viernes, noviembre 30, 2007

Nuevo meme copiado

Ya sabéis que soy un poco de memes, así que, cuando unaexcusa me ha hablado de que iba a hacer uno, no he podido resistirme y lo he copiado. Queda aquí para los anales de la historia y para quien quiera contestarlo, copiarlo o lo que bien le salga.
1. ¿Cómo llegó usted a En busca?

2. ¿Recuerda cuál fue el primer post que leyó?

3. ¿Qué pensó de su autor cuando lo leyó?

4. ¿Con qué personaje de ficción identificaría a Arwen? (No vale la respuesta obvia).

5. Si tuviese que invitar a Arwen a cenar ¿qué le prepararía?

6. ¿Qué cambiaría del diseño de este blog? y lo que es mejor ¿cómo se hace para cambiarlo? (si lo sabe, claro)

7. ¿Sobre qué le gustaría que escribiera?

8. ¿Sobre qué está harto de que escriba?

9. Si Arwen fuera una atracción de feria ¿montaría en ella? ¿pagaría por montar en ella? (Esta pregunta es de lo más equívoca, teniendo en cuenta los diversos significados de "montar" en este idioma nuestro tan bonito. Pero en fin: la dejo. Ahora, eso sí: estamos hablando de una atracción) El paréntesis es de unaexcusa, lo dejo porque estoy de acuerdo con la aclaración, que hay cada cual por ahí...

10. Si decidiese mandar a Arwen a algún sitio ¿a dónde sería?

11. Mantengo la pregunta original ¿Un consejo para En busca? La mantengo a diferencia de unaexcusa porque a mí me da igual que me den consejos, total sólo sigo los que me parecen... (que nadie se ofenda).

¿Dificultades?

Es difícil asumir, es difícil aceptar, es difícil continuar caminos tortuosos que son rectos aunque no podamos verlo en determinados momentos. Es fácil sonreír, es fácil ponerse a cantar para que el espíritu se eleve, los pies se hagan ligeros y nos demos cuenta de que somos nosotros quienes llevamos las riendas de nuestra vida.
El destino, el hado, pueden ser dulces engaños para olvidarnos de que las elecciones las hacemos nosotros, pero prefiero el libre albedrío para saber que las equivocaciones son mías, pero también los aciertos, las alegrías, la felicidad. Prefiero saber que soy yo, más que nunca, la que domina las circunstancias, o se deja dominar por ellas, si es lo que mi corazón decide en cada momento, seguido de la estela de sueños que acunan mis noches para hacerme despertar en un mundo igual y diferente, complejo y simple, sutil y directo, porque soy todas esas cosas y alguna más que no reconocería a la cara de nadie para no asustarme.
Y la marea de la melancolía suele arrastrarme con facilidad, a mí de naturaleza cambiante y maleable porque es la luna la que domina mis pasiones, aunque, en el fondo, todos sabemos que las pasiones dominan y nos llenan. Sin embargo, esta vez la melancolía viene con pequeñas lágrimas que me permiten asumir, comprender, asimilar que, poco a poco, vuelvo a un ser que sabía no estaba perdido, pero que, seguramente por voluntad propia, había decidido sepultar bajo un alud de sentimientos diferidos.

