jueves, julio 31, 2008
Madonna, I'm waiting for you!!!!!
miércoles, julio 30, 2008
Espíritu festivalero
Pero no fue largo, fue intenso. A las cinco de la tarde ya estaba por los alrededores del Palacio de Congresos Juan Carlos I, y a las 18:30 disfrutaba de uno de los grupos que descubrí allí y que se van a convertir en uno de mis preferidos para los próximos meses: The Rumble Strips. Unos tíos que a pesar del calor, de la poca peña que había a esas horas en el recinto, y de que poquita gente sabía realmente quienes eran, dieron el todo por el todo, disfrutaron y me hicieron disfrutar con una música muy a mi estilo (que son casi todos en cuanto a música, todo sea dicho).
Y, además, debo confesar que si su música me gustó, su cantante, Charlie Waller, descamisado después del concierto y a pie de público, me gustó un pelín más... Vamos, que me hice una foto agarrada a él más que la mar. Sí, soy baja...
Pero no fueron los únicos que me encandilaron: con Siouxsie pegué botes como una loca; con Babyshambles me descojoné del Pete Doherty, que no se sabe si es mejor que se drogue o que no; y con My Bloody Valentine descubrí que hay músicos a los que les toca un pie si se les oye bien o no (lo sé, los seguidores del grupo me matarán, pero en primera fila esta gente a la que no se le oía cantar sólo eran ruido, y mira que me gustan a mí las guitarras potentes).
Los Hot Chip, previos a Mika, también me dejaron alucinada con su directo. Sus discos no me molan tanto, pero si los podéis ir a ver en concierto os los recomiendo. ¡Destilan un buen rollo! ¡Hasta me puse a tararear sus estribillos y eso que no los conocía!
Y, entonces, llegó Morrissey. Y me dejó flipada. ¡Qué pedazo directo! ¡Qué alma de escenario! ¡Qué voz, Dios mío! Encima, como mi inglés va mejorando, entendí sus comentarios entre canción y canción, que os parecerá una tontería, pero a mí me hizo ilusión.
El broche final para tan estupenda noche fue conocer a Mika en persona. Un encanto el chaval, la verdad. Habla español, así que tuvo la deferencia de pararse un ratín con nosotras a hablarnos en nuestro idioma. De hecho, habló individualmente con todos los que tuvimos la suerte de pasar al backstage (muy muy pocos, os lo aseguro). La nota la puse un poco yo, porque cuando estaba hablando con otra chica, delante mía, le quité una pelusa que tenía en la camiseta, que me miró como diciendo 'pero ¿qué haces?' Yo es que soy así de natural...
Y luego, lo que casi hace derretirse a mis compañeras de festival, le pedí que me dejara darle dos besos (no sé por qué, me daba un poco igual, pero se paró delante mía al irse y tampoco tenía mucho más que decirle). Ellas raudas fueron a seguir mi ejemplo, porque, al parecer, este chico es más de dar la mano...
No queda ahí la cosa, porque ya iba bien acompañada, pero en pleno recinto me encontré a uno de mis compis de viaje a Berlín, que no veía desde entonces porque vivimos en diferente ciudad. Aquí os dejo la foto de los dos, que estamos más felices que unas pascuas.
En definitiva, que quiero repetir, que no soy de estar en un camping tres días, pero visitas de una jornada a los festivales me parecen geniales, que se lo pasa uno muy bien, conoce gente, descubre músicas,disfruta de directos, confraterniza y se queda afónico de tanto gritar canciones.
Por si no os ha quedado claro, ¡quiero ir a otro festival!
P.S. Lo sé, es la entrada en la que más signos de admiración he utilizado. Lo siento, es que soy muy expresiva y por escrito no me veis mover las manos...
jueves, julio 17, 2008
Así me siento, así visto... Los pies
La foto es de A. y la tirita se debe a que bailar cuatro horas sobre esos taconazos tiene sus consecuencias...
sábado, julio 12, 2008
5 de julio de 2008
Cuando había hablado con Anthony de este día hacía unas semanas lo había hecho con cierta melancolía, con cierto deje de tristeza porque tenía la sensación de que, después de dos años sin celebrar el día de mi nacimiento, éste iba a ser igual. Él, como el gran amigo que es, empezó a darme muchas opciones para cambiar esa tónica de pasar sin pena ni gloria por mi cumple: desde pasar el fin de semana en cualquier playa gaditana con Pili y él, hasta irnos a Madrid a unirnos al día del Orgullo, pasando por ofrecerme su casa para montar una fiesta. Finalmente, opté por ocupar su casa desde la mañana del sábado e intentar traer a mis amigos más cercanos (y residentes en Sevilla, que es que los tengo a todos desperdigados) para compartir con ellos mi felicidad.
No estaban todos los que son (algunos vivís lejos), pero son todos los que estaban. No podía creérmelo. Después de una semana de dudas, de incertidumbres, de intentar ajustar agendas, allí estaban mirándome apagar las velas viejos amigos con los nuevos, todos diferentes, todos iguales porque a todos los quiero por igual y a todos siento tan tan cerca, tan preocupados por mí, tan interesados en que logre mi felicidad... No lloré porque estaba demasiado feliz, pero por más veces que diga gracias, no será suficiente.
Mi fiesta fue una vuelta a la infancia con todas las ventajas de ser adulto: los globos y las servilletas de princesa unidas a un montón de comida (consejo, no preparéis tortilla de patatas, salmorejo, pastel de pescado, arroz con pollo al curry, ensalada de pasta, miniempanadas y picoteo para una cena en pleno julio en Sevilla); buena música, su cava para brindar con la tarta ¡de chocolate, por supuesto! (gracias por tu aportación, Rad), y la posterior juerga... ¡Ay, esos bailes con el segundo Anthony!
Lo mejor: verlos a todos, la presencia de Suntzu, las risas antes (Anthony ¡esa compra por el Mercadona! ¡Esa siesta que te dejó sin mis respuestas!) y durante (¡que no dan juego los globos alargados!), hablar con J. y descubrir que, por fin, soy feliz, sola, y que no extraño para nada una vida que ahora sé con total seguridad que no quiero llevar, aunque lo siga echando de menos... Bueno, y ¡los regalos!
No voy a pensar que es que me ven mal conservada y por eso me regalaron los tratamientos de belleza (junto a las cremas que se ven, hay un circuito hidrotermal con masaje relajante); por el contrario, me siento afortunada por lo bien que me conocen: libros, guía de viaje para animarme a cumplir mi deseo, música, cremas, exfoliantes, fotos de recuerdo, juguetes...
Y ni siquiera los hijos de puta que me rompieron uno de los cristales de mi coche y me lo revolvieron entero consiguieron estropearme el día...
...Así que, amigos, MUCHAS GRACIAS.
Las fotos son de R. y mías