Abrazos que funden y derriten, pero que se alejan rápido cuando terminan para intentar que no digan lo que han dicho y la negación de lo que parece ser tan real que podría girar al mundo.
Una caricia que se convierte en algo más, fruto de unos labios deseosos que callan, siempre callan, pero no pueden impedir que hablen los ojos y las manos, por mucho que las palabras nieguen.
Miradas alrededor porque te sabes perdida, perdida en amores imposibles, perdida entre personas que ya no te conocen, perdida en un lugar que no conoces, difuso como solo pueden aparecer en los sueños, es tu casa y no lo es, es tu cuerpo, pero sólo es un reflejo ¿de un anhelo?
Palabras repetidas y pensamientos iguales dormida o despierta, que, por tanto, deberían dejar de ser pensamientos para convertirse en acciones, u omisiones, o realidad tal y como ha sido pensada, porque algo querrá decir la insistencia.
Para luego abrir los ojos y salir del letargo sin saber si las sensaciones que te quedaron en el alma quieren decir algo o son solo retazos de ideas peregrinas que navegaron por tu cabeza a lo largo de todo un día, entremezcladas las unas con las otras, porque toda conversación, toda situación observada puede ser base para las imagénes que llenen las noches, demasiadas veces retenidas en la retina a lo largo del todo el día.
Imagen extraída de www.esabenditacostilla.blogspot.com