martes, noviembre 27, 2007

Inglés

Este año he decidido, de una vez por todas, retomar el inglés y no dejarle vencerme, como me ocurre casi siempre. Mira que se me dan más o menos bien los idiomas, y que me gusta estudiarlos (no sé ninguno bien, pero chapurreo el francés, entiendo algo de portugués y me peleo con el inglés, como os cuento), pero es que la lengua de Shakespeare tiene algo contra mí. Tanto orden desordenado, si lo entendemos a la manera del español, tanto phrasal verbs de las narices (que sólo demuestra que tienen poca inventiva los ingleses para crear palabras), tanta perfect pronuntiation...
El caso es que, para no volver a atascarme (y os aseguro que me da verdadero pavor acabar estancada en el nivel que actualmente tengo de inglés) decidí buscarme a alguien con quien charlar en inglés y en español, para ayudarnos mutuamente. Y localicé a H. Ella es una chica inglesa, de Manchester, que da clases de inglés y cuyo nivel de español, supuestamente, está tres cursos por debajo del mío de su idioma. Digo supuestamente porque lo flipé. Mientras yo tartamudeaba y vacilaba y no encontraba las palabras (el inglés en 1.000 palabras es demasiado para mí, me quedo en las 300 como muchas, diría yo), H. se lanzaba a la piscina, me contaba su vida en Vietnam y en México (pero, ¿qué les dan de comer a estos ingleses que no se conforman con ir a trabajar a la capital, sino que se piran al otro lado del mundo?), y cómo se divertía en Sevilla.
Total, que mientras intentaba explicarle mi vida, sólo se me ocurría, el escucharla a ella en inglés, cómo puedo conocer tantas palabras y no ser capaz de usarlas en una conversación normal (porque sabía lo que me decía); cómo puedo entender prefectamente la diferencia entre pasado, presente y futuro y que, en inglés, mi tiempo se reduzca al presente (bueno, eso puede no estar tan mal, ya sabéis carpe diem je je); y cómo narices voy a lograr dejar de decir palabras en francés mientras hablo en inglés...
... Lo bueno de todo esto es que H. es amiga de mi profe de inglés, claro, y cuando comentamos el encuentro, insistió en que sí que tengo un buen nivel, porque estuvimos hablando un buen rato... Aunque sigo pensando que él es muy bueno y que no seré capaz de desenvolverme hasta que no me obliguen a estar sola en un país anglosajón sin nadie alrededor que hable mi idioma, por aquello de que algo tendré que comer...

domingo, noviembre 25, 2007

Resignación

No puedo entender a los que se resignan. No hablo de los que se resignan frente a enfermedades horribles (a esos todavía se les puede entender en determinado momento). A quienes no entiendo son a los que se resignan en su vida, los que por 'no molestar' se callan, se agazapan, se esperan. Y más rabia me dan los que se resignan, pero luego pretenden luchar, a destiempo, cuando te pillan ya de espaldas y lo único que hacen es tirar de la punta de tu ropa para no dejarte ir, pero tampoco te puedes quedar porque ya está todo dicho.

¿Ahora me vienes con esas? ¿Ahora que está todo expresado una y mil veces, explicado, reexplicado, quizás no entendido, pero sí asumido? No lo voy a permitir, esta vez no. Se acabaron las oportunidades y las manos tendidas, se acabó pensar en ti, porque me toca pensar en mí más que nunca, se acabó la resignación porque nunca me he resignado. Y si lo hiciste cuando no debías, ponte las pilas y asume ahora que es lo que toca, o no te resignes, pero déjame respirar y abrir los ojos, y dejar de llorar, y partir, y sonreír, y gritar, y volar, y correr, y caerme si es lo que toca, porque me da igual destrozarme las rodillas si es exclusivamente por mi culpa. Y te pareceré dura, y seré dura. Pero es que yo no me resigné.

No comprendo la resignación, porque es tirar la toalla, porque es no pelear, morder, batallar, patear por lo que quieres, por lo que anhelas por lo que es parte fundamental en tu vida. Si alguien se resigna me hace pensar que lo perdido no le parecía tan importante. Y si soy yo, el dolor puede llegar a ser insoportable, aunque se pasa, claro, como todo, porque lo valgo.

No me resigno porque no me sale. Me convierto en pesada, cargante, molesta... Pero no me resigno y ahí sigo, siempre, hasta el final, incluso más allá, cuando mis manos se quedaron sin uñas de tanto arañar el suelo para encontrar las gotas de agua que hagan crecer los brotes.

Pero te resignaste, y ahora los esfuerzos no valen. Se pasó la oportunidad, es posible que nunca la hubiera habido porque hay ciertas cosas que no tienen marcha atrás, volver e intentar retomarlo llevaría a un fracaso mayor.

