domingo, julio 22, 2007
Revoltijo
viernes, julio 20, 2007
Recuerdos
lunes, julio 16, 2007
Sueños de verano
La luz de la mañana despierta mi habitación, me giro, abro los ojos ¿dónde te has ido? Has sido una imagen más de las noches de estío...
domingo, julio 15, 2007
Por qué mataría por mis amigos
viernes, julio 13, 2007
Reencuentro II
Me alegró verla tan feliz (al menos me lo pareció), tan distinta y a la vez tan ella, con sus dudas, con sus esperanzas, con sus preguntas constantes para poder crecer (a veces me hizo pensar que me relajo demasiado, que aún me queda por avanzar demasiado como para tirar la toalla).
La vi con quien ahora comparte sus pensamientos, y me gustó descubrirla de nuevo, ver sus miradas, saber que se entienden y que saben lo que tienen, juntos, por separado.
Hablamos del pasado, escuchó mi presente (siempre revuelto, debe pensar), rememoramos risas y me convencí de que por fin tiene un trabajo que la merece, que podrá ser uno más en el camino o el definitivo, pero que, al menos y de una vez por todas, la merece, le puede permitir explorar y explorarse, arriesgar, hacer cosas, a pesar de que, por ser un trabajo, tendrá todas las pegas que se pueda tener.
Al verla tanto tiempo después me hizo reflexionar en por qué dejo que las personas se alejen de mi vida, por qué no me muevo más por quienes me aportaron y aportan algo, por quienes tienen mi cariño y merecen mi respeto. Me hizo pensar en vagas excusas, pero también en que la vida es complicada cuando uno crece y deberíamos hacerla fácil.
Pero, sobre todo, tuve claro que hay que repetir visita, tomarse unas copas juntas, reírse otra vez como tantas veces, hablar en serio como tantas veces, y dejarme llevar para aprender, porque siempre consigue enseñarme algo.
domingo, julio 08, 2007
Rosas
martes, julio 03, 2007
El aquafitness y yo
Javi, Josemi e Ismael iniciaron la clase con un calentamiento con bastante cachondeo, algún que otro pitido (Ismael no sabe que los micros inalámbricos o se colocan frente a la boca o se acoplan), y mucha, mucha marcha. Belén y yo, únicas de nuestro curso de natación que nos atrevimos a enfrentarnos al reto, hicimos piña para dejar el pabellón alto y, debo decir, que ella lo dejó más alto que yo, porque sabía plantar bien los pies en el suelo.
Tras el calentamiento inicial y con el sudor perlando nuestra frente, pasamos a la fase de 'ahora os vais a enterar de lo que es que os duela el cuerpo por partes'. Mi compi y yo decidimos empezar a las órdenes de Ismael, por aquello de que es nuestro monitor y el conocimiento es un grado... Bueno, es un grado cuando no parece que se ha tomado un algo y nos machaca con rotaciones, giros, estiramientos y demás.
Superado el estupor inicial de 'este tío quiere matarnos', nos desplazamos por la piscina para que Josemi nos hiciera trabajar un poco los brazos. Ahí es cuando empecé a tener ciertos problemillas. ¿Por qué dicen que la piscina cubre 1,20 metros si yo mido 1,63 y tragaba agua en cuanto me movía? ¿Por qué no me avisan para que haga aquafitness con plomos en los tobillos y así no salir flotando? Y es que, con tanto movimiento de brazos delante y atras, empuja y tira, un compi de masterclass y completo desconocido casi tuvo que engancharme del tobillo para que no me chocara con los de otro grupo...Cuando ya casi iba a desistir de todo, nos tocó ponernos en manos de Bea. Que sí, que tiene cara de buena persona, y, la verdad, da unas clases muy divertidas, pero ¿no sabe que nuestras piernas pueden descoyuntarse? Aunque no debería quejarme, porque esta parte fue la que me resultó más fácil y en la que, por fin, conseguí seguir el ritmo de la música con mis movimientos. Eso sí, por mucho que insistió, no estiré la pierna tanto, o me habría caído, lo que significa, sí, lo habéis adivinado ¡tragar más agua!
La siguiente rotación nos llevó con Carolina, 'la dulce y bella Carolina', como dirían los de MClan. Claro que, seguramente, ellos cambiarían la letra de su canción si hubieran tenido que coger un palito de esos que flotan, haberse agarrado a él como tu único recurso y haberse puesto a trabajar las abdominales al ritmo de 'generation desenchanté'. Aquí sí que lo pasé mal y bien a la vez. Porque, claro, sin punto de apoyo, el grupito en el que estaba se convirtió en una familia de cucarachas vueltas del revés y pataleando que se iban de un lado para otro sin control ninguno. Una vez más, pareció que prefería el grupo de al lado porque las mareas que nosotros mismos provocábamos me llevaban frente al último monitor... La ventaja: apenas tuve que moverme para ponerme frente a Javi.
Le volvió a tocar el turno a los brazos, con unos chismes redondos que flotan y se cogen con las manos a los que teníamos que empujar dentro del agua. Muy divertido y constructivo, si no fuera porque no hacía pie, pese a que Javi no se lo creía, y cada vez que empujaba los chismitos esos, en vez de moverse ellos me iba yo para atrás.
Remate final: Bea y Carolina enseñándonos a estirarnos por parejas. Belén y yo, por supuesto, volvimos a arrejuntarnos para darnos apoyo. No tengo imágenes de esta fase, pero mejor, así no veís la pésima planta que di, intentando levantar con la espalda a Belén, bastantes centímetros más alta que yo, no veis cómo por enésima vez volví a tragar agua, ni cómo intentábamos estirarnos las piernas mutuamente sin perder el equilibrio y sin parar de reír.
En resumen, que en diciembre repito con la masterclass, aunque intentaré crecer unos centímetros o mantener la boca más cerrada...
Ah, y un reto para los que me conocen: a ver si me encontráis en la piscina, que en alguna foto estoy. A los que no sabéis qué pinta tengo os dejo intrigados, porque prefiero que vuestro primer contacto visual conmigo no sea con gorro de natación en la cabeza, que una tiene su orgullo.