Sé escuchar: Parece que si hablo demasiado debería ser incapaz de prestar atención a lo que me dicen, pero no es así, quien tenga algo que contar sabe que puede decírmelo a mí, y prueba de ello es que muchos amigos me usan como su cajón de los secretos, porque nunca nunca nunca los cuento. Y otra prueba es que cualquier desconocido me cuenta su vida, la de sus amigos y familiares en el autobús, sentado en un banco, en la cola del supermercado, en cualquier sitio en el que me encuentre. Hay quien no se lo creerá, pero de toda la vida la gente se pone a hablar conmigo y me cuenta cosas que, lo mismo, no saben ni sus amigos y por raro que parezca no me molesta en absoluto, me gusta porque aprendo mucho, porque me siento útil, aunque sea en un breve espacio de tiempo, porque pienso que, de alguna manera, ayudé a la otra persona.
3. Atraigo a los bichos raros: de toda la vida el pirado, el extraño, del que huye todo el mundo se encapricha conmigo, o se junta más de la cuenta conmigo. Supongo que porque pienso que a todos hay que darles una oportunidad (si no yo no tendría amigos, que soy un poco rara), pero, sinceramente, a veces esa atracción fatal me asusta.
4. Adoro leer: No he parado desde que aprendí, me gusta la sensación de iniciar una nueva historia, meterme en ella, vivir otra vida por un espacio de tiempo, creerme la protagonista del libro porque me implico tanto en lo que leo que, a veces, hasta olvido que soy yo, que no es real. Esto conlleva que me gusten los libros, pasear por una librería o biblioteca me parece lo más, tocar los lomos, olerlos, sentirlos, saber que existen tantas historias...
5. No soy lo que parezco: Me ha pasado tantas veces ya que la gente se sorprende conmigo que estoy convencida de que la imagen que doy no me refleja del todo. Parezco más buena y pazguata de lo que soy, y no es que sea mala persona, pero suelto tacos de vez en cuando, puedo ser una borde y me gusta divertirme, gritar, saltar y desmelenarme alguna que otra vez.
6. No bebo: Lo pongo porque a la gente le extraña y se piensa que, entonces, voy a juzgar a todos los demás, y porque estoy harta de que todo el mundo intente que ingiera alcohol. No lo hago porque no me gusta, porque no me da la gana y porque no lo necesito. Si hay alguien que lo necesita para divertirse que apechugue y no me intente vender la moto.
7. Soy coqueta: La coquetería la he desarrollado más bien tarde, principalmente porque siempre he sido una escuchimizada y nunca he llamado la atención, y ahora que me gusto mucho, que me siento bien y la ropa me sienta bien, me gusta que los demás se den cuenta, me gusta que me digan piropos, pero no de los tradicionales, si no de esos dichos con naturalidad, dejándose caer. Además, sinceramente, me divierte coquetear, siempre que no se sobrepasen determinados límites.
8. Tengo mal genio: Muy, muy, muy mal genio. Suelo controlarlo, porque cuando se dispara, que tiemble el mundo. Normalmente se me nota cuando estoy cabreada, y, si no, lo aviso para que no me hablen, cosa que todo el mundo toma como una invitación para hablarme y así les va luego, porque yo si me cabreo y ataco, ataco a matar, nada de tonterías y medias tintas... Afortunadamente, como ya he dicho tengo mi mal genio bastante controlado.
10 comentarios:
Ginebra y tónica...no es posible que te resistas a un gintonic...con un poco de limón exprimido...resbalado por el borde de un vaso con forma de balón como se resbala mi mirada por el escote de la camarera que me lo sirve...Voy a tener que ir al bar de abajo a por uno. Besos.
Huy, sí que se resiste... Te lo digo yo. Pero no le hace falta: se desinhibe igual sin beber. A mí me pasa lo mismo. Pero bebo cuando quiero. Que también está bien.
Yo también te conozco y que sepas, reina, que lo de la coquetería ya lo llevabas bien en Melilla...
Francisco José, debe ser que no he encontrado aún el camarero al que mirarle el escote ;)
Unaexcusa, siempre me lo dijiste en Melilla,pero allí yo no era consciente, y te lo digo de corazón. Debió ser en épocas en las que estaba muy segura,porque son los únicos momentos en los que despierto del letargo, y ahora sobre los tacones ni te cuento.
Pero se va perfeccionando, unaexcusa, no veas.
Creo que es una descripción muy fiel a la realidad. Son todas las cosas que están, pero no están todas las que son. El problema de un meme con solo 8 puntos.
Veo que coincidimos en algunos puntos... Proximamente haré este meme, me lo han pasado hoy.
Un saludo.
Ya tengo curiosidad por leerte, cruzcampero, ¿en qué coincidimos? Me has dejado intrigada je je
Suntzu, no sé como tomarme eso de que me perfecciono, ¿para bien? Al final voy a tener que estar más atenta a lo que hago...
Siempre para bien, querida, siempre para bien.
Igual hago un meme, pero del viaje de estudios: "Ocho cosas acerca de una semana en Oliva, Valencia".
Por cierto, ya podías poner unas fotos, que te piropeemos.
Te animo a que escribas ese meme tan interesante, seguro que es mucho más divertido que el mío.
Y también te invito a que hagas tu propio meme de ocho cosas para conocerte mejor.
Ah, y los piropos prefiero que te los dediquemos a ti, que te pones más colorado que yo, según creo ;D
Que mala eres puñetera!
Qué dificil me lo pones ... prefería un meme foto! Jajajajajajajajaja. Si me das tiempo lo cuelgo en breve (frase pelín contradictoria no?).
Besos y un placer ir conociéndote.
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