Sólo queda la esperanza, puede que algún día empezemos algo nuevo.
Foto extraída de http://www.igooh.com.ar

Superdotada

Mi madre y yo tenemos una relación un tanto particular. Somos demasiado distintas en casi todo y algo iguales en otras cosas (sobre todo en la cabezonería), así que procuramos estar a una distancia prudente, incluso cuando me toca volver a casa a pasar una temporada por los avatares de mi vida laboral (vale, no es que me toque, es que me viene bien el ahorro). El caso es que esta relación especial supone que, al menos una vez al año, mi madre me diga algo que, sinceramente, me descoloque, por decirlo finamente. El año pasado vio su oportunidad en las navidades (vivía en Asturias, sólo estuve aquí unos días), cuando me soltó que no era hija suya, que sólo elegí su vientre para nacer y mi familia para desarrollarme. Esto se lo había dicho alguna de sus fantásticas amigas, y claro, le dije que llego a poder elegir y, no sé, prefiero ser hija del mayor magnate del mundo o algo así, ¿no? En fin, corrí un tupido velo sobre el comentario y pensé que ya se le habrían pasado sus paranoias.
Pero no, el fin de semana pasado mi madre volvió a atacar. Llegaba a casa para comer y cuando voy a sentarme a la mesa con mis padres suelta mi querida madre 'eres superdotada. Lo creía, pero ahora lo tengo confirmado'. Mi padre y yo que nos miramos y se nos escapan sendas sonrisas, medio carcajadas. 'Y, ¿qué te ha hecho llegar a esa conclusión a estas alturas de mi vida, un poco tardías, la verdad?', le pregunto ya sin poder evitar la risa.
'Lo pone en el periodico'. Os prometo que ahí casi me atraganto con la sopa, porque influenciada por demasiados capítulos de Los Simpsons veía un dibujo de mi cara publicado en el periódico y debajo una leyenda donde se leyera 'Es superdotada'. Pero me repuse antes de dejar volar demasiado mi imaginación (me veía firmando autógrafos, con empresas rifándoseme por mi gran capacidad para ¿?, ...) y le pregunté qué ponía en el periódico.
Al parecer, para detectar si un niño es superdotado tiene que cumplir determinados requisitos como decir palabras de determinada dificultad antes de los diez meses; comprender conceptos abstractos a los dos años; plantearse no sé qué cuestiones antes de los seis... Y, según mi madre, soy el ejemplo perfecto de todas esas circunstancias...
Así que ahí que la tengo disculpándose por no haber cuidado mi educación ni haber fomentado mi intelecto (que ya puestos podría haberse disculpado por pasar bastante de mí en general, pero con seis hijos, pues tampoco le voy a pedir peras al olmo), momento que aproveché para solicitarle el piano que siempre he querido y que, en este momento, no me puedo pagar.
'Pero, ¿terminarías la carrera?' y yo, mamá por dios, que la terminé hace diez años, que fuiste a la fiesta final y todo. Y ella que insiste, '¿que si terminarías la carrera?' y así tres o cuatro veces hasta que aclara que era la de piano.
Sí, hombre, para lo que me ha servido la de periodista voy a perder otros seis años en algo inútil, lo que yo quiero es aprender a tocar el piano por gusto.... Así que, una vez más, me quedé sin mi instrumento soñado...
En cualquier caso, ahora que sé que soy superdotada, empiezo a notar cómo mi cerebro realmente se expande y ya estoy buscando nuevas ocupaciones para desarrollar todo mi potencial, porque mi madre me ha abierto nuevas posibilidades... Quién sabe, a lo mejor hasta logro el Nobel... ¿se os ocurre algún proyecto para alcanzarlo?

viernes, noviembre 23, 2007

Liberación


Un día te despiertas y el peso se ha aligerado. No es que las mantas hayan caído al lado de la cama, es que el alma empieza a recuperarse por su imperativa necesidad de sentir más cosas que el pesar, la soledad, la tristeza, la pesadumbre de una vida que cambia hacia otra. Tampoco se trata de abandonarlo todo, pero sí de abandonarte en la marea que ha ido creciendo dentro de ti.

Soy feliz incluso cuando soy infeliz, porque vivo, y aprendo y crezco y siento y me quieren y quiero, aunque el amor sea eterno mientras dure. Ahora seré feliz de otra manera, y me duele mirar atrás, pero es un dolor suavizado por los dulces recuerdos que envuelve el pasado. Porque ha sido una partida que ha hecho daño, pero que ha sido cuidadosa para no romper más platos de los que ya cayeron, una y otra vez, mientras era un común y no un separados.

Crees que has aprendido la lección, pero también sabes que hay ciertas cosas contra las que tendrás que luchar para no repetir historias y batallas que te han llevado de nuevo a elegir la bifurcación del sendero, si bien esta vez has sido lo bastante ágil como para evitar que te vuelva a partir en dos.

Hay que ser cuidadoso, porque aprendemos demasiado bien quienes somos, pero estamos ciegos ante nuestro propio ser, de manera que nos creemos distintos simplemente por cambiar de interlocutor. Resta, pues, tomarme el tiempo necesario, corto o largo, para saborear una nueva existencia.

sábado, noviembre 17, 2007

De esta agua no beberé

Nunca digas nunca jamás. Nunca aseveres 'de esta agua no beberé'. Nunca afirmes que es imposible que hagas algo. Estas son algunas de las frases que suelo decir cuando soy algo categórica en mis afirmaciones. Soy categórica y pretendo suavizar ese convencimiento absoluto con esas frases hechas. Pero las frases hechas siempre tienen más razón de la que puedan tener unas palabras contemporáneas, aunque sean meditadas.
Todo esto viene a que, últimamente, estoy haciendo una cierta serie de cosas que afirmé, juré y perjuré que jamás haría. Sin remordimientos, sin sentimiento de culpa, sin pensarlo, porque me lo pedía el cuerpo. Y me he sentido extraña.
Me he sentido extraña por hacer esas cosas que dije que jamás haría (por diferentes motivos), sin embargo, sobre todo me he sentido rara por mi comportamiento posterior, mi tranquilidad más o menos absoluta de que lo hecho, hecho está.
Y, sinceramente, me doy un poco de miedo. No por nada, o por todo, porque si me pongo a reflexionar sobre la cantidad de cosas de las que he dicho 'jamás jamás jamás', me quedan unas cuentas, bastantes, en las que caer, y claro, una cosa es, llamémosle, desmelenarse un poco para relajarse después de una época de tensión y atreverse con ciertas cosas, y otra muy distinta acabar cayendo en una vorágine desenfrenada de posibilidades desechadas que, en el fondo, sé que no debo hacer (más que nada porque una cuida su educación, cultiva su mente y se convierte en lo que es por sus principios y conocimiento propio).
Lo peor es que es divertido. No las cosas que hago en sí (algunas sí), sino el hecho de descubrir que vuelvo a ser una y muchas, que sí, que efectivamente para desplegar todas mis alas necesitaba soltar amarras.

viernes, noviembre 16, 2007

Ocho cosas que me hacen sonreír

1.- Un abrazo de mis sobrinas.

2.- La mirada de un niño pequeño.

3.- Una llamada inesperada de un amigo.

4.- Encontrar, de pronto, la luna llena en el cielo.

5.- Escuchar una canción que me gusta o me trae recuerdos.

6.- Hacer bien (o medio bien) un nuevo movimiento de capoeira.

7.- Descubrir que gusto.

8.-Un beso para despertarme.

Este es un meme que he heredado de James Joyce y que yo paso a: Ana y X, que se acaban de reincorporar el mundo meme y sé que les gustará; a Unaexcusa y Suntzu, que para eso son amigas y tienen que aguantarme; a Cruzcampero, porque sé que lo hará con mucha gracia; a Nils, porque aún no le mandé nada; a Anthony Towers, para chincharlo un poquito; y a Sagutxo porque tengo curiosidad sobre qué lo hace.
Las reglas son las siguientes (leedlas con atención):
1. Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas. Da igual las que sean, pero que sean 8.
2. Tienen que escribir esas 8 cosas en su blog junto con las reglas del juego.
3. Tienen que seleccionar a 8 personas más, invitarlas a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
4. No olviden dejar un comentario en los blogs respectivos desde los que han sido invitados a jugar.

jueves, noviembre 15, 2007

Saudade


El problema de que las raíces sean personas radica en que, cuando te alejas de la que es la principal, el desarraigo es profundo. No se trata de un pequeño trasplante a tierras más cálidas, ni buscar un nuevo injerto que te mantenga en tu sitio. Se trata de ubicarse en una nueva situación, un nuevo lugar, una nueva vida que, además y a pesar de lo que tardaste en decidirte, nunca creíste que pudiera llegar.

Nunca me he sentido especialmente de ningún sitio, me he sentido de personas, de abrazos, de conversaciones, de sonrisas, de compañías que se me han brindado. Y ahora, al perder a la que marcó mis decisiones, mis pautas, mis lugares, no es que sienta el suelo desaparecer bajo mis pies, es que ha desaparecido literalmente. Hacia donde dirigir mis pasos se convierte en un juego de miles de posibilidades que me hacen estirarme, aguzar la vista, sonreírme a mí misma.

Pero, entonces, cuando menos lo esperas, llega la saudade. Una carta enviada a destiempo, más bien, unas palabras inesperadas, unidas en un sin sentido, una sinrazón para mí, porque aún no puedo creerlo, porque me parece imposible que haya vuelto a caer en la desilusión de esperar lo esperado y encontrarme con lo inesperado.

La saudade de la distancia, de la pérdida, de la añoranza, esta vez más que de una persona de la vida compartida que soy consciente de que no volverá, porque mi capacidad para tirar de mis raíces se agotó cuando comprendí que ellas nunca se alargarían para buscar el agua que me diera la vida.

Porque puedo vivir muchas vidas pero al final sólo me queda la mía y, entonces, prefiero vivir ésta, aunque me entristezca comprobar que no supe, no supimos conjugar ambas para que ninguno de los dos perdiera.

Y sé que la saudade me durará. Y sé que pasará, como pasa la vida, aunque el amor permanezca. Porque esta vez no quiero olvidar, sólo seguir adelante y reconocer, recordar, que fue hermoso, que fui querida, que amé, que aún amo y que ojalá no sea una pérdida, ojalá pudiera ser una transformación, aunque sepa que no lo será, aunque sepa que dejaré de oír tu voz, de descubrir tu mirada, de sentir tus caricias... Porque aunque todo esto cueste, sé que tengo que vivir mi vida.
Foto extraída de http://www.allposters.es/

domingo, noviembre 11, 2007

Ha-Buah gana merecidamente



Mira que no suelo estar de acuerdo con los premios del público y que no me identifico especialmente con lo que opinan los demás de ciertas cosas, pero, creo que lo hemos logrado (lo digo por mis compis de festival de cine y la que escribe). Ha-Buah, 'La burbuja', de Eytan Fox, película israelí sobre la situación palestino-isrealí y la homosexualidad en semejante contexto, se ha alzado con el gran premio del público en el Sevilla Festival de Cine que me ha traído loca en los últimos ocho días.


Sinceramente a mí la película me encantó y por eso le dí la puntuación más alta que he dado a todas las que he visto y optaban a este premio. Me ha gustado porque trata un tema político sin caer en el politicismo ni en la demagogia (en mi humilde opinión), me ha gustado porque las historias enganchan, me ha gustado porque cuenta un 'gran historia', pero también las pequeñas, las de los personajes... En fin, que me alegro del premio, qué narices. De hecho me he quedado con las ganas del cartel para incluirlo en la remodelación de mi habitación...


Aparte de esta, otras muchas pelis me han gustado, pero he visto 19 y, como comprenderéis, aunque os prometí comentarios de todas por si tenéis oportunidad de verlas, va a tener que ser en pequeñas dosis, o me da un algo.


Coeurs, de Alain Resnais, también me ha gustado bastante. Tenía un toque surrealista, a la vez dulce, a la vez, no sé, me ha gustado. Quizás porque alguna historia me recordó a la mía, por mucha tristeza que me diera. Y la estética naif me atrajo también. No sé, en realidad no tienen nada que ver, pero me pareció una 'Love actually' francesa.


Born ('Children'), del islandés Ragnar Bragason, es violenta, directa, efectiva, asombrosa. Me quedé como 'uff', pero está bien, tiene un ritmo que se lleva muy bien y también tiene la curiosidad de escuchar islandés, idioma que no había oído en mi vida, que yo recuerde.

Y A outra margem (El otro lado), de Luis Filipe Rocha, con actor invitado in person incluido, también ha sido de las que más me ha llamado la atención. La pena, no haberle dicho al actor a la cara que está mucho más guapo en persona que tan delgado como en la peli. Bueno, y haberle comentado que hace un gran papel, je je. Más allá de las bromas, es otra de las pelis que os recomiendo.


Cartel de Ha-Buah norteamericano, no encontré el que quería del festival.
Fotograma de la película A outra Margem.

viernes, noviembre 09, 2007

Sucesos paranormales

Realmente esta anécdota es una chorrada, pero es que me ha flipado un poco y es una muestra más de que tengo cara de 'venid a mí'.
Como sabéis voy y vengo del trabajo en bici, y esta tarde, al volver iba pedaleando por la acera, porque hay un tramo que no tiene carril bici, cuando empiezo a oír 'oiga, oiga' y, claro, no hago caso porque voy en bici, por esa zona no conozco a nadie y porque hay gente andando. Total que paso de todo y sigo pedaleando cuando siento una presencia a mi lado. Miro y es un chaval de unos 14 años que viene corriendo a mi altura.
Claro, como no me fío ya ni de mi madre le miré y, para mi sorpresa, veo que es él quien está gritando y que me habla a mí. Le presto más atención, porque agitaba, desesperado y casi sin aliento en su carrera, unos papeles delante mía, y va y me suelta '¿quiere entradas para el rugby?'.
Esta situación me ha hecho plantearme varias cosas: Primera, ¿qué cara tengo cuando voy en bici? Quiero decir, hoy iba bien vestida (pantalón de pinzas, rebeca media manga, vamos que no iba en vaqueros), por tanto, mi aspecto no daba imagen de gustarme el rugby, así que debe ser que pongo cara de bestia.
Segunda; si tienes unas diez personas a pie a tu alrededor ¿por qué vas corriendo detrás de la única que va en bici, y por tanto, va más deprisa, para intentar venderle algo?
Tercera, ¿están pirados los adolescentes?
Ah, y por cierto, como comprenderéis le dije que no quería entradas... Este finde toca Festival de Cine todavía...

miércoles, noviembre 07, 2007

Decisiones

Y ocurre muchas veces que, en el momento que tomas una decisión, todas las razones por las que la tomaste no parecen tan importantes. No es tan malo que sea así, ni son tan terribles las desilusiones. Lo malo se difumina y lo bueno hace acopio de mayor lugar en tu mente para que las dudas que has conseguido erradicar tras, quizás, meses de lucha vuelvan a ocupar un sitio que te hace temblar sobre tus propios pies.


Es en esos momentos cuando las fuerzas parecen querer abandonarte y es en esos momentos cuando la soledad del alma es más necesaria para atarse al suelo y no dejar volar una mente que prefiere retornar a tierra segura, al hogar conocido que da la tranquilidad de saber dónde se está, pero quita la sal a la vida y, sobre todo, acabaría por enterrarnos en una situación que no es la que queremos, ni merecemos ni hemos soñado.


Sin embargo, sigue existiendo un coste que se hace demasiado pesado muchas veces, y es difícil mantener, no ya elevar, el ánimo para seguir sintiéndose feliz y seguir, al menos seguir adelante, que es justo lo que hace falta, lo que pretendimos con nuestra primera decisión.


Es importante, entonces, mantener el teléfono alejado, para no caer en las mil y una tentaciones que nos asaltan a cada instante y que ni siquiera la más continua actividad consiguen erradicar de estos días que parecen eternos, estas semanas que no tienen fin, esperemos que no meses de corazones encogidos y ojos llorosos aunque estén secos.


Porque llorar alivia, hasta que deja de hacerlo para convertirse en un habitual de nuestras horas. Pero no hay que permitirlo, porque la decisión la tomamos conscientemente, seriamente valoradas todas las opciones y para no hacer daño y no hacerse daño, no ser herida una vez más, aunque no hayamos salido indemnes.

lunes, noviembre 05, 2007

La congoja se apodera del alma del caballero que batalla acompañado de sus inseparables colegas. Ese pensamiento le inunda y le confunde porque se siente solo, se encuentra solo y la soledad es la que empuja su arma frente a enemigos invisibles que son los que más daño hacen a su maltrecho corazón, dolido de tantas guerras propias y ajenas.

Los sueños de juventud parecen haberse desvanecido en el fragor de mil escaramuzas que han marcado su cuerpo como si de un mapa de historia se tratara: aquí el rasguño de la guerra tal; allá la cicatriz de una herida que casi le lleva a la muerte; acullá las marcas de la tortura. Pero esas heridas no son nada comparadas con las que el desamor, el desencanto están provocando en su espíritu y que están mermando firmemente su decisión para lanzarse hacia la muerte sin temor ninguno, único pensamiento que le ha hecho salir vivo de tamaños peligros.


La sensación de pérdida del arraigo hacia quien fuera su amada ciega sus ojos, no ya con lágrimas, agotadas después de noches y mañanas de trémulos insomnios, sino con la desesperación de saberse perdido en un mundo que dejó de ser el suyo en el momento en que erró en su camino por alejarse del símbolo de su valía. Porque el odio sólo engendra odio, la sangre sólo llama a sangre.


Y es ahora la sangre de todas sus víctimas inocentes la que clama justicia, porque la venganza murió en sus corazones en el mismo instante en que sus familias desesperadas comprendieron que nada podría devolverles lo que habían perdido. Y la justicia es resbaladiza cuando se trata de guerreros curtidos, pero en este caso, con su alma partida en infinitos pedazos imposibles de reunir, el caballero ha flaqueado y ha dejado una puerta abierta hacia la salida.


Entonces, el fragor de la lucha se torna en un silencio que puede cortar el corazón de quien, raudo, se enfrenta a su desdicha.

Foto de Susana Camoes, en www.olhares.com

sábado, noviembre 03, 2007

El Festival de Cine Europeo de Sevilla


No sé si ya había comentado por aquí que ayer comenzó en Sevilla el Festival de Cine Europeo y que, verbigracia de haber vuelto a estudiar inglés y el bono estudiante, tengo entradas para 27 películas. No voy a poder verlas todas porque, desgraciadamente, tengo más obligaciones que ver cine, pero, aunque no es mi intención comentar cada una, no puedo dejar escapar la oportunidad de dejar aquí mi impresión de mi primera maratón de cine europeo: cuatro películas en una tarde.

¿Quién me iba a decir a mí, bastante comercial para el cine, que la película que más me iba a impactar de las primeras que he visto iba a ser una sueco-alemana? När mörkret faller ('Cuando cae la oscuridad') me llegó al alma, me puso los pelos de punta, me sacó algunas lágrimas y me cabreó, me cabreó, me cabreó porque es real, porque pasa ahora, en pleno siglo XXI y no sólo en el 'tercer mundo', también en el 'primero'.

'Cuando cae la oscuridad' habla de las mujeres, de cómo da igual la religión, el país, la edad que tengan, porque aún hay hombres y mujeres que se creen con derecho a quitarnos la vida, a decirnos cómo tenemos que vivir, a denigrarnos.... Y todo contado con una crudeza que encoge el corazón.

Esa película fue la que más me impactó, pero Anna M. me recordó por qué me sigue gustando encontrar alguna peli francesa de vez en cuando. Si hasta A. pegó un grito de la tensión psicológica, de esos planos, de esa cara de su protagonista, Isabelle Carré, y ese idioma. ¡Qué me gusta el francés aunque no lo entienda!

Las otras, que pasaron sin pena ni gloria, fueron 'Le domaine perdu' (co-producción francesa), que, la verdad, realmente mal, no sé si porque no la entendimos o porque no tenemos el humor francés (a mi lado se sentaron dos galos que se partían de risa, y aún no sé por qué) y
'... A bude hur' (checa), sobre los rockeros en la Checoslovaquia comunista, en blanco y negro y, al menos, con buen ritmo, porque no se me hizo larga.

En fin, que espero que de este baño de cine europeo salga algo bueno, aunque sólo sean ratos entretenidos y alguna que otra visión de buen cine.

jueves, noviembre 01, 2007

Aeropuertos y aviones

Con tanto lío de colgar las fotos de Melilla y retomar mis actividades deportivas casi se me olvida contaros mis experiencias en el aeropuerto y en los aviones al ir a ver a mis amigos. Debo confesar que, en el primer caso, al principio me puse a temblar acordándome de Ilse, porque ella tiene mucho aplomo y está muy curtida en estos lares (o eso parece), pero yo no. Bueno, vamos al lío, para que veáis que sí que tengo cara de 'hábleme usted que para eso estamos'.


El caso es que estaba yo el día doce de octubre en el aeropuerto de Málaga con tres horas por delante para que saliera mi vuelo a Melilla (es difícil coordinar trenes y vuelos, sobre todo si los de Renfe te dicen que no te fíes del tren siguiente, que como se estropee no llegas...). Normalmente, cuando tengo tanto tiempo en los aeropuertos miro las tiendas, llamo a amigos y familiares y leo algo, pero ese día tenía una hora y media de sueño encima, así que las tiendas las miré de aquella manera, sólo hablé con dos amigos (¿dónde estaba el resto?) y mi madre e intenté leer. Un consejo, si sólo habéis dormido una hora no cojáis como único libro uno en inglés. Efectivamente, a la tercera palabra estaba dando cabezadas en el sillón del aeropuerto y, como no me gusta dormirme en sitios públicos, que no me fío ni de mi padre y los ladrones también van en avión, me puse en pie, me lavé la cara y cambié de asiento. Subí la música del mp3 a toda caña para despertarme e intenté concentrarme en mis zapatos para no dormirme, pero no pude evitar un bostezo de esos que hacen historia.


A eso que levanto la cabeza y me veo un señor de unos 50 años que me ha pillado con toda mi boca abierta: vergüenza, gesto con la cabeza de disculpas y rápida mirada hacia otro lado. A los segundos me vuelvo para ver si se ha ido y lo pillo comprando dos helados. 'No se le ocurrirá', me digo, 'su esposa estará por aquí', y, por si acaso, vuelvo a girar la cara... Pero, no, claro, el otro helado era para mí, of course, pobre niña dormida y desamparada... Vamos, que el tío llega y me planta en la mano unos de estos helados con galleta y, aunque intento rechazarlo, el buen hombre insiste 'it's a gift', y claro, como se iba a deshacer tuve que aceptarlo.


(Aclaración previa: mi inglés es pésimo-sí, Anthony, aunque esté en quinto lo reconozco-, sólo he estudiado dos cursos, pero tengo buen oído, imaginación y que ya no me para nadie).


Obviamente le dí las gracias en inglés y, claro, el señor se tomó el brazo por la mano y se sentó a mi lado para saber quién era. Me preguntó de dónde era, y al contestarle que española alabó mi inglés (!!!), porque nadie lo habla (que es lo que tenía que haber hecho yo). Como vio que le contestaba, siguió preguntando, siempre en inglés, claro, que a dónde iba, que si vivía en Málaga, que si patatín, que si patatán... Y ese era el momento en que yo temía que me hiciera la pregunta clave, la que le hicieron a Ilse y que me comprometía a algo más que tomar un helado...


Pero no, no le di oportunidad. Si el tomó mi brazo yo decidí coger su pierna y me puse a preguntarle también que quién era y que a qué se dedicaba... Para qué, porque el buen hombre no quería ligar conmigo, lo que quería era venderme su empresa: la producción de energía eléctrica a través del hidrógeno, energías renovables y del coche para dar luz a las casas, las oficinas, las tiendas... Imagináos todo eso explicado por un alemán a una española en inglés, que me dio el señor hasta dibujos explicativos, que podéis ver aquí.


La verdad es que no daba crédito, pero reconozco que me salió la vena periodística y venga a preguntarle si ya tenía toda la tecnología necesaria para llevar a cabo sus proyectos, que qué opinaban las eléctricas ('they want kill me', me decía el colega), y que estaba muy bien para el futuro del planeta... Total, tres cuartos de horas hablando con el hombre que se fue corriendo para no perder el avión, me dio su mail del trabajo y el personal y se disculpó y todo, ¡él, que me había regalado un helado por verme bostezar!.


Y lo mismo a vosotros esta historia os parece de lo más normal, pero es que, cuando ya estaba recuperándome del surrealismo de este encuentro, a la vuelta del puente, me siento en el avión y el de al lado (otro hombre de unos cuarenta y algo años, ¡qué les daré!), se pone a decirme que si lloverá en Málaga, que si se moverá el avión y, no sé cómo, acaba pidiéndome el mail para enviarme no sé qué, que me permitirá tener en mi ordenador una ventanita que me dice el tiempo cada vez que esté conectada a internet (que, por cierto, no me ha enviado). Me contó su vida sin que preguntara, me explicó pormenores de su trabajo y de que lo mismo lo despedían o se iba él de la empresa...Y también se ofreció a llevarme en taxi a la estación de trenes, pero de eso pasé, ¿eh? , que ya eran demasiadas confianzas...